Marruecos permite por primera vez la repatriaci¨®n de 14 espa?oles condenados
Dejan atr¨¢s un infierno de ratas y chinches, de suelo para dormir y lentejas de desayuno. Una espa?ola detenida en Marruecos por tr¨¢fico de drogas cumple ya su condena en la c¨¢rcel de M¨¢laga, dos m¨¢s ser¨¢n trasladados en los pr¨®ximos d¨ªas y otros 11, antes de final de mes. Marruecos est¨¢ permitiendo por primera vez -en virtud de un convenio firmado con Espa?a en mayo de 1997- que los espa?oles detenidos, condenados y encarcelados en su territorio sean trasladados a Espa?a para terminar de cumplir sus penas.
Eso s¨ª, los presos deberan pagar religiosamente las multas o indemnizaciones que deban a la justicia marroqu¨ª. Seg¨²n la letra del convenio, no podr¨¢n beneficiarse los que est¨¦n a la espera de juicio ni los que a¨²n no tengan una condena firme -por haberla recurrido-. Adem¨¢s, en el momento de la solicitud de traslado, el condenado deber¨¢ tener pendiente al menos un a?o de pena por cumplir. As¨ª lo firmaron en Madrid -el 30 de mayo de 1997- la ministra de Justicia, Margarita Mariscal de Gante, y su hom¨®logo marroqu¨ª, Abderrahmane Amalou.La fr¨ªa letra de los convenios ya tiene una historia detr¨¢s de carne y hueso, nombre y dos apellidos: Mar¨ªa Monsalud Ruiz Toledo. Es la primera reclusa beneficiada por el convenio y sali¨® de Marruecos el pasado d¨ªa 27 de enero, escoltada por la polic¨ªa espa?ola, que se hizo cargo de ella en la zona internacional del aeropuerto de Casablanca.
Mar¨ªa Monsalud tiene 37 a?os, es natural de M¨¢laga, est¨¢ casada y tiene tres hijos. Aunque s¨®lo le quedaban dos meses para salir de prisi¨®n, se le ha aplicado el convenio por razones humanitarias, ya que padece una grave enfermedad. Fue detenida en marzo de 1996 en la frontera de Ceuta con 18 kilos de hach¨ªs. Los tribunales marroqu¨ªes la condenaron a dos a?os de c¨¢rcel y fue internada en la prisi¨®n de Tetu¨¢n. Luego la trasladaron, junto a otros presos espa?oles, a la c¨¢rcel de Casablanca. Ya est¨¢ en la prisi¨®n de M¨¢laga.
Detr¨¢s de Mar¨ªa Monsalud vendr¨¢n otros. De hecho, el consejo de ministros del pasado viernes aprob¨® otras dos repariaciones a propuesta del Ministerio de Justicia. Cada "expediente de traslado de personas condenadas" debe contar -adem¨¢s del visto bueno de justicia- con un informe favorable de Interpol y del Ministerio del Interior. Todo debe ser tramitado, adem¨¢s, por el Ministerio de Asuntos Exteriores a trav¨¦s del embajador de Espa?a en Marruecos o del c¨®nsul competente. Finalmente, el cumplimiento efectivo del convenio depende, l¨®gicamente, del Gobierno marroqu¨ª.
Justicia ha informado a este peri¨®dico que 105 de los 162 presos espa?oles en Marruecos -la inmensa mayor¨ªa por tr¨¢fico de droga- ya han solicitado el traslado a c¨¢rceles espa?oles, pero no todos podr¨¢n beneficiarse del convenio. Trece casos han sido rechazados porque las penas son inferiores a un a?o, otros 55 deben pagar a¨²n indemnizaciones o multas; y nueve est¨¢n a la espera de que los tribunales marroqu¨ªes resuelvan las apelaciones presentadas.
Algunos de los presos se encuentran adem¨¢s en precario estado de salud, por lo que Espa?a -adem¨¢s de la cuesti¨®n legal- aduce razones humanitarias para que Marruecos apruebe los traslados. Es necesario tener en cuenta, adem¨¢s, una cuesti¨®n fundamental. Ni Espa?a ni Marruecos podr¨¢n acordar ning¨²n traslado si el condenado o su representante legal -en caso de menores de edad o impedidos f¨ªsicos o ps¨ªquicos- no est¨¢n de acuerdo.
La situaci¨®n actual -unos 160 presos en Marruecos- no es, ni mucho menos, la peor de los ¨²ltimos a?os. En 1996, una gran operaci¨®n contra el tr¨¢fico de drogas impulsada por Hassan II -en un intento de lavar la imagen de Estado permisivo- llev¨® a m¨¢s de 250 espa?oles a dar con sus huesos en la prisi¨®n de T¨¢nger. Un buen lugar para las ratas y las chinches.
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