La "carta Annan"
ES LA ¨²ltima oportunidad. El viaje que prepara el secretario general de la ONU, Kofi Annan, a Bagdad, previsto ya para el pr¨®ximo viernes, es la ¨²ltima carta que puede jugar la diplomacia para que Estados Unidos renuncie a atacar devastadoramente Irak como ayer prometi¨® de nuevo que har¨ªa, "si fuera necesario", el presidente Clinton en una alocuci¨®n televisada, significativamente, desde el Pent¨¢gono.Entre signos de flexibilidad iraqu¨ª -que cabe interpretar como el convencimiento de que s¨®lo el permiso irrestricto para que los inspectores de la ONU lleguen hasta el ¨²ltimo rinc¨®n de la casa de Sadam Husein para comprobar si oculta armas de destrucci¨®n masiva-, Bagdad subraya que Annan no debe ser tan s¨®lo un mensajero que lleve condiciones, sino ir preparado a negociar. Eso es razonable, si se entiende como una tentativa iraqu¨ª de salvar la cara, aun cediendo a las presiones de Washington.
El mandato de la ONU entra?a un embargo internacional que s¨®lo consiente a Bagdad el aprovisionamiento de medicinas y alimentos, pero como tambi¨¦n se restringe la exportaci¨®n del crudo iraqu¨ª, la situaci¨®n sanitaria y la escasez de abastecimientos son estremecedoras, con un grav¨ªsimo peaje para la salud y la vida de los sufridos ciudadanos iraqu¨ªes. Ser¨ªa injusto que el eventual cumplimiento de las resoluciones de la ONU, hasta ahora incompleto, pero que ha ido ampli¨¢ndose en los ¨²ltimos meses, no conllevara alivio alguno para la situaci¨®n de Irak.
Un r¨¦gimen iraqu¨ª que tuviera la seguridad de que a su sometimiento sin reservas al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas le correspondiera un calendario para el levantamiento escalonado de las sanciones hallar¨ªa m¨¢s f¨¢cilmente motivos para pasar por esas horcas caudinas que atrajo temerariamente sobre s¨ª cuando invadi¨® Kuwait en 1990 y aliment¨® las razones para creer que almacena, o ha almacenado, armas qu¨ªmicas o bacteriol¨®gicas. Un ataque "devastador" parece en estos momentos desproporcionado. ?sa es la interpretaci¨®n a la que se apuntan Francia, Rusia y China. No as¨ª Espa?a, que s¨®lo pide que se agote la v¨ªa diplom¨¢tica antes de condonar que lluevan las bombas sobre el pa¨ªs ¨¢rabe, pese a que no hay ninguna garant¨ªa de que el castigo sirva para destruir aquello que, nominalmente, se busca: unas armas que no deben esperar la visita del cielo en las azoteas de los llamados recintos presidenciales y que en el caso de ser destruidas en un bombardeo podr¨ªan provocar una cat¨¢strofe humanitaria.
Annan trata de preparar concienzudamente su viaje; es decir, cerciorarse de que ambas partes, Bagdad y Washington, le dan motivos para lograr objetivos. De un lado, que Sadam Husein est¨¦ dispuesto a cumplir sin m¨¢s tergiversaciones el mandato internacional; y de otro, quiz¨¢, que Clinton entienda que eso merece tambi¨¦n alguna compensaci¨®n. ?ste deber¨ªa ser el objetivo de esa visita a Bagdad decidida ayer por el Consejo de Seguridad de la ONU. Es la ¨²ltima carta para alejar el fantasma de la guerra.
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