Los precios por dentro
LAS CIFRAS de inflaci¨®n y empleo de febrero confirman que la econom¨ªa espa?ola atraviesa por un momento singularmente brillante, pr¨®digo en buenas noticias sobre sus tradicionales desequilibrios. El IPC de febrero experiment¨® un descenso del 0,2% que sit¨²a la tasa interanual de inflaci¨®n en el 1,8%, la m¨¢s baja en treinta a?os. Adem¨¢s, la cifra de parados se redujo en 23.449 personas, seg¨²n el registro del Inem; una rebaja s¨®lo superada en la ¨²ltima d¨¦cada por tres registros del mes de febrero. El vicepresidente econ¨®mico, Rodrigo Rato, tiene motivos para la satisfacci¨®n.El excelente resultado de la inflaci¨®n es importante porque se produce en el marco de un crecimiento econ¨®mico estimado del 3,5% en el primer trimestre del a?o. Esto significa que la tasa de crecimiento no parece estar generando, al menos de momento, las tensiones inflacionistas que obstaculizaron en otras etapas la reactivaci¨®n de la econom¨ªa. Que el crecimiento se produzca sin efectos secundarios permite ajustar otras magnitudes -como el d¨¦ficit p¨²blico-, porque es innecesario recurrir al encarecimiento del dinero para controlar los precios. Pi¨¦nsese en el obst¨¢culo tan serio que hubiera supuesto un repunte inflacionista ahora que los tipos de inter¨¦s tienen que bajar para homologarse con el tipo ¨²nico de la uni¨®n monetaria.
Sin embargo, el IPC de febrero ha sido descifrado por el Banco de Espa?a con una cautela clamorosa: no ha reducido los tipos de inter¨¦s, a pesar de que el descenso de los precios daba un pie evidente para un nuevo recorte. No hay que ir muy lejos para encontrar el motivo: la composici¨®n interna de los precios espa?oles mantiene rasgos inquietantes, ya conocidos y explicados antes, que tienden a olvidarse por culpa del brillante resultado final.
El descenso continuado de los precios en Espa?a est¨¢ basado en el abaratamiento persistente de los precios de la alimentaci¨®n y, en algunos casos, de la energ¨ªa, que son precisamente los componentes m¨¢s vol¨¢tiles; quiere ello decir que el mantenimiento en el futuro de tasas reducidas de inflaci¨®n depende de factores incontrolables -como las buenas cosechas o el precio del crudo y su transformaci¨®n-, mientras que los componentes sobre los que s¨ª se puede actuar a trav¨¦s de pol¨ªticas econ¨®micas eficaces, como los precios de los servicios, est¨¢n clavados en un alto nivel: el 3,5%. Hay que insistir: las reformas liberalizadoras empiezan a ser imperativas. Es necesario bajar los precios de los servicios para asegurar que Espa?a se mantendr¨¢ c¨®modamente en una zona de baja inflaci¨®n.
El Banco de Espa?a ha actuado con prudencia tambi¨¦n porque considera que dispone de tiempo para acercar los tipos de inter¨¦s a los que finalmente operen en el espacio monetario europeo, que ser¨¢n m¨¢s bajos. Pero, en t¨¦rminos econ¨®micos, cuanto antes baje el coste del dinero antes empiezan a producirse sus efectos ben¨¦ficos sobre la inversi¨®n y el empleo.
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