Novedades sobre otros sistemas planetarios
Es una contrariedad t¨ªpica que se repite machaconamente en la historia de la astronom¨ªa. Al interpretar las escasas y pobres observaciones de que disponen, los investigadores elaboran una teor¨ªa que modifican y enriquecen durante a?os, al ritmo de sus nuevos descubrimientos. Y de pronto, un nuevo elemento parece cuestionarlo todo y obliga a realizar revisiones desgarradoras. Es lo que acaba de producirse de nuevo con la detecci¨®n de un disco rico en part¨ªculas y gas alrededor del Rect¨¢ngulo Rojo, un sistema de estrellas binario de la constelaci¨®n del Unicornio.El estudio de este anillo, llevado a cabo por un equipo belga-holand¨¦s con la yuda del telescopio espacial euopeo ISO (Observatorio Espacial de Infrarrojos, siglas en ingl¨¦s), demuestra que contiene ox¨ªgeno, tal vez agua y, sobre todo, importantes cantidades de cristales de peridoto. Se trata de una forma articular de silicatos, presentes en la g¨¦nesis de los planetas ya que tambi¨¦n se pueden halar tanto alrededor de las estrellas reci¨¦n nacidas como en la Tierra y en los cometas, testigos del nacimiento del sistema solar. Por lo tanto, puede tratarse de un disco protoplanetario que podr¨ªa dar nacimiento a un sistema solar an¨¢logo al nuestro, un disco circunestelar adicional como los que se han detectado frecuentemente alrededor de aquellas estrellas j¨®venes que se asemejan a nuestro Sol. El problemas es que el Rect¨¢ngulo Rojo no entra en absoluto dentro de esta categor¨ªa: se trata de dos estrellas cercanas entre s¨ª (el equivalente de la distancia entre la Tierra y el Sol), una de las cuales, muy vieja, est¨¢ llegando al final de su existencia. Esta curiosidad, descrita en el n¨²mero del 26 de febrero de la revista Nature, puede trastocar por completo todas nuestras teor¨ªas sobre la formas de los sistemas solares.
El estudio isot¨®pico de los diversos elementos de larga duraci¨®n hallados en el sisterna solar es concluyente: los planetas y el Sol se formaron sucesivamente, con un intervalo de s¨®lo 10 millones de a?os, hace 4.500 millones de a?os. Como aquel dice, casi al mismo tiempo. Tambi¨¦n sabemos que, de aqu¨ª a unos 5.000 millones de a?os, el Sol debe aumentar desmesuradamente de tama?o ara convertirse en una gigante roja antes de contraerse y transformarse en una peque?a y super densa enana blanca, ¨²ltimo estadio en la vida de una estrella.
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Un proceso muy violento que, l¨®gicamente, debe provocar la muerte del sistema solar. Sin embargo, una de las estrellas del Rect¨¢ngulo Rojo se encuentra precisamente en ese estadio. Christoffel Waelkens (de la universidad de Lovaina, B¨¦lgica) es claro al respecto: "El disco est¨¢ formado por materia procedente de una estrella evolucionada". Por lo tanto, no puede tratarse de restos del disco circunestelar primitivo.
?Dar¨¢ nacimiento a un nuevo sistema solar? Esa es otra historia. Otras estrellas similares tambi¨¦n parecen estar dotadas de un disco. Estos ¨²ltimos son mucho menos luminosos que el del Rect¨¢ngulo Rojo, que es muy brillante dentro del espectro de infrarrojos. ?Se debe a que en ¨¦l ya se han formado planetas, disminuyendo proporcionalmente la materia circundante? Nada permite afirmarlo, reconoce el profesor belga.
Para llegar m¨¢s lejos habr¨¢ que proseguir las observaciones y afinar las investigaciones. Incluso si se encontraran uno o varios planetas en el disco del Rect¨¢ngulo Rojo -lo que, por el momento, no es el caso- nada permite afirmar que no sean las supervivientes. de un primer sistema solar, formado durante el nacimiento de una de las estrellas que hubiera escapado al cataclismo. "Ser¨ªa posible, a condici¨®n de que tengan un tama?o al menos igual al de J¨²piter y est¨¦n situadas a una gran distancia de la estrella", opina Waelkens.
Modelos digitales
Mientras tanto, los investigadores tambi¨¦n van a recurrir a sus ordenadores para simular con modelos digitales c¨®mo pudo nacer y evolucionar el disco. Desgraciadamente, los efectos gravitatorios originados por un sistema binario son mucho m¨¢s complejos que los de una ¨²nica estrella y "con los conocimientos actuales resulta dif¨ªcil realizar una simulaci¨®n del comportamiento de los discos que las rodean", se lamenta el investigador belga.Como vemos, el Rect¨¢ngulo Rojo plantea m¨¢s preguntas que aporta respuestas. El principal inter¨¦s que proporciona el an¨¢lisis de la composici¨®n de su disco es demostrar que los sistemas protoplanetarios son mucho m¨¢s corrientes de lo que se pensaba y no se encuentran obligatoriamente alrededor de las estrellas j¨®venes.
Sin embargo, ?dan nacimiento a planetas a partir de un mecanismo an¨¢logo al que permiti¨® la formaci¨®n de nuestro sistema solar? Toda la cuesti¨®n radica en saber si estos discos son barridos muy r¨¢pidamente por el viento estelar o si permanecen alrededor de la estrella el tiempo suficiente para que se pueda formar un sistema solar.
El reciente descubrimiento de planetas alrededor de dos p¨²lsares puede ser un indicio a favor de la segunda hip¨®tesis. En efecto, estas estrellas que est¨¢n llegando al final de su existencia emiten rayos X con mucha energ¨ªa, creando a su alrededor un medio hostil en el que las part¨ªculas tienen m¨¢s posibilidades de ser destruidas que de ser impulsadas a unirse. Pero no es m¨¢s que un indicio.
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