Escritores espa?oles lamentan la falta de una tradici¨®n literaria sobre el mar

La ausencia de grandes obras literarias hispanas con el mar como fuente de inspiraci¨®n (al contrario de la tradici¨®n lusa o anglosajona) centr¨® ayer la primera jornada de debates sobre Los narradores y el mar, organizados en Lisboa por el Comisariado Espa?ol para la Expo-98. La mayor¨ªa de los 50 escritores y acad¨¦micos espa?oles reunidos hasta ma?ana en Lisboa reconocen que la literatura hispana ha vivido "de espaldas al mar", frente a la tradici¨®n portuguesa que, desde Camoens, lo convirti¨® en todo un g¨¦nero literario.

En contraste con la visi¨®n l¨²cida y c¨¢ustica del cr¨ªtico Rafael Conte ("la novela espa?ola es de secano"), el responsable del pabell¨®n espa?ol, Luis Miguel Enciso, defendi¨® que existe "un alud de libros, trabajos y escritos de naturaleza varia" en el que "el mar ha sido el alma central en nuestra literatura". La obligada opini¨®n de Enciso no consigui¨® aplacar la s¨®lida tesis de Conte sobre nuestro pa¨ªs, rodeado por las aguas, donde hasta los conquistadores "eran tambi¨¦n de secano, ya que Extremadura no conoce el mar". El cr¨ªtico sostiene que "Espa?a vive literariamente de espaldas al mar (...) y sin rendirle sus debidos tributos". "Aqu¨ª no ha habido", dice Conte, "sagas como las n¨®rdicas, ni Beowulfos, ni naves de los locos; seguimos sin La tempestad, de Shakespeare, sin Os Luisiadas, ni la Ora mar¨ªtima pessoana, sin un viejo marinero como el de Coleridge, sin un barco ebrio como el de Rimbaud, un Robinson o un Gulliver, una isla del tesoro como la de Stevenson, sin un Lord Jim, o sin las olas de Virginia Woolf, sin atrevemos a ir hasta el coraz¨®n de las tinieblas, sin un Julio Veme que llevarnos a la boca con su capit¨¢n Nemo de paso, y s¨®lo pensar en Moby Dick nos aplasta del todo. Don Quijote, Don Juan y La Celestina son productos de secano, m¨¢s tel¨²ricos que fant¨¢sticos, por mucho que sue?en con la trascendencia".Esta visi¨®n "pesimista", salvada s¨®lo por algunos ilustres escritores de la "periferia" (Rosal¨ªa de Castro, Blasco Ib¨¢?ez o Josep Pla), es considerada "injusta" por el organizador de las jornadas. El escritor y profesor de Filolog¨ªa Espa?ola Gonzalo Santonja sostiene que no se pueden comparar algunos casos de las corrientes n¨®rdica o anglosajona con siglos de tradici¨®n literaria espa?ola al m¨¢ximo nivel. Luis Miguel Enciso explicaba que en una l¨ªnea menos "pesimista" puede encuadrarse la opini¨®n de Angela Ena, quien sostiene que el l¨ªquido elemento ha sido "un gran protagonista de la novela realista".

Al contrario que el caso espa?ol, la profesora portuguesa Mar¨ªa Fernanda Abreu (Literatura Comparada) afirm¨® que, desde Camoens, "el mar se convirti¨® en un g¨¦nero literario para nuestros escritores; adem¨¢s de las obras m¨¢s conocidas existen decenas de relatos sobre naufragios, comercio o navegaci¨®n; el mar ha sido siempre muy importante para los portugueses y, como el asunto de nuestra identidad, no nos podemos librar de ¨¦l".

El escritor mexicano Leonardo da Jandra opina que, "desgraciadamente, la literatura hispanoamericana tambi¨¦n ha vivido de espaldas al mar; en M¨¦xico hemos vivido influidos por el altiplano y Castilla, rodeados de mar pero siempre mirando al interior; no existe una literatura tan exuberante y aventurera sobre el mar como la anglosajona". "Ahora", dice Da Jandra, "debemos preocuparnos por la salud de los oc¨¦anos, que se han convertido en un vertedero de desechos; y en Europa no hay todav¨ªa una conciencia clara sobre este problema".

Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n, Jos¨¦ Manuel Caballero Bonald, Rosa Montero, Soledad Pu¨¦rtolas, Alfredo Bryce Echenique, Ana Mar¨ªa Matute y Daniel M¨²gica son algunos de los 50 participantes en las jornadas sobre Los narradores y el mar. Algunos de los invitados han disculpado su asistencia pero entregar¨¢n a la organizaci¨®n un relato sobre el mar que ser¨¢ editado por el Comisariado Espa?ol para la Expo-98.