Rusia desmiente estar investigando sobre nuevas armas biol¨®gicas
Mosc¨² ve la cadena de insinuaciones, sospechas y acusaciones relacionadas con la supuesta fabricaci¨®n y venta de armas biol¨®gicas como parte de una operaci¨®n de castigo dise?ada en EE UU contra el pa¨ªs que ha encabezado la oposici¨®n al retumbar de la Operaci¨®n Trueno del Desierto. Ayer, el portavoz de Exteriores, Valeri Nesterushkin, desminti¨® rotundamente que su pa¨ªs no cumpla escrupulosamente sus obligaciones de firmante de la convenci¨®n que proh¨ªbe estas armas.
"Algunos art¨ªculos", afirm¨® Nesterushkin, "sobre los trabajos desarrollados en la antigua URSS en la esfera biol¨®gico-militar han aparecido en la prensa occidental y en peri¨®dicos rusos que aparentemente no est¨¢n muy preocupados por su reputaci¨®n. Estas publicaciones, obviamente coordinadas, pretenden suscitar dudas sobre la conclusi¨®n del supuestamente ominoso programa y sobre el cumplimiento global ruso con la convenci¨®n. No hay ninguna base para tales dudas".El desmentido probablemente no zanje por completo el asunto, que tiene como origen las declaraciones de Kanatjan Alibekov quien, entre 1975 y 1991, ocup¨® un cargo de responsabilidad en una rama del complejo biol¨®gico-militar sovi¨¦tico. En 1992, huy¨® a Estados Unidos. Ahora, rebautizado como Ken Alibek, ha declarado a The New York Times que Rusia sigue investigando para desarrollar nuevos agentes biol¨®gicos, bajo la tapadera de estudios defensivos. El punto flaco es que s¨®lo puede tener informaci¨®n de primera mano hasta 1991, uno antes de que Rusia ratificase eltratado contra estas armas.
Para lo que est¨¢ sirviendo todo este revuelo es para que se conozcan detalles de c¨®mo, en tiempos de la URSS, el r¨¦gimen comunista se preparaba para la guerra biol¨®gica total. Lev Fi¨®dorov, que preside la Uni¨®n por la Seguridad Qu¨ªmica, ha dado detalles espeluznantes de un escape accidental ocurrido en1979 en un centro de SverdIovsk (hoy Yekaterimburgo), en los Urales. Seg¨²n ¨¦l, se trat¨® de un arma selectiva, que respetaba a las mujeres, ni?os y ancianos pero que exterminaba a hombres en edad militar. La cifra oficial de muertos fue de 65. En realidad, dice Fi¨®dorov, hubo 2.000 v¨ªctimas, entre ellos centenares de presos que enterraban a los cad¨¢veres. Fue el mayor campo de experimentaci¨®n de la historia sobre los efectos de un bombardeo biol¨®gico. El cient¨ªfico no afirma que Rusia produzca hoy estas armas, pero s¨ª que tiene instalaciones dormidas que pueden ponerse al tajo encuanto llegue la orden de arriba.
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