5.000 millones por trece minutos

Para erigir un ¨ªdolo el f¨²tbol no necesita m¨¢s de un cuarto de hora. Carlos Garc¨ªa Becerra, de 20 a?os, jug¨® el pasado domingo sus trece primeros minutos con el Deportivo frente al Athletic. Y no pudo sacar m¨¢s provecho de su deb¨²: marc¨® un gol magn¨ªfico, por velocidad y sangre fr¨ªa; el p¨²blico no hablaba de otra cosa a la salida del estadio y tres d¨ªas despu¨¦s, el presidente del club, Augusto C¨¦sar Lendoiro, le hac¨ªa un contrato de profesional, con vigencia hasta el a?o 2005 y una de esas cl¨¢usulas de rescisi¨®n astron¨®micas: 5.000 millones.El jugador est¨¢ viviendo unos d¨ªas inolvidables, pero se resiste a creer que todo haya sido fruto de sus deslumbrantes trece minutos del pasado domingo. "Fue todo una casualidad", sostiene, "el contrato ya se estaba negociando la semana anterior al partido. El gol contra el Athletic no influy¨®". Carlos asegura que ten¨ªa ofertas de otros equipos, pero ni ¨¦l ni su padre y representante quer¨ªan moverse de A Coru?a. "Me ofrecieron unas condiciones excelentes, que no iba a encontrar en otro sitio", argumenta, "por eso he aceptado una cl¨¢usula de 5.000 millones de pesetas". Hasta ahora cobraba 60.000 pesetas mensuales y no han trascendido sus nuevos ingresos.

Hijo de emigrantes, Carlos naci¨® en Venezuela y no regres¨® a Galicia hasta la adolescencia De esa vida de trajines entre ambos lados del Atl¨¢ntico le ha quedado un peculiar acento, mezcla de sonoridades galaicas y criollas. Comenz¨® a jugar en el Laracha, un pueblo cercano a A Coru?a, donde le descubrieron hace dos a?os los ojeadores deportivistas. Ya ha sido campe¨®n de Espa?a juvenil y este a?o hab¨ªa marcado nueve goles en 2B con el filial blanquiazul.

Al chico le ha faltado tiempo para probar los rigores de la competencia que impera en esa clase de plantillas edificadas a golpe de transferencia bancaria. Ayer mismo, en el entrenamiento, sufri¨® dos duras entradas de Bonnissel, quien se gan¨® el reproche del p¨²blico y de su entrenador, Jos¨¦ Manuel Corral.

"?Vas a poder jugar el domingo contra el Celta en Bala¨ªdos?", le preguntaron los periodistas al salir tocado del entrenamiento. Y el chico, aparentando despiste, contest¨® con astucia: "Podr¨¦ estar en Getafe [donde juega el filial] y si lo quiere el m¨ªster, tambi¨¦n en Bala¨ªdos". Tal vez alguien ya le ha haya explicado que el f¨²tbol tampoco necesita m¨¢s de un cuarto de ahora para derribar un ¨ªdolo.