El v¨ªdeo de Sampedro

Su editorial del 6 de marzo pondera las opiniones contrapuestas que se han vertido en torno a la difusi¨®n de este v¨ªdeo y alude a la "sensibilidad" m¨¢s o menos "herida" de quienes lo han visto, aspecto que tal vez merece alg¨²n comentario adicional. Se prodigan escenas de muerte, sobre todo violenta, en el cine, mientras la muerte natural de las personas tiende a ocultarse en la vida real, por lo que quiz¨¢ no hemos llegado a resolver los problemas que plantea el hecho humano de morir, que son, en parte, problemas de sociolog¨ªa de la medicina, en un marco legal ya demandado por la sociedad. En el caso de la eutanasia en acto propio de Sampedro, con medios precarios, el editorial apunta con certeza a que ¨¦l deseara difundirla en favor de la causa que ha venido defendiendo. Incluso es l¨®gico afirmar que se ha contrariado su voluntad al no mostrar todo el contenido del v¨ªdeo tan cuidadosamente planeado por ¨¦l.Lo escandaloso e hiriente de este suceso es que, tras todas las tentativas realizadas por Sampedro, a fin de abrir un cauce legal y humanitario a su designio personal de terminar su vida por las graves carencias de su organismo, haya tenido que recurrir al cruel recurso de su envenenamiento con cianuro. Habr¨ªa que encarar, con toda su crudeza, la inhumanidad de muchas muertes, y de esta misma, que justifican una regulaci¨®n legal de la eutanasia voluntaria con la asistencia y paliativos necesarios: una opci¨®n m¨¢s de la libertad del hombre.-