El Ej¨¦rcito apoya como 'n¨²mero dos' indonesio a un pol¨¦mico amigo de Suharto

Jusuf Habibie, de 61 a?os, controvertido ministro de Investigaci¨®n y Tecnolog¨ªa de Indonesia y leal colaborador del presidente Suharto, se garantiz¨® ayer su elecci¨®n como vicepresidente despu¨¦s de que las Fuerzas Amadas le dieran su apoyo con vistas a la elecci¨®n del equipo presidencial que el pr¨®ximo mes va a realizar la Asamblea Consultiva Popular (MPR, Parlamento). El apoyo castrense se produjo el mismo d¨ªa que Suharto manifestaba su disposici¨®n a reconsiderar su plan para establecer una paridad fija entre la rupia y el d¨®lar, proyecto repudiado por el Fondo Monetario Internacional (FMI).

El presidente Suharto tiene el apoyo un¨¢nime de las cinco facciones de la MPR y ser¨¢ reelegido para un s¨¦ptimo mandato de cinco a?os a primeros del pr¨®ximo mes. Hab¨ªa incertidumbre sobre qui¨¦n ser¨ªa su vicepresidente, pero la sorprendente decisi¨®n del Ej¨¦rcito despeja todas las dudas. Habibie, un ingeniero aeron¨¢utico formado en Alemania, es uno de los pol¨ªticos que m¨¢s tiempo lleva junto a Suharto, y ha sido muy criticado por los militares debido a sus costosos programas, que merman los fondos destinados a las Fuerzas Armadas, espina dorsal del r¨¦gimen indonesio, con poderes constitucionales que trascienden los propios de la defensa.La decisi¨®n de Habibie de comprar la flota de guerra de la extinta Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana por 1.100 millones de d¨®lares (unos 165.000 millones de pesetas) fue considerada en su momento una ofensa por los militares, que estimaron que hubiera sido m¨¢s barato construir barcos nuevos en vez de soportar el coste de mantener otros viejos.

Constitucionalmente, el vicepresidente debe suceder a Suharto en caso de incapacidad del presidente, que desde finales del a?o pasado tiene recomendado reposo debido a sus problemas de salud.

La reputaci¨®n de liberalidad en el gasto que acompa?a a Habibie y sus poco ortodoxas manifestaciones sobre pol¨ªtica econ¨®mica -como bajar los tipos de inter¨¦s para contener la inflaci¨®n, lo que va contra el cat¨®n econ¨®mico- son una continua fuente de pol¨¦mica y le han ganado la desaprobaci¨®n impl¨ªcita del FMI. De hecho, algunos analistas predicen que si Habibie llegara a la presidencia su mandato ser¨ªa probablemente corto, ya que la MPR ser¨ªa convocada urgentemente para elegir presidente.

La debilitada rupia recibi¨® un tremendo golpe el mes pasado, cuando salt¨® por primera vez la candidatura de Habibie, y cay¨® hasta un cambio de 17.000 por d¨®lar. En julio del a?o pasado estaba a 2.400 y ayer se cambiaba a unas 9.000 por d¨®lar. Suharto intenta a la desesperada estabilizarla y pretend¨ªa crear un sistema de paridad fija que ha sido duramente criticado por el FMI, al considerar que las condiciones no est¨¢n maduras para tal medida. El Fondo ha llegado a amenazar con suspender el paquete de ayuda por valor de 43.000 millones de d¨®lares concedido hace unas semanas.

"El presidente Suharto me ha prometido que reconsiderar¨¢ la medida en vista de nuestras prevenciones", manifest¨® ayer el ministro alem¨¢n de Hacienda, Theo Waigel, de visita oficial en Yakarta. "No hay alternativa a las reformas del FMI". La banca alemana es la segunda acreedora de Indonesia, despu¨¦s de la japonesa.

Los incrementos de precios en productos b¨¢sicos y el paro derivado de una crisis que ha sumido en una situaci¨®n de pr¨¢ctica quiebra t¨¦cnica a buena parte de las compa?¨ªas indonesias ha provocado disturbios en diversas partes de este archipi¨¦lago de 200 millones de habitantes, el quinto pa¨ªs m¨¢s poblado del mundo. La minoritaria comunidad china -apenas el 3% de la poblaci¨®n, pero que controla en tomo al 60% de la econom¨ªa- ha sido objeto de ataques que han costado una docena de vidas. Las embajadas de Australia y Estados Unidos han pedido a sus nacionales que est¨¦n siempre localizables y aumenten sus precauciones en la calle o al viajar. "En Indonesia est¨¢n a punto de pasar cosas desagradables y hay que estar muy atento", advierte el embajador australiano, John McCarthy.