Europa-euro-Europol
Alguien dijo que es necesario tener reglas porque a los seres humanos nos fallan de vez en cuando los principios. Es muy posible que fallen m¨¢s cuanto m¨¢s poder se acumule. La experiencia demuestra que es muy probable que cualquier salvajada que se le pueda ocurrir a una persona ya haya tenido lugar. Y que, en muchos casos, las peores salvajadas han ocurrido con el respaldo de la autoridad democr¨¢ticamente constituida.Cualquier mala situaci¨®n puede empeorar y cualquier grupo con poder tiene la comprobada tendencia a terminar us¨¢ndolo de forma abusiva, casi siempre con la justificaci¨®n de que no act¨²a as¨ª en beneficio propio, sino en el de la sociedad en su conjunto. Para corregir esa tendencia est¨¢n las reglas, para cuando fallan los principios y las personas autorizadas a ejercer el poder se vuelven cristalinamente abusivas. Por eso resulta todav¨ªa m¨¢s desasosegante cuando son las propias reglas las que se relajan. Cuando eso pasa en un pa¨ªs, son malas noticias para todos. Y cuando pasa en un pa¨ªs miembro de la Uni¨®n Europea son muy malas noticias para todos los ciudadanos europeos.
Los dirigentes de los pa¨ªses comunitarios aseguran que la UE no es s¨®lo una moneda ¨²nica o un conjunto de normas mercantiles, sino un proyecto pol¨ªtico para la construcci¨®n de una Europa unida. Alemania, Francia o Espa?a han reprochado siempre al Reino Unido o Dinamarca que dificulten el desarrollo de otros campos de integraci¨®n. Maastricht no puso s¨®lo en marcha el euro sino que abri¨® dos cap¨ªtulos en los que hab¨ªa que ir profundizando, al menos, la cooperaci¨®n: la pol¨ªtica exterior y de seguridad y los asuntos relativos a Interior y Justicia.
Alemania -desde hace a?os con el decidido apoyo de Espa?a- se ha presentado siempre como una gran defensora de la cooperaci¨®n en materia policial: suya es la idea de una Europol (Oficina Europea de Polic¨ªa) contemplada en el Tratado de la UE y encargada de un "sistema de intercambio de informaci¨®n". Algunos pa¨ªses mostraron en el pasado dudas sobre el alcance de esa cooperaci¨®n policial, pero a la vista de lo ocurrido la semana pasada en Alemania las dudas deber¨ªan ser ahora un¨¢nimes. ?Como desarrollar Europol si su principal valedor, Alemania, ha cambiado su propia Constituci¨®n para permitir que la polic¨ªa realice escuchas electr¨®nicas generalizadas?
La C¨¢mara Alta del Parlamento alem¨¢n ha decidido democr¨¢ticamente dejar de garantizar la inviolabilidad del domicilio. Estima que para luchar contra la delincuencia organizada es necesario que la polic¨ªa pueda espiar a periodistas, abogados, m¨¦dicos y a cualquier ciudadano sobre el que exista una simple sospecha.
Ocurre que la delincuencia organizada suele ser, adem¨¢s, internacional, es decir que act¨²a en m¨¢s de un pa¨ªs y que, desde luego, muchos de estos grupos criminales tienen redes europeas. ?Lo que es necesario y justo para la polic¨ªa alemana estar¨¢ prohibido y ser¨¢ considerado ilegal en Europol? ?Recibir¨¢ la polic¨ªa espa?ola, francesa o italiana informaci¨®n obtenida con estos medios, inconstitucionales en sus respectivos pa¨ªses?
Se supone, seg¨²n el propio Tratado de Maastricht, que las cuestiones relativas a cooperaci¨®n policial se tratar¨¢n "en el respeto del Convenio Europeo para la Protecci¨®n de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales", pero este texto legal no ayuda a disipar la dudas. El art¨ªculo 8 dice que toda persona tiene derecho al respeto de su domicilio y de sus comunicaciones y que no puede haber injerencia de una autoridad p¨²blica en el ejercicio de este derecho, "salvo que est¨¦ prevista por la ley y que constituya una medida que, en una sociedad democr¨¢tica, sea necesaria para la seguridad nacional o seguridad p¨²blica". La democr¨¢tica Constituci¨®n alemana asegura que la polic¨ªa puede violar las comunicaciones. La democr¨¢tica Constituci¨®n espa?ola dice que no. Mientras se aclara cu¨¢l prevalece en Europol, lo mejor ser¨ªa congelar esa oficina.
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