Coartadas desmontadas
El tribunal desmonta esa coartada dando por probado que el de Rold¨¢n fue un caso de enriquecimiento personal. Tambi¨¦n desmonta la versi¨®n de que los 1.700 millones de sus cuentas suizas hab¨ªan sido entregados al secretario del ex ministro, Antonio Asunci¨®n. Ese dinero fue transferido a una cuenta de Singapur, donde se le perdi¨® la pista. Ello remite a una cuesti¨®n peliaguda. El cumplimiento de la pena carcelaria no convierte a Rold¨¢n en leg¨ªtimo poseedor de los mikllones que rob¨®. ?No habr¨ªa forma de condicionar la aplicaci¨®n de las medidas de redenci¨®n a la devoluci¨®n de esa fortuna?Para Mario Conde, la decisi¨®n del Tribunal Supremo de estimar muy parcialmente su recurso de casaci¨®n y condenarle a cuatro a?os y seis meses de prisi¨®n supone un dur¨ªsimo golpe. Su estrategia jur¨ªdica pasaba por ganar el caso Argentia -considerado siempre menor por su equipo de juristas- y enfrentarse al juicio principal del caso Banesto con una exculpaci¨®n previa h¨¢bilmente magnificada por algunos medios de comunicaci¨®n. Tal estrategia se ha venido estrepitosamente abajo: el "caso menor", la desaparici¨®n de 600 millones de pesetas pagados a la sociedad Argentia Trust por trabajos presuntamente inexistentes, puede ser una premonici¨®n de lo que puede suponer el juicio principal. En ¨¦ste habr¨¢ de responder de varias estafas, apropiaciones indebidas y falsedades contables por valor de. 14.000 millones de pesetas. La existencia de este segundo frente judicial explica la celeridad con que la Audiencia decret¨® ayer el ingreso en prisi¨®n de Conde. Porque, con una condena que ya es firme, el ex banquero se enfrenta ahora a una petici¨®n de no menos de 35 a?os, lo que aumenta el riesgo te¨®rico de fuga.
Una representaci¨®n cualificada del Supremo (cinco magistrados, con el presidente de la sala a la cabeza) ha ratificado la calificaci¨®n del tribunal de la Audiencia Nacional seg¨²n la cual el ex banquero cometi¨® un delito de apropiaci¨®n indebida en el pago de los 600 millones. En cambio, en relaci¨®n con el delito de falsedad en documento mercantil, cuatro magistrados consideran que no est¨¢ probado que fuese Conde quien elabor¨® u orden¨® la factura considerada mendaz ni que dicho documento fuera falso. El quinto juez emiti¨® un voto particular en el que considera que los magistrados de la Audiencia Nacional ten¨ªan raz¨®n en ambas cosas: esto es, que Conde cometi¨® apropiaci¨®n indebida y falsedad en documento mercantil.
La sentencia es particularmente pedag¨®gica al desmontar cuatro argumentos principales que el ex banquero ha utilizado machaconamente en los ¨²ltimos meses como prueba de inocencia. Conde arguye que se le conden¨® invirtiendo la carga de la prueba; es decir, conden¨¢ndole por no haber probado su inocencia. La sala recuerda que no existe dicha inversi¨®n: el tribunal que le conden¨® "sencillamente hizo constar que no hab¨ªa dado cr¨¦dito a las explicaciones, con frecuencia contradictorias, del acusado y los testigos que declararon en la fase de instrucci¨®n y en el juicio oral".
La sentencia del Supremo destruye tambi¨¦n el argumento de que es improcedente aplicar la calificaci¨®n de apropiaci¨®n indebida porque, presuntamente, Mario Conde no se habr¨ªa quedado con los 600 millones. Pero los magistrados de la Audiencia Nacional no condenaron al ex banquero por quedarse con el dinero, sino porque "dispuso de bienes del banco que le correspond¨ªa administrar, sin dar ninguna respuesta apropiada y coherente sobre su uso". El tribunal tampoco admite la necesidad de una nueva comisi¨®n rogatoria como pieza
esencial de la defensa de Conde, porque fue ¨¦l quien no solicit¨® dicha prueba en el momento procesal oportuno.
El ¨²ltimo argumento considera una incongruencia jur¨ªdica subsumir la apropiaci¨®n indebida en el delito de administraci¨®n desleal, cuando en el C¨®digo Penal vigente existe la tipificaci¨®n espec¨ªfica para la primera. La sala se?ala varias veces con el dedo al fiscal por haber apoyado una soluci¨®n inconsistente, en el sentido de sostener que hubo delito de apropiaci¨®n indebida y proponer la administraci¨®n desleal por ser m¨¢s benigna para el reo. Como dice la sentencia, el delito de administraci¨®n desleal no ha sido creado para imponer penas m¨¢s ben¨¦volas, sino para castigar unos delitos que gozaban de impunidad en el viejo c¨®digo.
Luis Rold¨¢n y Mario Conde fueron, por motivos muy distintos, s¨ªmbolos de lo peor de una ¨¦poca llena de conmociones. Han sido juzgados con todas las garant¨ªas y ahora est¨¢n en prisi¨®n. La justicia podr¨¢ ser imperfecta y lenta, pero raramente olvida.
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