Soberan¨ªas
Los observadores internacionales que han visitado Chiapas con los ojos de los mercenarios caciquiles en la nuca salen de M¨¦xico con la impresi¨®n de que en cualquier momento puede empezar el toque de deg¨¹ello. Han vivido experiencias como la del asesinato de un portavoz ind¨ªgena que hab¨ªa tenido el valor de explicarles 24 horas antes el terror ejercido por los caciques y sus mercenarios.Mientras Zedillo se permite recurrir a la teor¨ªa de la soberan¨ªa nacional y a rechazar la fiscalizaci¨®n de la mirada extranjera, la ¨²nica duda que subsiste es si el Gobierno es impotente para impedir el deg¨¹ello o c¨®mplice. Es preocupante la epidemia de virus de soberan¨ªa nacional que afecta a los Estados empe?ados en tapar la violaci¨®n de los derechos y las guerras sucias: Argentina, M¨¦xico, Argelia, Turqu¨ªa, Indonesia, Irak. En el mercado de la informaci¨®n sobre las infamias regionales permanentes, Chiapas ha conseguido algunos recuadros y en ocasiones cr¨®nicas no muy extensas; inter¨¦s debido sobre todo a la insistente vigilancia solidaria de las izquierdas mexicanas y a la mirada extranjera. Propongo que las facultades de Ciencias de la Informaci¨®n estudien c¨®mo a veces, cuando el tratamiento de la noticia no reflejaba el hast¨ªo por un conflicto extempor¨¢neo, el hast¨ªo pasaba al titular como si el titulador actuara cual defensa escoba de las informaciones engorrosas. Es un conflicto tan diferente, tan premoderno y posmoderno a la vez, que irrita a los partidarios de los mensajes previsibles y avaladores de que el desorden establecido no corre peligro. Ya con menos testigos engorrosos, la mercanc¨ªa informativa Chiapas queda a la espera de los pr¨®ximos asesinatos, filtrados y manipulados seg¨²n lo etnol¨®gicamente correcto: las matanzas de ind¨ªgenas no existir¨ªan si no hubiera alguien dispuesto a contarlas.
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