?Caramba!
Despertar, el ¨²ltimo disco de Pablo Milan¨¦s, es una sonata de oto?o te?ida de primavera, o viceversa. Campea por todas las canciones una brisa melanc¨®lica que, a veces, se convierte en belleza agobiante, s¨ªndroine de Stendhal, vaga tristeza entra?able. Es una obra de madurez en la que se deja arrastrar suavemente por el v¨¦rtigo del tiempo, de la desilusi¨®n, de la muerte que acecha, de un cipr¨¦s y algunos crisantemos, de hojas de oto?o sacudidas por el viento... Tiene mucho valor, porque pocos artistas de m¨²sica popular se y atreven a montar un espect¨¢culo con canciones nuevas no asimiladas todav¨ªa por su p¨²blico. Pero ¨¦l sabe que tiene un p¨²blico fiel para quien sus canciones forman parte de la memoria colectiva.Lo que quiere el p¨²blico de sus artistas, en directo, es que interpreten lo ya asimilado, conocido y amado. Los temas nuevos no son f¨¢ciles de fascinar. Hay que rumiarlos antes. El p¨²blico, entregado, se dej¨® llevar por lo desconocido, porque saben que Milan¨¦s nunca da gato por liebre; es uno de los pocos aut¨¦nticos que quedan en este mundo.
Pablo Milan¨¦s
Pablo Milan¨¦s, voz y guitarra. Dagoberto Gonz¨¢lez, viol¨ªn y teclados. Carlos N¨²?ez, teclados. Palacio de Congresos. Madrid, 15 de marzo.
Despertar es una obra magn¨ªfica, pero es preciso escuchar en la intimidad esas canciones que, s¨®lo aparentemente, pertenecen a la metaf¨ªsica. S¨®lo aparentemente, porque son canciones fieramente humanas.
Am¨ªlcar, por ejemplo, dedicada a un adolescente (amigo de una de sus hijas) que muri¨® en absurdo accidente de tr¨¢fico, es un gui?o a la eternidad y al desamparo: " 17 primaveras / sin poderte contener, / se volcaron en la muerte, / ?caramba! /que no te sabr¨¢ tener... ".. La melancol¨ªa es tambi¨¦n patente en una peque?a joya, la canci¨®n Hay,, que el artista interpreta solo con su guitarra: "Hay un libro que espera por mi goce... ".
Despertar ha optado por arreglos barrocos (Bach y Ha?ndel sobrevuelan) que sus m¨²sicos realizan con primor. Al final, interpret¨® lo que nadie olvida: Yolanda, Yo pisar¨¦ las calles nuevamente, Para vivir... El ¨¦xtasis se apoder¨® del Palacio de Congresos. ?Caramba!
Babelia
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