Los maestros brit¨¢nicos podr¨¢n usar la fuerza para contener a los alumnos violentos, pero no golpearles

El uso "razonable" de la fuerza por el profesorado, en especial el de secundaria, ha llegado a las aulas brit¨¢nicas. Pegar a los alumnos revoltosos o incluso violentos para que depongan su actitud sigue sin ser de recibo. Pero empujarles y tirar de ellos cuando ri?en, sujetarles un brazo con firmeza o indicarles el camino de la puerta con una mano puesta en su espalda forma parte desde ayer de los derechos del docente.Las nuevas normas, publicadas por el Ministerio del Interior, pretenden reducir el n¨²mero de demandas presentadas por las familias de alumnos que chocaron con sus maestros. El sindicato de profesores, sin embargo, ha asegurado que har¨¢ caso omiso de las recomendaciones gubernamentales. En momentos de peligro, se?ala, lo mejor es llamar a un colega o la propia polic¨ªa.

El Ministerio de Educaci¨®n trata de convencer a los profesores de que tienen m¨¢s derechos de los que creen. Pueden contener a los alumnos -cuando interrumpan las clases, destruyan el material escolar o ataquen a un compa?ero- con algo m¨¢s que buenas palabras. "Est¨¢ muy bien decir que pedir¨¢n ayuda a un colega pero a veces no da tiempo. Si la situaci¨®n es peligrosa, deben ser capaces de usar una fuerza razonable", seg¨²n portavoces ministeriales. Las mismas fuentes subrayan la importancia de que el maestro acepte sus derechos en vez de temer la interposici¨®n de una querella por parte del alumno malhumorado.

Las normas reci¨¦n publicadas dejan muy claro que nunca debe lastimarse al menor sujetando su cuello para que no pueda respirar. Arrastrarle por los pelos o paralizar sus brazos con dolor tampoco est¨¢ permitido. "Se trata de que el docente, mantenga la calma y la mesura y responda tirando de ellos con determinaci¨®n". La tranquilidad de esp¨ªritu promovida por el ministerio supone un peligro a¨²n mayor para la Uni¨®n Nacional de Profesores. "Si se animan a actuar as¨ª, estar¨¢n ante un peligro a¨²n mayor. Hay que evitar el contacto f¨ªsico en momentos conflictivos", en palabras de Nigel de Gruchy, subsecretario general.