El rey de la Plata
Warren Buffett, de 67 a?os,ha comprado el 20% de la plata mundial por m¨¢s de 130.000 millones
El mercado mundial de la plata llevaba semanas pregunt¨¢ndose qui¨¦n ser¨ªa el misterioso comprador que se estaba haciendo con toda la mercanc¨ªa disponible en la plaza de Londres. La respuesta acaba de darla el propio interesado: el comprador es Warren Buffett, el estadounidense considerado el mayor inversor en bolsa del planeta y su segunda mayor fortuna personal conquistada con el sudor de la frente, tras la de Bill Gates, el padre de Microsoft.
En los ¨²ltimos seis meses, mientras las cotizaciones segu¨ªan subiendo en Wall Street pese a la gripe financiera asi¨¢tica, Buffett se dedicaba a amasar plata. Su razonamiento era que, dado que las acciones se estaban poniendo por las nubes, quiz¨¢ hab¨ªa llegado el momento de poner el dinero en otra parte. La plata, depreciada en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas, parec¨ªa un producto tentador.
A trav¨¦s de sus agentes, Buffett se hizo con 129,7 millones de onzas (4.000 toneladas), haciendo subir el precio desde los cinco d¨®lares por onza (755 pesetas) del pasado verano a los 7,02 d¨®lares del mi¨¦rcoles, el m¨¢s alto en esta d¨¦cada. Ahora, este hombre nacido hace 67 a?os en Omaha (Nebraska) es el propietario del 20% de la plata mundial. La operaci¨®n le ha costado unos 850 millones de d¨®lares (m¨¢s de 130.000 millones de pesetas).
Una de las frases favoritas de Buffett es: "Hay que invertir en negocios que puedan ser llevados por locos, porque alg¨²n d¨ªa habr¨¢ un loco que los llevar¨¢". Otra: "Compra cuando el precio est¨¢ bajo y aguanta". Una tercera: "Precio es lo que pagas, valor es lo que cobras". Una cuarta: "Mi idea de una decisi¨®n de grupo es mirarme en el espejo".
Muy estadounidense, Buffett, hijo de un broker de Nebraska, empez¨® a hacer negocios vendiendo de ni?o limonada y, ya de adolescente, repartiendo peri¨®dicos. "Mi m¨¢s preciada posesi¨®n de aquellos a?os", recuerda, "fue una m¨¢quina para cambiar monedas que me regal¨® una t¨ªa por Navidad".
A partir de esas experiencias, Buffett hizo su primer capital instalando m¨¢quinas de juego en las barber¨ªas de Omaha. Luego vino su gran golpe: la compra en 1965 de la entonces decadente empresa textil Berkshire, que convirti¨® en la base de un amplio imperio, con importantes participaciones en Coca-Cola, American Express, Gillette, Walt Disney y otros gigantes empresariales.
Berkshire Hathaway, que sigue teniendo su cuartel general en Omaha, es, seg¨²n los expertos, el mayor ¨¦xito en materia de inversi¨®n en bolsa de la historia del capitalismo. En los ¨²ltimos 12 a?os, ha tenido sistem¨¢ticamente beneficios superiores al 29%.
Buffett estudi¨® empresariales en las universidades de Nebraska y Columbia, pero afirma que lo mejor de su formaci¨®n procede de la lectura del libro The intelligent investor, de su profesor Benjamin Graham. Vive separado de su esposa desde 1997 y tiene tres hijos. Sigue habitando -ahora con una nueva compa?era sentimental- la casa de ladrillos de Omaha que compr¨® en 1958 por 31.500 d¨®lares.
Y es que este hombre, al que se atribuye un patrimonio en tomo a 23.000 millones de d¨®lares, est¨¢ considerado por Fortune la segunda fortuna no heredada del mundo, tras Bill Gates, y la tercera si se incluye al sult¨¢n de Brunei, conduce personalmente su coche, bebe populares bebidas azucaradas y viste trajes baratos y gastados. Una vez dijo: "Yo compro trajes caros, lo que pasa es que parecen baratos cuando me los pongo.".
Buffett, de ideas liberales como George Soros, Ted Turner y otros multimillonarios estadounidenses, es presidente de una fundaci¨®n que lleva su nombre y se dedica a la promoci¨®n de los derechos humanos. Juega al bridge, es copropietario del modesto equipo de b¨¦isbol de Omaha y detesta la popularidad.
Muchos expertos creen que la apuesta de Buffett es arriesgada, que, en una situaci¨®n de baja inflaci¨®n como la actual, el precio de la plata volver¨¢ a bajar. Otros, sin embargo, observan que no ha sido el ¨²nico en anticipar una revaluaci¨®n de este metal, Soros est¨¢ comprando minas de plata. Desde Omaha, Buffett responde a unos y otros con su viejo lema: "Compra y aguanta".
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