La oposici¨®n pide la cabeza del dictador
La oposici¨®n iraqu¨ª en el exilio es un¨¢nime: quiere la cabeza de Sadam. "Cualquier pol¨ªtica contra el dictador debe estar dirigida a fortalecer las organizaciones que luchan contra ¨¦l", asegura desde Londres Ahmed Chalabi, l¨ªder del Congreso Nacional Iraqu¨ª (CNI), un movimiento de oposici¨®n compuesto por 24 grupos. "Un ataque a¨¦reo sin derribar a Sadam es un error", a?ade.
Akram al-Hakim, del Consejo Supremo Isl¨¢mico en Irak, el principal grupo shi¨ª con sede en Teher¨¢n e integrado en el CNI, es de una opini¨®n similar: "Si un ataque debe ser ¨²til, EE UU debe golpear en las piernas del r¨¦gimen". Burgham Kazem, del Acuerdo Nacional Iraqu¨ª, otro grupo opositor con sede en Amm¨¢n y formado por ex militares, tiene la misma tesis: "Mi opini¨®n es que la ¨²nica salida es deponer al dictador. Si no nos lo quitamos del medio".
El problema con el que se enfrenta Occidente es la debilidad de estos grupos opositores en el interior. Aparte del asesinato a tiros de cinco altos cargos del r¨¦gimen, la oposici¨®n s¨®lo puede mostrar un ¨¦xito: una pintada en un colegio de Bagdad. Entre 1992 y 1996, EE UU se gast¨® 100 millones de d¨®lares para fomentar acciones encubiertas de los dos grupos. Una de ellas e desarroll¨® en el norte, en el Kurdist¨¢n, pero la traici¨®n de uno de los grupos y la presencia de la Guardia Republicana oblig¨® a la CIA a sacarlos con urgencia de la zona para evitar su captura. En el plan de golpe de Estado de 1991, organizado por la CIA y el MI6 brit¨¢nico, tambi¨¦n acab¨® en fiasco: 1.200 ejecutados.
En lo que coinciden todos es en un punto: sin la ayuda exterior, la rebeli¨®n es imposible. Chalabi dec¨ªa hace dos semanas que los bombardeos deber¨ªan ser parte de un plan pol¨ªtico. "Clauswitz [pensador militar prusiano] dec¨ªa: 'La guerra es pol¨ªtica por otros medios', pero aqu¨ª ?d¨®nde est¨¢ la pol¨ªtica?".
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