Colegios

Sabemos, o deber¨ªamos saber, que el "derecho a elegir libremente escuela'', presentado como una gran conquista democr¨¢tica, no es m¨¢s que una falacia, un truco para debilitar lo p¨²blico en beneficio del sutil apartheid que la ense?anza privada perpet¨²a. Sabemos, pero no basta: en momentos como ¨¦ste, en que la ense?anza p¨²blica recibe todo tipo de pu?aladas traperas, es muy importante no interiorizar, como un destino fatal, la dudosa superioridad de lo privado, que bastantes amigos tiene.En Sant Adri¨¤ del Bes¨®s, distrito barcelon¨¦s en donde la vida se desarrolla en condiciones dif¨ªciles, diversos avatares han hecho coincidir en el Col.legi d'Educaci¨® Infantil i Prim¨¤ria Eduard Marquina, dependiente de la Generalitat, a un equipo de educadores empe?ados en ofrecer ense?anza de calidad sin discriminaci¨®n alguna. Tanto, que el colegio ha alcanzado categor¨ªa de centro de atenci¨®n educativa preferente, porque acoge a una poblaci¨®n escolar de indicadores socioecon¨®micos y culturales altamente preocupantes. El 68% del alumnado procede de econom¨ªas precarias, y el 50%, concretamente, del popular y populoso barrio de La Mina. Hay muchos ni?os gitanos en el Eduard Marquina, satisfechos e integrados, y recibiendo la atenci¨®n que merecen, como el resto de los alumnos.

?Cu¨¢l es el problema? Que van cortos de matr¨ªculas, debido a que muchos progenitores no quieren que sus hijos compartan clase con chavales menos favorecidos. No son racistas estos padres y madres, claro que no: pero han interiorizado la noci¨®n de que es mejor que sus cr¨ªos no se mezclen con los diferentes (hacia abajo, claro: bien les gustar¨ªa codearse con los de arriba). As¨ª que el Eduard Marquina necesita desesperadamente 30 ni?os de tres a?os, para que no le cierren dos aulas, para seguir practicando la excelencia dentro de lo p¨²blico.