Todav¨ªa el aborto
EL INDULTO otorgado por el Gobierno a dos m¨¦dicos que hab¨ªan sido condenados a dos a?os de c¨¢rcel por practicar un aborto a una mujer que hab¨ªa quedado embarazada, pese a llevar un DIU, en proceso de separaci¨®n matrimonial, revela que la interrupci¨®n voluntaria del embarazo en Espa?a es todav¨ªa un camino lleno de dificuItades y sinsabores. El aborto sancionado se hab¨ªa producido en 1990; durante los ocho a?os que ha durado la azarosa tramitaci¨®n judicial, los m¨¦dicos y tambi¨¦n la mujer intervenida -cuya condena fue conmutada por el Tribunal Supremo- han vivido en permanente incertidumbre. La espera se hizo angustiosa cuando, en mayo pasado, lleg¨® una orden de ingreso en prisi¨®n. No se ejecut¨®, pero el indulto ha tardado a¨²n ocho meses en producirse.Est¨¢ bien que el Ejecutivo del PP haya optado por una pol¨ªtica de sensatez, siguiendo la estela del Gobierno anterior. Pero hay que decir tambi¨¦n que se trata de un indulto tard¨ªo y cicatero, en el que se conmuta la pena de c¨¢rcel por una multa de 300.000 pesetas para que quede claro que el Gobierno es generoso, pero reprueba su actitud. El indulto llega despu¨¦s de un enorme esfuerzo de solidaridad: han tenido que pedirlo nada menos que el Tribunal Supremo, el Congreso de los Diputados, tres Parlamentos aut¨®nomos, Jueces para la Democracia y, una larga lista de entidades feministas y sociales. ?Ser¨¢ necesario semejante despliegue cada vez que un marido o un novio despechado decida hacer una denuncia, aprovechando una legislaci¨®n imprecisa e insuficiente, incapaz de reflejar la realidad social del aborto en Espa?a?
En Espa?a se realizan cien mil abortos anuales. La inmensa mayor¨ªa podr¨ªa dar lugar a una demanda judicial, puesto que se basan en criterios profesionales y personales siempre discutibles. La medicina no es una ciencia exacta. Con la normativa actual, cualquier mujer que decida abortar estar¨¢ al albur del criterio de un m¨¦dico, y ambos, la mujer y el profesional, a la suerte de un tercero, que puede ser el marido o una asociaci¨®n antiabortista, y, en, ¨²ltimo t¨¦rmino, al criterio de los jueces. Demasiadas instancias para una decisi¨®n subjetiva. Esta situaci¨®n inestable puede traducirse en indefensi¨®n, incertidumbre y sufrimiento. Mientras siga vigente una normativa de supuesto y no se apruebe una ley de plazos que conceda a la mujer la capacidad de decidir sin tutelas, continuar¨¢ la inseguridad jur¨ªdica.
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