DESCARGA EL?CTRICA

Giancarlo Gini, comerciante de Cernobbio, en el norte de Italia, se recupera lentamente del vahido que sufri¨® al recibir una factura de la luz equivalente a 120 billones de pesetas que le envi¨® la compa?¨ªa nacional de electricidad, ENEL. El importe, un poco m¨¢s de la mitad de la deuda p¨²blica italiana, resultaba a todas luces exagerado, porque Gini no es que se alumbre con velas, pero su casa no es Las Vegas. El comerciante italiano, al que hab¨ªa llegado una carta bastante borde de la compa?¨ªa el¨¦ctrica quej¨¢ndose de que el banco no hab¨ªa pagado la factura, por lo que le comunicaban un recargo del 3,5%, ha recibido todo tipo de excusas del ENEL, pero se hace cruces pensando que en la compa?¨ªa nadie controla las cifras que se pasan a los clientes, y que si esto sucede con millones de millones, qu¨¦ no ser¨¢ cuando se trata de centenares de miles de liras. El ENEL tiene en su cuenta otros errores gloriosos, como el reciente sufrido por varios abogados de la zona de Mil¨¢n que, en vez de la cifra de consumo, recibieron en ese apartado su n¨²mero de contador, compuesto por varios d¨ªgitos m¨¢s. Gini piensa que en el ENEL hay mucho iluminado.-