El guardi¨¢n del dinero de Rold¨¢n
Un abogado luxemburgu¨¦s esconde los mil millones que el condenado tiene en Singapur
?D¨®nde est¨¢ el bot¨ªn de 1.700 millones de Luis Rold¨¢n? La respuesta a esa pregunta est¨¢ en el n¨²mero 16 del bulevar luxemburgu¨¦s Grande-Duchesse Charlotte, sede de un elegante despacho de abogados. Un bufete cuya ¨²nica se?a de identidad exterior es un diminuto papel rojo pegado en el telefonillo autom¨¢tico, donde se lee la palabra "avocats" (abogados). Su due?o, el joven letrado Jean Paul Gocrens, puede dar cumplida respuesta. El es quien controla, desde junio de 1994, la fortuna del condenado. Hasta las puertas de este exclusivo palacete se dirigir¨¢n en las pr¨®ximas semanas las investigaciones de la Justicia espa?ola dimanadas de la pieza de responsabilidad civil que sigue abierta contra el ex director de la Guardia Civil, condenado a 28 a?os de c¨¢rcel. Una comisi¨®n rogatoria pedir¨¢, previsiblemente, su interrogatorio en un nuevo intento de localizar el bot¨ªn. Un informe de la CIA (la agencia Central de Inteligencia norteamericana) facilitado a la Polic¨ªa Judicial espa?ola condujo hasta la enorme puerta de madera noble que flanquea el bufete de Goerens y permiti¨® reconstruir minuciosamente los endiablados saltos que dio la fortuna de Rold¨¢n desde que sali¨® de Suiza, pas¨® por el Aresbank en Madrid y temin¨® en el Oversea Union Bank de Singapur, un escondite situado a 11.396 kil¨®metros de la capital espa?ola, donde la Justicia espa?ola, finalmente, le perdi¨® el rastro. Localizar a Jean Paul Goerens no es f¨¢cil. Viaja a menudo y tiene una adiestrada secretaria que jam¨¢s da explicaciones sobre su paradero. En febrero de 19971 un redactor y un fot¨®grafo de este diario consiguieron captar su imagen despu¨¦s de varios d¨ªas de espera. Una imagen que EL PA?S ha retenido hasta que se hiciera p¨²blica la sentencia donde se acredita que el bot¨ªn de Rold¨¢n termin¨® en ese banco de Singapur, en una cuenta abierta precisamente por el joven letrado luxemburgu¨¦s y por su hermana Monique. Una cuenta llamada Almeida Investments Ltd.
Para¨ªso fiscal
Aquel d¨ªa, a las siete y media de la ma?ana, el bulevar Grande-Duchesse Charlotte, situado a 10 minutos a pie del centro de Luxemburgo, estaba vac¨ªo. S¨®lo el due?o de un peque?o caf¨¦ y la encargada de una florister¨ªa atend¨ªan sus establecimientos, situados en un barrio residencial, tranquilo y aburrido. Las persianas del restaurante Ardennaise, regentado por una mujer a la que apasionan las carreras de caballos, estaban cerradas y frente a la puerta principal de este local se detuvo un BMW 740, de color azul, matr¨ªcula 1197 Lx. Al volante, el abogado Goerens, un J oven de cara redonda y pelo rizado, impecablemente trajeado. Goerens encendi¨® la luz de su despacho, corri¨® las persianas y aguard¨® la llegada de su secretaria. A partir de las ocho y media de la ma?ana comenzaron a llegar sus clientes. El primero, un aparente hombre de negocios hind¨² que descendi¨® de un flamante Mercedes negro con ch¨®fer. Desde el 27 de febrero de 1985, fecha de su colegiaci¨®n como abogado, este despacho es uno m¨¢s de los 400 bufetes de abogados que se api?an como setas en el Gran Ducado de Luxemburgo, un para¨ªso fiscal que quita el sue?o a los ochos fiscales de la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n que dirige Carlos Jim¨¦nez Villarejo. Pese a su diminuto tama?o (412.800 habitantes), este pa¨ªs se ha convertido en la primera plaza financiera y refugio de ahorro de la Uni¨®n Europea. Francisco Paesa S¨¢nchez, de 62 a?os, al que tribunal del caso Rold¨¢n acaba de acusar de encubrimiento, fue quien contrat¨® los servicios de este despacho luxemburgu¨¦s para ocultar los 1.700 millones de su cliente y amigo Luis Rold¨¢n. Cuando Paesa prest¨® declaraci¨®n ante el juzgado de instrucci¨®n n¨²mero 16, donde se instruy¨® la causa, reconoci¨® expresamente que Jean Paul Goerens es su letrado y que tanto ¨¦l como su hermana Monique fueron quienes recibieron en la Rep¨²blica de Singapur los 11.171.342 marcos alemanes (916.050.100 pesetas de 1994) de las cuentas del ex director general de la Guardia Civil. Pero apostill¨® que ese dinero era suyo y no de Rold¨¢n. Algo, que las pruebas periciales de Conrado P¨¦rez y Mar¨ªa Luisa L¨®pez Blas, han demostrado falso.
Escurridizo
Goerens es igual de escurridizo que su cliente Francisco Paesa. El d¨ªa en que este diario obtuvo su imagen, el abogado contrat¨® al conductor de un autom¨®vil club de Luxemurgo, para que retirara su coche de la calle y evitar el encuentro con los periodistas. Su secretaria, que poco antes hab¨ªa asegurado por tel¨¦fono que el letrado estaba en su despacho, aseguraba m¨¢s tarde que se hab¨ªa marchado a un largo viaje. Los 1.700 millones de pesetas que Rold¨¢n escond¨ªa en Suiza fueron trasferidos en enero de 1994, cinco semanas despu¨¦s de estallar el esc¨¢ndalo, hasta el Aresbank de Madrid. Un banco en el que d¨ªas antes los testaferros suizos Jack Pierre Aberl¨¦ y Jean Henry, contratados por Paesa, hab¨ªan abierto, a nombre de tres sociedades, varias cuentas para que sirvieran de colch¨®n al dinero. Del grueso total del bot¨ªn se evaporaron entonces 700 millones mediante numerosas operaciones, cobros en efectivo y cheques, as¨ª como en trasferencias a cuatro sociedades en Argentina y Suiza. Quedaban en el Aresbank de Madrid, por lo tanto, unos 1.000 millones. El 7 de junio de 1994, mes y medio despu¨¦s de la fuga de Rold¨¢n, fue la fecha clave en la que Goerens apareci¨® en escena. En esa fecha, de la cuenta de la sociedad Wester River (P330510) se trasfirieron 11.171.342 marcos alemanes (916 millones de pesetas) a la cuenta 499 08156839 del Oversea Union Bank de Singapur, a nombre de la sociedad Almeida Investments Limited. ?Qui¨¦n era el receptor de ese dinero? La CIA, con excelentes contactos en los bancos de los para¨ªsos f¨ªscales, revel¨® meses despu¨¦s a la Polic¨ªa espa?ola su identidad: un abogado luxemburgu¨¦s llamado Jean Paul Goerens. ?l hab¨ªa abierto en el mencionado banco de Singapur la cuenta de la sociedad Almeida Investments donde recal¨® el bot¨ªn. El 10 de junio comenz¨® una loca carrera del dinero para borrar su rastro con ideas y venidas que siguieron este intinerario: Singapur-Londres-Singapur-Luxemburgo-Singapur. Todas ellas ordenadas por Goerens. En uno de estos saltos, el Oversea Union Bank de Singapur remiti¨® los 916 millones, de pesetas a Goerens en un solo cheque. El tal¨®n estaba fechado el 17 de junio y se envi¨® a Luxemburgo. A la antigua casa del letrado, en el n¨²mero 36 de la avenida Guilleume. El marat¨®n termin¨® semanas m¨¢s tarde cuando los 916 millones se detuvieron de nuevo en el Oversea Union Bank de Singapur, a donde hab¨ªan llegado por primera vez en su primer salto desde Madrid. Pero esta vez se depositaron en nuevas cuentas. Una, la 20418, a nombre de la sociedad Gorebridge Limited, y otra, la 20419, a nombre de Moloney International Limited. Ambas, abiertas tambi¨¦n por el abogado luxemburgu¨¦s y su hermana Monique. Un informe policial espa?ol que relata las idas y venidas del dinero es taxativo: "Los que firman ambas cuentas son los dos hermanos mencionados, como fideicomisarios para clientes no mencionados". Paesa, por encargo de Luis Rold¨¢n.
Secreto profesional
Goerens cambi¨® de domicilio y de tel¨¦fono. Se fue del n¨²mero 36 de la avenida Guillaume, que aparece en los documentos judiciales y policiales, y recal¨® en el palacete del bulevar Grande-Du chesse Charlotte, un barrio fr¨ªo y gris. Monique vive en un apartamento en el centro de la ciudad, en una preciosa calle peatonal de la zona antigua, comparte despacho con su hermano y representa a una sociedad llamada Filova International. Los hermanos Goerens han evitado mantener una conversaci¨®n con este peri¨®dico. M¨¢s de una docena de llamadas resultaron in¨²tiles y s¨®lo respondieron mediante faxes pero eludiendo todas las preguntas. El letrado aseguraba hace un a?o que no conoc¨ªa a Paesa, se escudaba en el secreto profesional y dec¨ªa que no hab¨ªan tratado nunca, "ni directa ni indirectamente", ning¨²n asunto sobre Espa?a. "No guardamos fondos o activos relacionados con asuntos espa?oles. La informaci¨®n deben solicit¨¢rsela a las personas f¨ªsicas o a las sociedades que ustedes creen han sido clientes de nuestro estudio". ?Por qu¨¦ reniega Goerens de su propio cliente? Los fiscales Alejandro Luz¨®n y Daniel Campos aseguran que est¨¢ acreditada la participaci¨®n de los Goerens en la ocultaci¨®n del dinero de Rold¨¢n. Pero la persecuci¨®n del bot¨ªn se detuvo frente a los gigantescos muros de cristal del Oversea Uni¨®n Bank. La rep¨²blica dictatorial que preside Ong Teng Ceong contest¨® as¨ª, en 1994, a la juez Ana Ferrer: "El secreto bancario en nuestro pa¨ªs es inviolable". Y la agotadora carrera de la juez contra el entrenado equipo de testaferros contratados por Paesa se par¨® en seco. ?Por qu¨¦ no se interrog¨® entonces a los hermanos Goerens? Los fiscales responden as¨ª: "Ten¨ªamos a un preso preventivo y hab¨ªa que cerrar el caso dentro de los plazos legales para velar por sus derechos. El delito no depend¨ªa de la aprensi¨®n o no del dinero. No era relevante a nivel penal y la carrera tras el dinero pod¨ªa ser interminable". Ahora, hecha p¨²blica la sentencia, la pieza de responsabilidad civil sigue abierta y se puede continuar persiguiendo el dinero de Rold¨¢n. Los expertos m¨¢s optimistas aseguran que hay escasas posibilidades de recuperarlo.
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