Un maestro de nuestro tiempo
Hans Werner Henze (G¨¹tersloh, Westphlie, 1926) es un maestro de la contemporaneidad, un cl¨¢sico vivo del siglo XX. Su obra, tan mal conocida entre nosotros, es amplia y pluriforme. Despu¨¦s de sus primeros ¨¦xitos teatrales, desde Boulevard Solitud, 1952, a El rey ciervo, 1972, Henze ingres¨® con normalidad en el repertorio de los teatros l¨ªricos que contaron con una figura de gran categor¨ªa y un creador desde "el amor al p¨²blico". As¨ª, el tantas veces tachado de 11 caso aparte" y hasta vecino al conservadurismo, por la vanguardia radical, fue, en realidad, un adelantado de lo que siguen muchos: la creaci¨®n libre desde el imperio de la individualidad, lo que no significa ausencia de compromiso. Al contrario: Henze ha sido y es un comprometido en la vida art¨ªstica y en la civil. Su producci¨®n muestra una seguridad ideol¨®gica y t¨¦cnica admirable en los g¨¦neros dram¨¢tico, sinf¨®nico y de c¨¢mara.A esto pertenecen las p¨¢ginas magn¨ªficamente interpretadas ahora en Madrid por el Triolog. La Sonata de c¨¢mara para piano, viol¨ªn y violonchelo (1947) tiene algo de darmstadtiano sustanciado de manera muy personal, tanto en el tratamiento serial como en la contrastada expresividad. Otra sonata dedicada al piano en 1959, dialoga con los estilos y estructuras pret¨¦ritas desde el propio campo de la modernidad. El m¨²sico ha iniciado su vida italiana y llenado su conciencia y su lenguaje de luces y paisajes que dar¨ªan vida a su latente latinidad que le llevar¨¢ de Gozzi y Cervantes hasta Lorca, Cuba y La Fol¨ªa de Espa?a. Pero en la sonata estamos ante un mensaje abstracto y extraordinariamente bello. La procesi¨®n latina va por dentro. Los cinco nocturnos para viol¨ªn y piano nacieron a finales de 1996 en el silencio de las noches caribe?as que sigue a la animaci¨®n de cada jornada. Son piezas breves pero de intenso contenido. No se trata de ning¨²n entretenimiento l¨²dico, sino de un bell¨ªsimo ejercicio de condensaci¨®n y pureza. La lejana sombra de Webern vuelve a hacerse presente.
Hans Werner Henze
Instituto Goethe / Centro para la M¨²sica Contempor¨¢nea. Ensemble Triolog. Obras de Henze. Auditorio Nacional. Madrid, 25 de febrero de 1998.
En 1976-77, la Sonata para viol¨ªn solo asume en el virtuosismo instrumental la representaci¨®n sonora de la primera pieza teatral europea: Orfeo, de Angelo Polizano, en su escena inicial de los tres pastores, cuyos nombres -Tirsi, Mopso y Aristeo- dan t¨ªtulo a los distintos movimientos.
En fin, el Ruise?or del emperador (1970) sintetiza musicalmente la dramaturgia de una pantomima sobre la f¨¢bula de Andersen a trav¨¦s de elementos sumarios: piano, flauta, celesta y percusiones. Con ellos traza Werner Henze una espl¨¦ndida continuidad extraordinariamente rica de matices. El ¨¦xito fue rotundo.
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