Bor¨ªs Yeltsin viaja a Roma con un trasfondo de fricciones entre las iglesias cat¨®lica y ortodoxa
El viaje a Italia que hoy inicia el presidente ruso, Bor¨ªs Yeltsin, durante el cual est¨¢ programada una entrevista con el Papa, ha resucitado las especulaciones sobre una eventual visita de Juan Pablo II al antiguo para¨ªso comunista que constituye la principal asignatura pendiente de su pontificado. Pero aunque el comunismo est¨¦ sepultado por la historia y el Papa se haya paseado en triunfo por la Cuba de Fidel Castro, el hueso ruso es mucho m¨¢s duro de roer e incluso roza la utop¨ªa pensar en un encuentro en territorio neutral con el patriarca ortodoxo, Alejo II.
"Pero tambi¨¦n existen los milagros", dice con un optimismo te?ido de iron¨ªa el arzobispo Tadeusz Kondrusiewicz, administrador apost¨®lico cat¨®lico en la Rusia europea, tratando de obviar los obst¨¢culos que se adivinan.En declaraciones al peri¨®dico italiano Corriere della Sera, publicadas ayer, el presidente Yeltsin asegur¨® que el Papa ya ten¨ªa una invitaci¨®n para visitar Mosc¨², puesto que se la hizo en 1990 el entonces presidente sovi¨¦tico Mija¨ªl Gorbachov, pero que, en cualquier caso, "una visita de tal g¨¦nero deber¨ªa ser preparada con cuidado". El presidente ruso reconoci¨® las fricciones existentes entre la Iglesia cat¨®lica y la ortodoxa. El Patriarca ruso Alejo II juzg¨® el viaje papal "imposible mientras las relaciones interconfesionales no mejoren de una manera radical".
La proximidad del jubileo, que marcar¨¢ dentro de dos a?os el bimilenario de la cristiandad, es una ocasi¨®n magn¨ªfica para que ortodoxos rusos y cat¨®licos romanos entierren el hacha de guerra y avancen hacia la superaci¨®n del cisma del a?o 1054. Como asegura Kondrusiewicz desde su oficina en Mosc¨² -un piso m¨¢s arriba de donde la Mafia elimin¨® a tiro limpio a tres nuevos ricos hace dos a?os-, Roma reconoce desde el concilio Vaticano II que la ortodoxa "es una iglesia hermana, con los mismos sacramentos y medios de salvaci¨®n (bautismo, confesi¨®n, misa ... ) y la ¨²nica diferencia del rito".
Disputa de poder
Muy probablemente, la disputa es mucho menos religiosa y doctrinal que pol¨ªtica y de poder. El patriarcado de Mosc¨² intenta garantizar la soberan¨ªa sobre su territorio tradicional, y considera que la actividad de los cat¨®licos es proselitista e incluso violenta, sobre todo en Ucrania. En la parte occidental de este pa¨ªs, hasta 1991 parte de la Uni¨®n de Rep¨²blicas Socialistas Sovi¨¦ticas (URSS), se fund¨® en 1546 la iglesia uniata, de rito oriental, pero obediente a Roma. En 1946, Stalin la prohibi¨®. Muchos obispos y sacerdotes terminaron con un balazo en la nuca o en los campos de concentraci¨®n.Seg¨²n reconoce en el monasterio moscovita de Danilovski el pope llari¨®n Alf¨¦yev, encargado de las relaciones intercristianas en el patriarcado ortodoxo ruso, con los uniatas se cometi¨® "una injusticia hist¨®rica", pero los ortodoxos no tuvieron la culpa y, durante 50 a?os, "alimentaron espiritualmente a esos hermanos cristianos que fueron privados de su existencia legal. El problema es que, simult¨¢neamente, se apropiaron de sus templos y que, cuando con la perestroika los uniatas volvieron a ser legales, no se los devolvieron voluntariamente.
En los ¨²ltimos a?os, los cat¨®licos ucranios han recuperado algunas iglesias, incluso a la fuerza. En su opini¨®n, "algunos templos deber¨ªan volver a los uniatas y otros quedar en manos de los ortodoxos", pero la violencia y el derramamiento de sangre" han impedido una soluci¨®n negociada.
Para Kondrusiewicz la siuaci¨®n no es tan sencilla, como demuestra el hecho de que la Iglesia ortodoxa rusa es s¨®lo una de las varias que se disputan el reba?o cristiano en esa rep¨²blica, donde la descomposici¨®n de la URSS llev¨® el nacionalismo y la discordia no s¨®lo al poder pol¨ªtico sino tambi¨¦n al religioso. En opini¨®n del arzobispo, la disputa deber¨ªa haber empezado a resolverse con el trabajo de una comisi¨®n conjunta que se decidi¨® crear el pasado 15 de enero en Mosc¨² en una de las peri¨®dicas citas de los responsables de las dos iglesias.
Conflicto de Ucrania
En esa ocasi¨®n, las delegaciones presididas por el cardenal cat¨®lico Edward Cassidy, presidente del Consejo Pontifical para la Promoci¨®n de la Unidad Cristiana, y el arzobispo ortodoxo Cirilo, metropolitano de Smolensk y Kaliningrado, ni siquiera llegaron a hablar, seg¨²n Alf¨¦yev, de la posibilidad de una entrevista de Juan Pablo II y Alejo II.Mientras sigan as¨ª las cosas, la visita del Papa a Rusia es punto menos que imposible, milagros aparte. El conflicto de Ucrania y la expansi¨®n del catolicismo en Rusia, dice Alf¨¦yev, "excitaron mucho los estados de ¨¢nimo", y se correr¨ªa el riesgo de "una explosi¨®n de indignaci¨®n popular". En cuanto a la posibilidad de que Juan Pablo II viaje como jefe de Estado, se?ala que "Juan Pablo II se percibe a s¨ª mismo ante todo como cabeza de su Iglesia y s¨®lo en segundo lugar como jefe de Estado del Vaticano", por lo que no cree que aceptase' una visita pol¨ªtica, ni siquiera en el improbable caso de que Bor¨ªs Yeltsin le renovase la invitaci¨®n que ya le hizo el ¨²ltimo presidente de la URSS, Mija¨ªl Gorbachov.
Tampoco considera muy realista pensar en un encuentro entre el Papa y el Patriarca en territorio neutral. "Nunca lo hubo en toda la historia de la cristiandad", recuerda, "y s¨®lo ser¨ªa posible si se viera una posibilidad real de mejorar la situaci¨®n en Ucrania". Y es que, como este mismo pope reconoce, "las relaciones actuales son resultado de nueve siglos de enemistad, tensi¨®n, derramamiento de sangre y conflictos militares. Lo que se destruy¨® durante siglos es muy dif¨ªcil que se reconstruya en unos a?os, o decenios".
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