Maier y Seizinger, los esquiadores de hierro
El austriaco se impuso en el supergigante y la alemana en los descensos
Hermann Maier y Katia Seizinger son los esquiadores de hierro. Por fin el esqu¨ª subi¨® al pedestal de los Juegos. Hakuba tuvo piedad y dej¨® un hueco en su impresentable clima. Hermann (Herminator, como se le conoce) y Katia no s¨®lo hab¨ªan demostrado ser los m¨¢s fuertes esta temporada, sino que tras resistir el suplicio ol¨ªmpico de las suspensiones o las ca¨ªdas, fueron los grandes triunfadores de una jornada del lunes salvadora para el maltratado esqu¨ª de los Juegos.Las estrellas reaparecieron con todo su fulgor. La alemana, ya veterana incluso en medallas ol¨ªmpicas, se resarci¨® sobradamente de su disgusto en el supergigante, donde se qued¨® sin medalla, y gan¨® los dos descensos en poco m¨¢s de dos horas, el absoluto y el de la combinada. El austriaco, el mejor esquiador del mundo actualmente, confirm¨® ser un fen¨®meno no s¨®lo ins¨®lito en este deporte, sino quiz¨¢ en la ¨¦lite de cualquier otro. No se acord¨® lo m¨¢s m¨ªnimo de su vuelo casi mortal cuando se sali¨® en el descenso el viernes y se impuso en su quinto supergigante de la temporada, su mejor prueba, su patio particular, porque las ha ganado todas. Un hombre que apenas era alba?il y monitor de esqu¨ª hace dos a?os, se ha convertido en el verdadero sucesor, incluso con algo de su carisma, del inefable Alberto Tomba.
La niebla se resisti¨® m¨¢s de una hora a dejar el lamentable lugar de Hakuba, pese a que la salida del supergigante masculino, aplazado ya dos veces, era a una cota de 1.490 metros, casi 300 m¨¢s abajo que la del descenso. Pero acab¨® por despejar y permiti¨® la exhibici¨®n de Maier, un prodigio de potencia y deslizamiento. Esta vez, ni estaba la zona maldita que hac¨ªa perder el control como en el descenso, ni la velocidad era tanta. Pero su superioridad s¨ª.
El dominio de Austria, pa¨ªs que ha recuperado de forma aplastante este a?o la supremac¨ªa masculina, empez¨® a concretarse con Hans Knauss, el primero que baj¨® de 1.36 minutos, a 90,8 kil¨®metros por hora de media en los 2.407 metros del recorrido. Y dos puestos despu¨¦s, Herminator sentenci¨® la carrera. Baj¨® de 1.35 y super¨® a su compatriota por m¨¢s de medio segundo, 61 cent¨¦simas. Lo hizo a 91,38 kil¨®metros por hora, con puntas de m¨¢s de 110. S¨®lo quedaban como enemigos, otro compatriota, Andreas Schifferer, y el noruego Kjetil Andre Aamodt, segundo y tercero en la Copa del Mundo. Pero el primero, algo lesionado y con el miedo a¨²n que pill¨® tras la ca¨ªda de Maier en el descenso, decepcion¨® todav¨ªa m¨¢s y se fue a un nefasto puesto 19?. Aamodt, al menos siempre regular y en los puestos de honor, al quinto. ?nicamente el suizo Didier Cuche, que tambi¨¦n ha explotado este a?o en descenso, pero fall¨® tambi¨¦n el viernes, se resarci¨® con coraje y saliendo el 17 se llev¨® la plata al igualar el tiempo de Knauss. Un consuelo para el maltrecho esqu¨ª suizo, oscurecido incluso Michel von Gruenigen, su mejor hombre, por Hermann Maier.
La sorpresa Wiberg
Katia Seizinger, por su parte, simplemente hizo lo que sabe, que es mucho, y gan¨® los dos descensos porque la penuria de rivales es casi general. En el primero, el serio, ya despejada la niebla pese a salirse a 1.590 metros, esta vez no dio la sorpresa la norteamericana Picabo Street, ganadora del supergigante, que se fue al sexto tiempo. Y s¨ª fue inesperado, pero bonito, que la no menos veterana y polivalente Pernilla Wiberg, completamente recuperada de su grave lesi¨®n, acabara segunda y a s¨®lo 29 cent¨¦simas de Katia. Ya era impresionante una medalla de plata, una m¨¢s en su dilatado palmar¨¦s, pero tambi¨¦n supon¨ªa un adelanto de lo que iba a conseguir despu¨¦s en el descenso de la combinada: otro segundo lugar tras la alemana, a 34 cent¨¦simas esta vez. El oro hoy, salvo que la sueca no termine el eslalon, parece suyo en su mejor especialidad.
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