La pol¨¦mica del tabaco

En la edici¨®n de EL PA?S del pasado 21 de enero pude leer la carta Una responsabilidad de todos, sobre la pol¨¦mica del tabaco, a la que hoy me atrevo a responder.Yo soy fumadora, consciente, desde hace muchos a?os. Digo consciente porque conozco los perjuicios del tabaco, gracias a la cantidad de campa?as informativas que, desde hace unos a?os, ha puesto en marcha la Administraci¨®n, las asociaciones antitabaco, los entes sanitarios y m¨²ltiples medios de comunicaci¨®n.

Pero una cosa es informar y otra muy distinta perseguir a los fumadores, como usted pretende.

Reconozco que, hasta hace unos a?os, los fumadores ejerc¨ªamos nuestro vicio en cualquier parte, sin respeto hacia los no fumadores. Pero eso ha cambiado. Ahora respetamos sus derechos a no fumar en casi todos los lugares p¨²blicos, con lo que estamos restringiendo nuestro derecho, en favor del suyo. Y, sin embargo, esto no les parece suficiente.

Para aquellos que han tomado la saludable decisi¨®n de dejar el tabaco hay muchas v¨ªas de apoyo: tanto en las farmacias (pastillas, chicles, parches) como en los hospitales (acudiendo a su m¨¦dico de cabecera para pedir orientaci¨®n) o en las asociaciones de ex fumadres (consejos, ayuda psicol¨®gica). Si usted no ha encontrado apoyo es porque no lo ha buscado.

Por otro lado, es obvio que el tabaco es m¨¢s problem¨¢tico en relaci¨®n a los menores. Informarles sobre lo nocivo de sus efectos es necesario, y, adem¨¢s, no debe olvidar que su compra y consumo les est¨¢n prohibidos. Pero los que somos adultos, con todo lo que ello implica, todav¨ªa podemos decidir cu¨¢ndo y c¨®mo dejaremos de fumar. Mientras tanto, si yo respeto su derecho a no fumar, aunque para ello tenga que atrincherarme en el cuarto de ba?o, respete usted mi libre deseo y mi derecho a fumar, absteni¨¦ndose de tratarme como "un sector de la poblaci¨®n afectada" al que hay que "perseguir". Gracias.-