Proyectos
De la catarata de balances sobre los dos primeros a?os de Aznar en la presidencia del Gobierno, sumariamente formulados durante la semana pasada, cabe citar esta perla proferida por su antecesor en el cargo: "No tiene un proyecto de Espa?a, incluso cuando le salen las cuentas". El se?or Gonz¨¢lez parece creerse un experto en materia de proyectos, ya que tanto us¨® y abus¨® del t¨¦rmino cuando ejerc¨ªa el poder. Y es posible que alg¨²n derecho le asista para ello, pues no en balde est¨¢ designado por la Internacional Socialista para definir la identidad del proyecto socialdem¨®crata en el siglo XXI.No obstante, cabe recordar que la voz "proyecto" se refiere a los planes para innovar o, al menos, reformar algo en el futuro y no, desde luego, al designio de conservar las conquistas del pasado, por muchas que sean las del Estado de bienestar. ?Cu¨¢l es hoy el proyecto socialdem¨®crata? Al parecer, Tony Blair se dispone a disputarle al se?or Gonz¨¢lez el liderazgo ideol¨®gico de la Internacional Socialista, ofreci¨¦ndose a dise?ar el nuevo programa de la izquierda del futuro, escorado por supuesto hacia el social-liberalismo (Informe Semanal de Pol¨ªtica Exterior, n¨²mero 114, 2-3-1998, p. 5). Y para ello el flamante premier brit¨¢nico cuenta con la inestimable ayuda del que pasa por ser el primer soci¨®logo europeo: Anthony Giddens. As¨ª que, antes de acusar al se?or Aznar de falta de proyecto, el se?or Gonz¨¢lez debiera tentarse la ropa auscultando la proyecci¨®n de futuro del suyo propio.
Por lo dem¨¢s, no es seguro en absoluto que el se?or Aznar carezca de proyecto. ?O es que acaso su anunciada reforma fiscal no encierra todo un programa pol¨ªtico? Al llegar al poder, el se?or Gonz¨¢lez afirm¨® equivocadamente que las Fuerzas Armadas eran la columna vertebral del Estado: de ah¨ª su error con los GAL. Pues bien, al llegar al poder, el inspector tributario Aznar ha comprendido que la fiscalidad es el coraz¨®n del Estado: su raz¨®n de ser, como fuente de alimentaci¨®n, y su aut¨¦ntico motor, como principal instrumento pol¨ªtico.
En efecto, la sociolog¨ªa hist¨®rica ha probado, al investigar la g¨¦nesis del Estado moderno, que las bases fiscales constituyen los aut¨¦nticos cimientos sobre los que se asent¨® la construcci¨®n burocr¨¢tica de la Raz¨®n de Estado. Y los an¨¢lisis de pol¨ªticas p¨²blicas han demostrado que la pol¨ªtica fiscal es el m¨¢s eficaz agente de cambio social inducido desde el poder. Sobre todo, en estos tiempos de integraci¨®n europea, donde la exigencia de estabilidad monetaria convierte a la fiscalidad en la ¨²nica variable macroecon¨®mica susceptible de intervenci¨®n p¨²blica. Y esto ya sea para redistribuir la renta al modo socialdem¨®crata o para estimular el ahorro y la inversi¨®n al estilo neoliberal. Hoy s¨®lo se puede hacer pol¨ªtica jugando con los incentivos fiscales, ¨²nica palanca de mando a la disposici¨®n del gobernante. En consecuencia, la fiscalidad ocupa hoy el primer rango de la agenda electoral.
Por eso adquiere una importancia tan estrat¨¦gica la reforma fiscal que se propone acometer Aznar: ¨¦se es su verdadero proyecto, por mucho que Gonz¨¢lez finja ignorarlo. Y es que la fiscalidad se ha erigido en una de las dos arenas de debate pol¨ªtico (la otra es la comunicaci¨®n) que van a definir el siglo XXI. De ah¨ª el grave conflicto planteado por la sentencia del Supremo que anula la corresponsabilidad fiscal vizca¨ªna, pues el Estado de las Autonom¨ªas se vac¨ªa de contenido pol¨ªtico si se reduce a mera descentralizaci¨®n recaudatoria. Y de ah¨ª, tambi¨¦n, el extraordinario inter¨¦s que tiene la propuesta de CiU (avanzada el mi¨¦rcoles pasado por los se?ores Molins y Homs) por la que se solicita reducir la cotizaci¨®n empresarial y, a la vez, incrementar el impuesto de sociedades como f¨®rmula de crea ci¨®n de empleo.
En suma, Aznar s¨ª que tiene un proyecto y, si la oposici¨®n no lo impide, acabar¨¢ por realizarlo. Asi que m¨¢s le valdr¨ªa al se?or Almunia ponerse a estudiar seriamente la reforma fiscal que proyecta el Gobierno a fin de poder formular con alg¨²n rigor alternativas cre¨ªbles. El debate sigue abierto y habr¨¢ que volver a ¨¦l de nuevo.
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