El tenso erotismo del arte de Egon Schiele se presenta en el Museo Picasso de Barcelona
La exposici¨®n del expresionista austriaco comprende 150 cuadros y dibujos
La excelencia en el dibujo y el tenso erotismo que impregna la obra de Egon Schiele (Austria, 1890-1918) ocupan desde ayer las salas de exposici¨®n temporal del Museo Picasso de Barcelona, en donde hasta el 31 de mayo se presenta una retrospectiva que re¨²ne 150 cuadros y dibujos del prematura mente fallecido maestro del expresionismo vien¨¦s. La exposici¨®n, que procede del MOMA neyorquino, est¨¢ compuesta mayoritariamente por autorretratos y desnudos femeninos, algunos de los cuales muestran abiertamente la pelvis y la vulva estableciendo un juego de equilibrios, subrayado por el color, con los ojos y el rostro. Despu¨¦s del par¨¦ntesis barcelon¨¦s, la exposici¨®n se exhibir¨¢ en el Grand Palais de Par¨ªs.
El alcalde de Barcelona, Joan Clos, y el coleccionista Rudolf Leopold inauguraron ayer la exposici¨®n, que, con los fondos que adquiri¨® este ¨²ltimo, comprende 150 obras realizadas por el artista entre los a?os 1905 y 1918, los de su m¨¢xima efervescencia creativa.La obra de Egon Schiele ha tardado mucho tiempo en ser conocida y apreciada fuera de su pa¨ªs de origen. El oculista vien¨¦s Rudolf Leopold es, en buena parte, responsable de la celebridad del artista, cuyas obras empez¨® a coleccionar apenas acabada la II Guerra Mundial, cuando Schiele estaba reputado como un erot¨®mano menor, reputaci¨®n que Leopold hizo cambiar publicando numerosas monografias, estudios y art¨ªculos y organizando exposiciones de su obra. La selecci¨®n de su colecci¨®n que muestra en Barcelona comprende buen n¨²mero de obras maestras.
Desamparo y miedo
La gran mayor¨ªa son dibujos, coloreados a la acuarela o el guache. Schiele era un dibujante de absoluta maestr¨ªa, de l¨ªnea segura, que nunca recurr¨ªa a la goma de borrar y que eleg¨ªa los escorzos m¨¢s ins¨®litos para fijar la expresi¨®n de desamparo, de miedo o de tedio de sus anor¨¦xicas y jovenc¨ªsimas modelos. Entre los ¨®leos destacan la Mujer yacente de 1917 -un magn¨ªfico exponente de la ¨²ltima ¨¦poca del pintor-, el paisaje de 1913 Krumau y Cardenal y monja, ambos de 1912. Estos dos ¨²ltimos, adem¨¢s de sus cualidades pl¨¢sticas, son referentes hist¨®ricos que sit¨²an a Schiele en su tiempo, como sendos homenajes, no exentos de iron¨ªa, a quien fue su maestro, amigo y protector Gustav Klimt, la figura m¨¢s destacada de la Sezession vienesa, un movimiento que aspiraba a renovar no s¨®lo las salas de ex posici¨®n, sino la vida cotidiana de la Viena en los a?os finales de su capitalidad imperial y que de generar¨ªa como otra forma del academicismo.Leopold cita con satisfacci¨®n las palabras de un especialista para quien la versi¨®n de Schiele del expresionismo es tan particular y diferenciada como la de Miguel Angel respecto al Renacimiento italiano. En Eremitas, Schiele se retrata -con una carpeta en las manos- en compa?¨ªa de Klimt -coronado de flores-, ambos con h¨¢bitos de monje, y la expresi¨®n de los rostros tal como la describe el autor en una carta reveladora de su inter¨¦s por las relaciones entre arte y muerte: Klimt y Schiele aparecen a tama?o natural en el lienzo "como dos figuras afligidas por una pena com¨²n cuerpos de dos cansados de la vida, de dos suicidas, pero tambi¨¦n de dos personas con ingenio. Es necesario que veais las dos figuras como una nube de polvo de esta tierra que se quiere formar, pero tiene que hundirse indefensa..."
Cardenal y monja, que representa a dos religiosos arrodillados frente a frente, con las manos juntas en actitud de orar, pero llenos de temor y deseo un instante antes de apretarse en un abrazo, es una magn¨ªfica y provocadora parodia del c¨¦lebre cuadro de Klimt: El beso; Schiele sustituye las decorativas vestiduras doradas a las que tan afecto era el maestro por el violento rojo y el negro de los trajes talares, y la elegante palidez de la mujer de Klimt se ti?e de rubores y carnalidades en la monja de Schiele. Como explica Leopold, "de un idilio paradisiaco, de una delicada entrega femenina, surge una compulsi¨®n, una necesidad: del Jugendstil al expresionismo".
Un paso decisivo que Schiele apenas tuvo tiempo para dar, pues pocos meses despu¨¦s de la muerte de Klimt mor¨ªa tambi¨¦n ¨¦l a los 28 a?os de edad, como consecuencia de una epidemia de gripe que diezm¨® Viena, precisamente cuando conclu¨ªa la I Guerra Mundial y la ¨¦poca de mayor irradiaci¨®n cultural de la ciudad de Roth, Kokoschka, Mahler y Wittgenstein.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.