El Gobierno afronta la reforma del impuesto sobre la renta como su pricipal baza electoral

La reforma del impuesto sobre la renta es la de mayor calado pol¨ªtico y econ¨®mico de esta legislatura. Afectar¨¢ a 30 millones de ciudadanos, que presentan cerca de 15 millones de declaraciones y que aportan la tercera parte de los recursos del Estado. El nuevo impuesto entrar¨¢ en vigor el a?o 1999, pero los contribuyentes la notar¨¢n en la declaraci¨®n que presenten a mediados del a?o 2000, justo al final de la legislatura.La aceptaci¨®n social del nuevo impuesto y el examen sobre el cumplimiento del programa electoral del PP determinar¨¢n un buen n¨²mero de votos. De aqu¨ª el Gobierno afronte esta reforma como su principal baza electoral con la vista puesta en la mayor¨ªa absoluta. La intenci¨®n es que todos los contribuyentes noten la rebaja, en especial las rentas inferiores, algo que los partidos de la oposici¨®n ponen desde ahora en tela de juicio.

El principal problema a resolver es el de un impuesto que recae sobre todo en las rentas salariales. En la ¨²ltima declaraci¨®n presentada (en 1997 sobre los ingresos de 1996), la primera plenamente gestionada por el Gobierno del PP, las rentas del trabajo han aumentado su participaci¨®n sobre el total declarado: desde el 80,17% en 1996 hasta el 80,81% en 1997. Cinco a?os antes era del 76%.

Esto hace que el IRPF descanse, sobre todo, en los niveles m¨¢s bajos. En el ¨²ltimo ejercicio, el 85,5% de los declarantes del impuesto consignaron ingresos inferiores a 3,4 millones de pesetas. Por encima de 25 millones de pesetas, ¨²nicamente se situaron 13.000 contribuyentes.

El actual esquema de deducciones hace, sin embargo, que en los niveles m¨¢s bajos el beneficio fiscal sea comparativamente superior. En los tramos de hasta dos millones de pesetas (el 65% de los contribuyentes) la carga fiscal (diferencia entre tipo medio y tipo efectivo) se rebaja en unos cinco puntos por el juego de las deducciones. En rentas entre dos y tres millones baja cuatro puntos y entre tres y diez, dos puntos.

De aqu¨ª se desprende que la eliminaci¨®n de las deducciones en la cuota del impuesto perjudicar¨ªa a las rentas m¨¢s bajas. El Gobierno se propone compensarlo con la deducci¨®n de un m¨ªnimo familiar en la base del impuesto, de unas 500.000 pesetas m¨¢s la mitad por cada hijo. Los expertos consultados se?alan que ese m¨ªnimo familiar beneficiar¨¢ proporcionalmente m¨¢s cuanto mayor sea la renta.

La raz¨®n es que cuanto mayor sea el tipo marginal de la tarifa que corresponda, m¨¢s alto es el porcentaje que deja de tributar. Si el tipo marginal m¨¢ximo se reduce -ser¨¢ inferior al 50% para cumplir el principio de que el Estado no se quede con m¨¢s que el contribuyente- el efecto ser¨¢ menor.

La cuant¨ªa de ese m¨ªnimo familiar -Los gastos necesarios para vivir- que finalmente se aplique es una de las principales decisiones pol¨ªticas a adoptar por el Gobierno. Ser¨ªa pillarse las manos si esa cantidad superase a un buen n¨²mero de pensiones p¨²blicas, a las prestaciones por desempleo o al salario m¨ªnimo.

Otro elemento clave de decisi¨®n pol¨ªtica es la fiscalidad de la vivienda. Es pr¨¢cticamente seguro que se eliminar¨¢ la deducci¨®n en la base de los intereses pagados por cr¨¦ditos hipotecarios y que desaparezca tambi¨¦n la consideraci¨®n como ingreso del 2% del valor catastral de la vivienda. En la actualidad, las deducciones por vivienda se disfrutan por 3,5 millones de contribuyentes, aproximadamente la cuarta parte del total.

La eliminaci¨®n de la deducci¨®n por gastos financieros plantea el problema de que es al inicio de la vida del cr¨¦dito -momento de mayores dificultades econ¨®micas- cuando se pagan muchos m¨¢s intereses que capital. En sentido contrario, eliminar la tributaci¨®n por la vivienda beneficiar¨¢ m¨¢s a los propietarios de pisos con valores catastrales m¨¢s altos.

El Gobierno mantendr¨¢ la deducci¨®n del 15% en la cuota del impuesto por compra de vivienda y se propone mejorarla para las rentas m¨¢s bajas. Est¨¢ tambi¨¦n pendiente de decisi¨®n pol¨ªtica si se pone un tope de deducci¨®n seg¨²n el valor de la vivienda. El problema es geogr¨¢fico ya que el 90% de los pisos tienen un valor inferior a los 20 millones de pesetas, pero en ciudades como Madrid o Barcelona este porcentaje es del 20%.

Ayer el diputado del PP Vicente Mart¨ªnez Pujalte insisti¨® en que el Gobierno primar¨¢ la vivienda. Todo el espectro de la izquierda (PSOE, Izquierda Unida, Nueva Izquierda e Iniciativa per Catalunya) y los sindicatos UGT y CC OO coincidieron en que la reforma fiscal perjudicar¨¢ a las rentas bajas.