Una iniciativa mejorable

La presentaci¨®n por el Grupo Socialista de una proposici¨®n de Ley de Calidad e Igualdad en Educaci¨®n y de su Financiaci¨®n es una buena iniciativa que UGT acoge positivamente. Desde hace a?os venimos reclamando un pacto por la educaci¨®n en nuestro pa¨ªs que garantizando la financiaci¨®n adecuada permitiese alcanzar un sistema educativo de calidad, solidario y homologable a nivel de Estado, fundamentado en la igualdad de oportunidades.El Gobierno del PP y Esperanza Aguirre eligen la direcci¨®n contraria. En pocos meses, sus declaraciones y hechos multiplican las agresiones a la escuela p¨²blica y al modelo constitucional. Pero no se enfrentan a las leyes que configuran el sistema con otras leyes, sino que, por falta de apoyos o de valent¨ªa pol¨ªtica para modificarlas, eligen una labor de zapa, de desgaste m¨¢s o menos sutil de la educaci¨®n p¨²blica. Mercantilizan la educaci¨®n, pretenden transformarla en una mercanc¨ªa sujeta a la oferta y a la demanda; que se compre tambi¨¦n educaci¨®n: a m¨¢s dinero, m¨¢s posibilidades.

Ello origin¨® una masiva respuesta de los sectores progresistas que se concret¨® en la marcha sobre Madrid del pasado 17 de mayo. Esta marcha se convirti¨® en un punto de inflexi¨®n, que llev¨® a que el Consejo Escolar del Estado y la inmensa mayor¨ªa de los agentes sociales de todo el espectro ideol¨®gico de la comunidad educativa, reclamasen la necesidad del pacto, del consenso, que se plasm¨® en septiembre en la declaraci¨®n a favor de la educaci¨®n.

En este contexto de protagonismo de movilizaci¨®n y protagonismo social, surge la propuesta del PSOE ante la falta de respuesta por parte del Gobierno o del Partido Popular. No es un hecho aislado. La educaci¨®n est¨¢ desempe?ando un papel de primera l¨ªnea en la pol¨ªtica de los pa¨ªses m¨¢s desarrollados -pensemos en el programa electoral de Tony Blair o el reciente discurso sobre el Estado de la Uni¨®n de Bill Clinton-, se convierte en una apuesta de futuro, de transformaci¨®n y cohesi¨®n social. Por ello, aunque s¨®lo fuese por centrar el debate educativo en los verdaderos problemas, calidad, igualdad y financiaci¨®n y no en cortinas de humo, como la de las humanidades, ya ser¨ªa positiva la ley.

Es evidente que la ley tiene aspectos muy mejorables. Y hay otros que no se tratan y son de capital importancia. Algunos muy ligados a la Ley Org¨¢nica de la Participaci¨®n, la Evaluaci¨®n y el Gobierno de los Centros Docentes (LOPEG), que ha significado para los sectores progresistas de la comunidad educativa un innecesario paso atr¨¢s en la pol¨ªtica educativa de este pa¨ªs. Cuestiones laborales y retributivas que deben negociarse en sus foros naturales. Pero a pesar de ello e! un muy buen punto de partida, m¨¢xime al estar abierta a las propuestas de las fuerzas sociales y parlamentarias La participaci¨®n de todos podr¨¢ mejorarla sustancialmente y ¨¦sa es la intenci¨®n con la que presentaremos nuestras propuestas.

En nuestro an¨¢lisis, la proposici¨®n de ley es una oportunidad para renovar el pacto que se reflej¨® en el art¨ªculo 27 de la Constituci¨®n, pero tambi¨¦n para completar y financiar el entramado legislativo de la reforma, para estructurar un sistema homologable y solidario en el marco de las transferencias que llegar¨¢n a las 17 comunidades aut¨®nomas. Y hacemos un llamamiento a que el consenso se d¨¦. Si no ocurre, cada cual tendr¨¢ que asumir las responsabilidades y consecuencias pol¨ªticas de sus decisiones, de convertir la educaci¨®n p¨²blica en un campo de batalla, en una confrontaci¨®n de modelos educativos y, por extensi¨®n, sociales e ideol¨®gicos, y, si ello se da, tenemos muy clara nuestra posici¨®n, la hemos descrito en l¨ªneas anteriores: la defensa de la educaci¨®n p¨²blica como un pilar b¨¢sico de Estado de bienestar.