"Mi oficio es de masoquistas"

La actriz Terele P¨¢vez ha estrenado por fin en Madrid. Es la protagonista indiscutible y rotunda de Madre Caballo, obra de Antonio Onetti con direcci¨®n de Emilio Hern¨¢ndez y m¨²sica del guitarrista Tomatito, que ha puesto en escena el Centro Andaluz de Teatro. La obra se estren¨® el pasado jueves en el teatro Olimpia, del Centro Dram¨¢tico Nacional de Madrid.Esta semana ha sido comentario com¨²n en los corrillos esc¨¦nicos la frase "Pobre Terele, c¨®mo lo estar¨¢ pasando". Si alg¨²n ingenuo dec¨ªa: "Pero si dicen que est¨¢ estupenda", hab¨ªa risas, porque era claro que se refer¨ªan a otra cosa: el miedo esc¨¦nico. En el caso de Terele hab¨ªa otros componentes que aumentaban la intranquilidad. No estrenaba en Madrid desde hace 16 a?os y ella, lejos de creerse una gran actriz, se deja corroer por las inseguridades.

La actriz lo ha pasado realmente mal los d¨ªas previos al finalmente feliz estreno de la obra. "El acojonamiento es algo que ha inventado Terele P¨¢vez esta semana", afirma, ya m¨¢s tranquila. Y a?ade: "No es que haya estado muerta de miedo, es que me he llegado a morir... He pasado tres d¨ªas que no hablaba, no respiraba, no dorm¨ªa, no sudaba, vamos, todos los s¨ªntomas de que me hab¨ªa muerto... de acojone".

Se queda pensativa, lanzando al vac¨ªo esa mirada con la que hipnotiza, y dice: "Este oficio es de masoquistas. Si no, nadie pasar¨ªamos por esto". Es pr¨¢ctica com¨²n la de la mieditis esc¨¦nica la noche del estreno entre las gentes de teatro. Cuanto m¨¢s grande es el c¨®mico mayor el p¨¢nico. A juzgar por lo que la gente dice sobre c¨®mo se mueve Terele P¨¢vez en esta funci¨®n, el yuyu debi¨® de ser muy gordo: lo m¨¢s suave que se oye de ella es que est¨¢ sublime.

Mientras Terele P¨¢vez se part¨ªa el alma sobre el escenario la noche del estreno, el autor se part¨ªa las u?as y las suelas de los zapatos, yendo pasillo arriba, pasillo abajo, con visitas espor¨¢dicas al bar situado frente al teatro. Todo se le hac¨ªa peque?o. El director, por su parte, ve¨ªa la funci¨®n con ese permanente aspecto de tranquilidad que transmite, escondido de pie al fondo del patio de butacas. Luego confes¨® que la procesi¨®n iba por dentro.

Aplausos y ovaciones

Tras los aplausos y ovaciones de la noche del estreno, en la que la actriz estuvo arropada por muchos compa?eros de oficio y gentes del teatro, Terele pudo hablar. Dio las gracias a diestro y siniestro y, despu¨¦s, a la hora del vinito y el papeo, se mostr¨® m¨¢s lanzada. Recibi¨® muchos ramos de flores, pero ninguno tan expl¨ªcito como el de su hijo Carolo, quien se dej¨® dulcemente enga?ar por una mujer de nacionalidad china a la que compr¨® todo su cargamento de rosas para ofrec¨¦rselo a su madre.Cuando se le pregunt¨® a Terele P¨¢vez sobre su trabajo, se produjo algo muy extra?o entre gentes a las que la vanidad se les perdona, porque es un atributo casi intr¨ªnseco en los actores. Terele es una gran actriz, pero es un fen¨®meno aparte. Su discurso, l¨²cido y arrojado, se centr¨® en lanzar piropos a sus compa?eros, a la compa?¨ªa, al director, al autor...

No digamos ya cuando habl¨® de la m¨²sica, que ha compuesto Tomatito para el espect¨¢culo. Los elogios sal¨ªan de sus entra?as, y para todos.

Eso s¨ª, cuando se la puso contra la espada y la pared para que aireara su arte, balbuceo: "Qu¨¦ a gusto me encuentro trabajando con esta gente". Y debe de ser cierto, porque Terele vive un momento dulce de su carrera profesional, hecha a veces a trompicones (el ¨²ltimo trabajo la ha tenido alejada de los escenarios 16 a?os), pero lo cierto es que no acepta las ofertas que le surgen. "Ahora tengo mucho caballo para rato y no pienso abandonarlo", dice.

Esta vasca de nacimiento se siente madrile?a. Aqu¨ª ha vivido siempre y aqu¨ª tiene a sus amigos. Por eso, el estreno en esta ciudad le pesaba mucho, una ciudad con la que mantiene relaciones de amor-odio. "Esta ciudad no es f¨¢cil. Todo es supervivencia y movimiento. Es el Nueva York espa?ol, lo que pasa es que tiene un desarraigo casi entra?able. Posee el encanto del desencanto, es muy contradictoria".

Una ciudad en la que ha desarrollado su carrera trabajando en cine, bajo las ¨®rdenes de grandes directores, en televisi¨®n en varias series y en teatro, antes de este gran par¨¦ntesis que ahora cierra, con muchos directores, aunque fue actriz fetiche de Miguel Narros y Adolfo Marsillach.

Pocas personas saben que Terele no se apellida P¨¢vez. Menos a¨²n son las que conocen que ¨¦ste es su quinto apellido y que en realidad es Pavez, sin acento. El problema con la acentuaci¨®n debe de ser cosa de familia. Su hermana, la actriz Elisa Montes, en realidad es Mont¨¦s, ya que tom¨® el apellido de El Gato Mont¨¦s, obra compuesta por su abuelo, el maestro Penella.

La tercera hermana que se dedica a la escena es Enma Penella. Decidieron cambiarse el apellido porque si las tres se dedicaban al mismo oficio pod¨ªan terminar siendo Las hermanas... y nunca las individualidades. Lo han conseguido de tal forma que nadie las emparenta, ni siquiera el destino, ya que se ven poco.

Madre Caballo. Teatro Olimpia. Plaza de Lavapi¨¦s. Metro Lavapi¨¦s.