Alianza estrat¨¦gica

LA INFATIGABLE b¨²squeda de socios de Telef¨®nica ha cristalizado en una alianza con los grandes grupos estadounidenses WorldCom y MCI, pendientes ambos de formalizar legalmente su fusi¨®n. Telef¨®nica ha actuado con rapidez despu¨¦s de que fracasara su anunciada alianza estrat¨¦gica con Bntish Telecom (BT) y MCI, fracaso que se produjo debido a que WorldCom se hizo con el control de MCI al precio de m¨¢s de cuatro billones de pesetas. No era f¨¢cil encontrar un aliado en el mundo de las telecomunicaciones, como prueba el hecho de que BT resultara violentamente desplazada en sus pretensiones de adquirir MCI y a la luz de las continuas fusiones, absorciones, pactos y rupturas que se producen en el sector. El acuerdo con Bernard Ebbers, presidente de WorldCom, y Bert Roberts, presidente de MCI, permite suponer que la empresa espa?ola consolidar¨¢ una asociaci¨®n estable con una gran compa?¨ªa intemacional.Los t¨¦rminos del acuerdo son, en principio, satisfactorios, aunque persisten demasiadas zonas grises. Telef¨®nica aporta su excelente posici¨®n en el mercado latinoamericano, permitiendo la participaci¨®n de MCI en una empresa conjunta con mayor¨ªa espa?ola (51%), a cambio de acceder al mercado hispano de Estados Unidos a trav¨¦s de otra sociedad conjunta con MCI, donde esta ¨²ltima tendr¨¢ una mayor¨ªa del 70%. En Europa, el acuerdo permite a Telef¨®nica comprar el 10% de Euro-com -una filial de WorldCom-, participar en los negocios italianos que implemente WorldCom y formar una sociedad conjunta para explotar los mercados del sur y este de Europa. En s¨ªntesis, Telef¨®nica y sus socios crean una red de actuaciones conjuntas para la participaci¨®n cruzada en tres grandes ¨¢reas de negocio: Estados Unidos, Latinoam¨¦rica y Europa.

En t¨¦rminos estrat¨¦gicos, el acuerdo de asociaci¨®n ofrece una salida internacional consistente a Telef¨®nica despu¨¦s de la frustrada operaci¨®n con BT y MCI. La empresa espa?ola se ha garantizado que se mantendr¨¢ la alianza con WorldCom incluso en el supuesto de que no prospere la fusi¨®n de ¨¦sta con MCI. La estabilidad es, por lo tanto, el objetivo principal. Pero el acuerdo no despeja todas las incertidumbres. La principal de ellas es que la alianza est¨¢ inicialmente condicionada a que la fusi¨®n WorICom-MCI sea aprobada por el Departamento de Justicia de Estados Unidos, por su Comisi¨®n de Telecomunicaciones y, por supuesto, por la Comisi¨®n Europea.

Esta incertidumbre inicial, de no poco relieve despu¨¦s de dos cambios de rumbo en su estrategia de alianzas internacionales -primero, Unisource, y luego, BT-MCI-, prolonga una situaci¨®n de inestabilidad poco deseable. Pero hay otras. No se ha despejado suficientemente la duda de si Telef¨®nica no est¨¢ cambiando su parte en negocios florecientes, como los que ha desarrollado en Latinoam¨¦rica, por expectativas futuras, como son las operaciones de WorldCom en Europa.

La uni¨®n con WorldCom y MCI es un acierto estrat¨¦gico por cuanto permite a Telef¨®nica anclar su futuro comercial y tecnol¨®gico a dos socios -uno, cuando se formalice la fusi¨®n- cuyo futuro parece s¨®lido. Pero su ¨¦xito depender¨¢ de c¨®mo se desarrollen actividades todav¨ªa indefinidas y pol¨ªticas de captaci¨®n de cuotas de mercado regionales a¨²n por explicar. Una alianza empresarial se define por los detalles que hoy no conocemos m¨¢s que por los grandes trazos estrat¨¦gicos, m¨¢s f¨¢ciles de enunciar que de aplicar.