Yeltsin admite en un mensaje a la naci¨®n la penosa situaci¨®n del Ej¨¦rcito ruso
La otrora poderosa m¨¢quina de guerra que plant¨® cara al poder¨ªo, norteamaricano durante la guerra fr¨ªa hace agua y los proyectos de reforma no est¨¢n dando del momento demasiados frutos. El presidente ruso, Bor¨ªs Yeltsin, ha admitido en un mensaje radiof¨®nico, a la naci¨®n que las Fuerzas Armadas se encuentran en una situaci¨®n catastr¨®fica, pero que su modernizaci¨®n es una de las m¨¢ximas prioridades del pa¨ªs.
"Estamos construyendo", se?al¨® el l¨ªder del Kremlin, "un nuevo Ej¨¦rcito, profesional y con capacidad de maniobra", que responda a las necesidades cambiantes de la situaci¨®n internacional. Y en uno de sus raptos de sinceridad, que no suelen ir acompa?ados de medidas eficaces para combatir el mal que se?ala, a?adi¨® que "un Ej¨¦rcito como ¨¦ste debe ser dirigido por gente a la que se hayan facilitado condiciones de vida aceptables, que no tenga que vagabundear sin tener un techo ni esperar durante meses para cobrar sus salarios".En teor¨ªa, los militares cobraron sus atrasos el a?o pasado, pero el propio Yeltsin reconoci¨® el martes, en su discurso sobre el estado de la naci¨®n, que el Estado tiene a¨²n una enorme deuda con las Fuerzas Armadas, tanto con sus hombres como con su armamento y equipo. El vicejefe de Gobierno Anatoli Chub¨¢is se?al¨®, por su parte, que la deuda con la industria de defensa asciende a cerca de medio bill¨®n de pesetas.
El general VIad¨ªmir Yakovlev, jefe de las fuerzas de misiles estrat¨¦gicas, ha declarado, finalmente, que est¨¢n obsoletas m¨¢s del 60% de estas armas, clave durante d¨¦cadas del equilibrio de poder en el mundo. Una situaci¨®n que, en su opini¨®n, es lamentable, ya que considera que la reforma militar en marcha ser¨¢ inviable si no est¨¢ protegida por un "escudo nuclear como factor de disuasi¨®n".
Este retrato demoledor llega precisamente cuando se cumple, hoy, el 80? aniversario de la fundaci¨®n del Ej¨¦rcito Rojo, una efem¨¦ride que reuni¨® ayer en la c¨¦ntrica calle moscovita de Tverskaia a miles de personas convocadas por la oposici¨®n de izquierda y que exig¨ªan la restauraci¨®n del poder¨ªo militar ruso, gravemente deteriorado por la catastr¨®fica situaci¨®n econ¨®mica, que probablemente no ha sido ajena a que, por ejemplo, este ¨²ltimo fin de semana hayan saltado por los aires dos polvorines.
El viernes y el s¨¢bado, y con menor asistencia que ayer, se celebraron otras manifestaciones en Mosc¨² convocadas por la izquierdista Uni¨®n de Oficiales, cuyo l¨ªder, Stanislav T¨¦rejov, dibuj¨® una situaci¨®n peor a¨²n que la trazada por Yeltsin. "El Ej¨¦rcito", dijo, "se est¨¢ desintegrando. Cada a?o se pierden miles de vidas sin combate, hay accidentes de aviones y helic¨®pteros militares y renuncian al servicio miles de oficiales, entre los que hay m¨¢s de 100.000 que ni siquiera tienen vivienda".
Si a todo ello se suma que los reclutas est¨¢n mal alimentados y tienen que sufrir novatadas y abusos salvajes que llevan a muchos al suicidio no es de extra?ar que muchos llamados a filas prefieran ser pr¨®fugos y que unos 60.000 se librasen el a?o pasado tras pasar ex¨¢menes m¨¦dicos cuyos resultados se falsificaron en la mayor¨ªa de los casos. En algunas ciudades, como San Petersburgo, la polic¨ªa detiene por la calle o en los transportes p¨²blicos a j¨®venes en edad militar y les lleva a la fuerza al Ej¨¦rcito tras comprobarse que est¨¢n sanos.
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