Los m¨¦dicos franceses tendr¨¢n que recetar siempre el f¨¢rmaco m¨¢s barato

El Gobierno franc¨¦s pretende reducir el gasto sanitario y, al mismo tiempo, aumentar la inversi¨®n en materia de investigaci¨®n farmac¨¦utica. Estos dos objetivos han sido estudiados en Consejo de Ministros a partir de una comunicaci¨®n presentada por Bernard Kouchner, secretario de Estado para la Sanidad. Las principales medidas consistir¨ªan en la obligaci¨®n, para los m¨¦dicos generalistas, de recetar siempre el medicamento menos caro y el compromiso del Gobierno para duplicar en menos de dos a?os el n¨²mero de gen¨¦ricos.

Siempre que haya varios medicamentos en el mercado con el mismo valor terap¨¦utico, el m¨¦dico generalista franc¨¦s que se disponga a firmar una receta deber¨¢ prescribir el m¨¢s barato. Al mismo tiempo, el Gobierno se compromete, a trav¨¦s de la Agence du M¨¦dicament, a lograr que se duplique, antes de que haya acabado 1999, el n¨²mero de medicamentos llamados gen¨¦ricos [f¨¢rmacos de cuyo principio activo los laboratorios han perdido la patente, por lo que se pueden vender m¨¢s baratos] disponibles en el mercado. En 1996 s¨®lo supon¨ªan el 5% de los existentes y apenas el 2% en valor, en gran parte porque son entre un 15% y un 30% m¨¢s baratos.Dentro del presupuesto de la sanidad francesa, el consumo de f¨¢rmacos no ha podido ser controlado y crece m¨¢s deprisa que otros gastos sanitarios. De ah¨ª esta iniciativa. En la actualidad, la Seguridad Social reembolsa siempre un porcentaje variable del precio del medicamento. Ese porcentaje, que puede ir del 25% al 100%, depende tanto de la situaci¨®n social del afiliado como de las caracter¨ªsticas del producto. Los llamados medicamentos de confort -la aspirina, por ejemplo- est¨¢n mucho menos cubiertos que productos imprescindibles para la terapia combinada contra el sida. Respecto a los gen¨¦ricos, es decir los f¨¢rmacos cuyos derechos de invenci¨®n ya han quedado libres, la Agence du M¨¦dicament quiere mejor controlar su calidad, la lista de los existentes y, sobre todo, impulsar que sean muchos m¨¢s los disponibles.

Para controlar el gasto, el Gobierno tambi¨¦n se fija como objetivo el reducir la producci¨®n de antibi¨®ticos y antidepresivos en un 10% antes de 18 meses. El consumo de este tipo de f¨¢rmacos se considera excesivo. Para compensar hipot¨¦ticas p¨¦rdidas, el Ejecutivo se compromete a agilizar los tr¨¢mites de inscripci¨®n de los medicamentos y a acortar el plazo de decisi¨®n de la fijaci¨®n de precios.

Para conseguir esa reducci¨®n del 10% en la producci¨®n de tranquilizantes se pretende llegar a un nuevo acuerdo marco con los industriales que tendr¨¢ como punto de partida el establecer qu¨¦ clases de medicamentos son realmente objeto de consumo abusivo.

Otra de las cuestiones abordadas tienen que ver con los tr¨¢mites administrativos y su lentitud. Los enfermos de sida, de c¨¢ncer, las personas en situaci¨®n terminal o cuyo tratamiento va acompa?ado de dolor y los ni?os no se beneficiaban de ning¨²n trato de favor. A partir de ahora, los medicamentos nuevos o para combatir el dolor estar¨¢n a disposici¨®n del p¨²blico antes porque se reducir¨¢ la duraci¨®n de la investigaci¨®n administrativa previa a la autorizaci¨®n.

Por ¨²ltimo se quiere tambi¨¦n potenciar el esfuerzo de investigaci¨®n de los laboratorios privados proponiendo nuevos tipos de convenios a la vez que se promueve la investigaci¨®n en el sector p¨²blico y se intenta que la Seguridad Social concentre sus esfuerzos financieros en medicamentos innovadores.