A la caza de Tony Blair
200.000 brit¨¢nicos se manifiestan en Londres porque ven amenazada la vida y el ocio rurales
Agricultores, cazadores, carniceros, pastores, tractoristas, le?adores, ecologistas y excursionistas: representantes de los intereses m¨¢s arraigados y dispares de la brifish way of rural life hallaron ayer en Londres una gran avenida para estrellarse contra el Gobierno laborista en la m¨¢s imponente manifestaci¨®n de protesta en el Reino Unido en m¨¢s de una d¨¦cada.Unas 200.000 personas tomaron pac¨ªficamente Londres, durante una jornada sorprendentemente soleada, para recordarle a Tony Blair, con un mar de pancartas, consignas y el clamor de cornetines, que el countryside est¨¢ furioso con sus pol¨ªticas. Paul Latham, portavoz de la Alianza Rural, el grupo que organiz¨® la marcha, resumi¨® la hist¨®rica tarde con una frase acertada: "El lobby rural es hoy una gran "fuerza pol¨ªtica". Fue una manifestaci¨®n que zigzague¨® por el centro de Londres y por los diversos puntos de la agenda pol¨ªtica brit¨¢nica, s¨²bitamente enrarecida desde hace meses por el proyecto laborista de prohibir la caza con sabuesos. En Inglaterra, eso es algo tan atrevido como querer clausurar la lidia en Espa?a. Cierta fuerza a favor de la desaparici¨®n de esos emblem¨¢ticos jinetes de casacas rojas y bombines negros en pos de zorros existe y el nuevo laborismo se ha arriesgado a respaldarla. El millonario compositor Andrew Lloyd Weber, que vive en su granja de Watership Down, estaba entre la multitud de terratenientes elegantes para quienes la prohibici¨®n de la caza del zorro es pr¨¢cticamente un sacrilegio. La cacer¨ªa es algo m¨¢s que un mero deporte aceptable: es una necesidad. "Hace un par de a?os vi algo que jam¨¢s olvidar¨¦ mientras viva", dijo: "nuestras ovejitas hab¨ªan sido despanzurradas". Pol¨¦mica entre cazadores y los que ven esa afici¨®n tan inglesa como una despiadada abominaci¨®n aparte, la manifestaci¨®n dio una asombrosa dimensi¨®n del descontento rural en varias otras esferas. Nicola y John Seale, que son laboristas, llegaron de su pueblo natal de Winchester con una idea concreta. "No tenemos nada que ver con la caza, s¨®lo queremos expresar nuestra decepci¨®n con lo que est¨¢ haciendo el Gobierno. Si has le¨ªdo Rebeli¨®n en la granja [de George Orwell] ver¨¢s que Blair se est¨¢ convirtiendo en Napole¨®n. Esto es una dictadura que le dice al pueblo qu¨¦ es lo que puede o no puede hacer", dijo John. "Hay que cazar a los pol¨ªticos", rezaba una pan carta, y capturaba el sent¨ªmiento de muchos. Gran parte del descontento e indignaci¨®n en la campi?a brit¨¢nica emerge de la obviamente multitudinaria sensaci¨®n de que al Gobierno le importa un pepino el bienestar de la poblaci¨®n rural o la preservaci¨®n de su car¨¢cter. Mucho menos la econom¨ªa del sector, a?aden sobre todo los ganaderos. Las leyes promulgadas a ra¨ªz de la crisis de las vacas locas, afirman, los han dejado al borde de la bancarrota. La controvertida prohibici¨®n hace dos meses de la venta de carne con hueso (supuestamente m¨¢s proclive a diseminar el virus de la encefalopat¨ªa espongiforme bovina, EEB) es injusta e innecesaria, sostienen. "Paren esta tonter¨ªa", dec¨ªa ayer un fornido carnicero de Bath. "Si la gente tiene el derecho a fumar o no fumar, que sea la gente la que decida qu¨¦ tipo de carne pone en su plato", dijo. La furia campestre tiene otros or¨ªgenes. Seg¨²n los organizadores de la marcha, la voraz expansi¨®n de la. construcci¨®n consume anualmente 27.000 acres del sector rural. Cuatro de cada cinco aldeas carecen hoy de un m¨¦dico o una farmacia. Nueve de cada diez no tienen un dentista o una guarder¨ªa. El transporte p¨²blico cuesta tanto como en las ciudades. La avalancha de la poblaci¨®n urbana sobre el campo corre descontrolada, incluyendo la de los roamers, gente de las ciudades que en los fines de semana se pasea por el campo pisoteando cultivos y estropeando los bosques. "En los ¨²ltimos 30 a?os, el campo ha perdido ¨¢reas de tranquilidad en un espacio comparable al territorio de Gales. A este paso, hacia el a?o 2050, el 20% de Inglaterra habr¨¢ quedado urbanizado", afirmaban los organizadores de la marcha. El efecto de esa visi¨®n apocal¨ªptica est¨¢, por supuesto, por verse.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.