El enga?o de la transparencia
El reciente informe oficial sobre la exportaci¨®n de materiales de defensa disimula los datos sobre este comercio, afirma el autor, y malogra una oportunidad de lograr la transparencia.
En estos d¨ªas, y 40 meses despu¨¦s de que varias ONG (Amnist¨ªa Internacional, Greenpeace, Interm¨®n y M¨¦dicos sin Fronteras) iniciaran su campa?a por la transparencia y el control del comercio de armamento, el Ministerio de Econom¨ªa y Hacienda, a trav¨¦s de la Subdirecci¨®n General de Comercio Exterior de Material de Defensa y de Doble Uso, ha publicado el tan esperado informe sobre Exportaciones realizadas de material de defensa para el periodo 1991-1996, que te¨®ricamente deber¨ªa inaugurar la nueva etapa de "transparencia" informativa sobre este tema. Lamentablemente, el informe del Ministerio de Econom¨ªa no aporta apenas dato alguno que no sea consultable en las estad¨ªsticas de comercio exterior ya existentes, y se limita a presentar un escueto cuadro anual con un listado de pa¨ªses receptores de material de defensa, con el importe total de sus compras, pero sin a?adir ninguna informaci¨®n adicional ni realizar cruce alguno entre pa¨ªses y productos, pues el ministerio tampoco publica una lista en la que pueda verse cu¨¢les son los productos exportados.Contra lo que se esperaba, el nuevo informe del Gobierno no recoge siquiera la totalidad de las exportaciones de material de defensa, sino que se limita a exponer el importe de las ventas de armas cortas, municiones y alg¨²n que otro producto, pero sin incluir el grueso de las exportaciones aeron¨¢uticas y navales, adem¨¢s de otras exportaciones de veh¨ªculos, telecomunicaciones y electr¨®nica militar. Eso explica el escaso importe de las exportaciones se?aladas para el periodo 1991-1996, con una media de 17.000 millones anuales, cuando en el informe de 1995 se barajaba una media de 25.000 millones para el periodo 1991-1994, sin contar los productos de doble uso, y las ONG estimaban entonces una media superior a los 40.000 millones de pesetas anuales. M¨¢s inexplicable resulta que los datos anuales ofrecidos por el Gobierno en 1995 sean tan diferentes a los difundidos en 1998, y siempre a la baja.
Los datos que ofrecen las ONG de la campa?a por la transparencia muestran, en cambio, que el informe oculta unas exportaciones cercanas a los 150.000 millones de pesetas para el per¨ªodo 1991-1996. La mayor parte de estas exportaciones no mencionadas se refieren a material aeron¨¢utico (aviones de, transporte militar en su mayor¨ªa), por valor de unos 100.000 millones de pesetas, con lo que queda patente que para el Ministerio de Econom¨ªa los aviones C-212 y CN-235 vendidos a fuerzas a¨¦reas de otros pa¨ªses no constituyen una exportaci¨®n de defensa. Tampoco lo son las patrulleras exportadas a las marinas extranjeras, valoradas en unos 13.000 millones, ni los simuladores de aparatos militares (6.000 millones), la modernizaci¨®n de carros de combate y la venta de camiones militares (15.000 millones) o telecomunicaciones militares (4.000 millones). Existen tambi¨¦n exportaciones de armas cortas y munici¨®n no consignadas por un importe cercano a los 3.000 millones de pesetas.
Las exportaciones espa?olas de material militar en el periodo 1991-1996, por tanto, no ascienden a 97.612 millones de pesetas como se?ala Econom¨ªa en su informe, sino como m¨ªnimo a unos 240.000 millones de pesetas, lo que arroja una media de 40.000 millones anuales, dato que adem¨¢s ha sido citado repetidamente por varios departamentos ministeriales y por el propio sector industrial vinculado con la defensa.
La divulgaci¨®n del informe gubernamental ha coincidido adem¨¢s con la noticia de que empresas espa?olas est¨¢n negociando la venta a Turqu¨ªa de fragatas, aviones de transporte, artiller¨ªa y otros productos militares, por valor de 300.000 millones de pesetas, lo que a mi entender constituir¨ªa un claro ejemplo de una venta sensible que merecer¨ªa un debate pol¨ªtico previo, algo que no es posible si no hay transparencia y mecanismos de control p¨²blico y parlamentario. Nadie puede ignorar que Turqu¨ªa es uno de los pa¨ªses m¨¢s militarizados del continente, que lleva a cabo una sangrienta guerra con los kurdos y que mantiene desde hace a?os un elevad¨ªsimo nivel de tensi¨®n con Grecia, tanto por el control de Chipre como por el dominio del mar Egeo. Este comportamiento ha bastado para que algunos pa¨ªses europeos apliquen restricciones a la venta de armas a Turqu¨ªa, y que Sur¨¢frica decidiera no venderle 12 helic¨®pteros de ataque. EE UU incluso le embarg¨® durante m¨¢s de un a?o el suministro de tres fragatas y cuatro helic¨®pteros.
Pero el negocio es el negocio, y el lobby armamentista, con el apoyo de Israel, ha abierto las puertas a suculentos nuevos contratos: planes para comprar 20 helic¨®pteros Sea Hawk (500 millones de d¨®lares), 10 helic¨®pteros de transporte CI-1-53 (con asistencia israel¨ª), aviones AWACS (800 millones), 40 cazas F- 15, etc¨¦tera. Las fuerzas a¨¦reas turcas piensan gastar en los pr¨®ximos 25 a?os un total de 150.000 millones de d¨®lares en material militar, y tienen la excusa de que Grecia tambi¨¦n est¨¢ adquiriendo sofisticado material, suministrado, eso s¨ª, por los mismos vendedores. En este contexto, de peligros¨ªsima e insensata militarizaci¨®n, resulta un esc¨¢ndalo que Espa?a se sume a este rearme por simple negocio de unas empresas. Esto es lo que seguramente no se quiere debatir en p¨²blico. Disimular de un modo tan absurdo los datos sobre las exportaciones de armamento es un enga?o a la opini¨®n p¨²blica, una tomadura de pelo a las ONG, una burla al mandato del Congreso de los Diputados y un desprecio a la confianza que se hab¨ªa depositado en la Administraci¨®n. Su promesa de introducir la transparencia se ha convertido en un simple ejercicio de ridiculez, puesto que quienes le demandan "luz y taqu¨ªgraf¨®s" pueden mostrarle estad¨ªsticas m¨¢s completas que las que ella misma est¨¢ dispuesta a ofrecer. Se ha perdido una oportunidad para situarse en cabeza de los pa¨ªses que practican la coherencia entre lo que prometen y lo que hacen. Las estad¨ªsticas referentes a 1997, que deber¨¢n publicarse en breve, deber¨ªan subsanar estas deficiencias y reflejar una aut¨¦ntica transparencia.
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