El zar de las finanzas
No le faltan apodos: Zar de las finanzas, El Gorbachov chino, El jefe. No le gusta ninguno. N¨²mero tres en la jerarqu¨ªa del partido, Zhu Rongji, actual viceprimer ministro encargado de la econom¨ªa, ser¨¢ elegido hoy por el Parlamento nuevo primer ministro.De 70 a?os, este pol¨ªtico adusto, nacido en Changsha (Hunan), titulado en ingenier¨ªa el¨¦ctrica y detractor de la burocracia -su tal¨®n de Aquiles, pues se ha ganado la enemistad de muchos cuadros del partido- es el actual responsable de la fase m¨¢s delicada de la apertura econ¨®mica que el fallecido patriarca Deng Xiaoping propuso hace m¨¢s de dos d¨¦cadas: la reforma estatal. La privatizaci¨®n en un plazo de tres a?os de 100.000 empresas p¨²blicas deficitarias y el consiguiente despido de un gran n¨²mero de trabajadores.
C¨®mo resolver¨¢ todas las contradicciones que el proceso encierra es algo que est¨¢ a¨²n por ver. En sus credenciales est¨¢n los elogios de Deng, cuando lo reclut¨® en 1991 cuando era alcalde de Shanghai: "Este hombre es el ¨²nico que entiende de econom¨ªa". Como el fallecido patriarca, sufri¨® la depuraci¨®n por dos veces antes y durante la Revoluci¨®n Cultural por sus planteamientos demasiado pragm¨¢ticos.
En las credenciales de Zhu est¨¢ el haber sabido enfriar la econom¨ªa y controlar la inflaci¨®n. En los c¨ªrculos empresariales occidentales no le escatiman elogios, sobre, todo despu¨¦s de su discurso en la ¨²ltima asamblea anual del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, al prometer m¨¢s exenciones fiscales a las inversiones extranjeras.
La agenda de Zhu Rongji durante los pr¨®ximos 12 meses determinar¨¢ su futuro. Adem¨¢s de la patata caliente de la reforma estatal, el primer ministro tendr¨¢ que acometer la reforma bancaria, estimular la demanda interna, alentar el comercio exterior y acometer la convertibilidad de la moneda. Habr¨¢ que ver el impacto que la crisis asi¨¢tica tendr¨¢ en la econom¨ªa de China y cu¨¢nto resistir¨¢ el yuan sin ser devaluado, pese a sus afirmaciones de que no entra dentro de sus c¨¢lculos hacerlo.
Zhu no est¨¢ manchado por los sucesos de Tiananmen, como tampoco el presidente Jiang Zemin, que era secretario del partido en Shanghai cuando aqu¨¦l era alcalde de la ciudad en 1989. Las relaciones entre ambos son moderablemente aceptables. Zhu es consciente de que su brillante hoja de resultados le ha llevado a la jefatura del Gobierno, y no el apoyo de Jiang, quien prefer¨ªa al viceprimer ministro Wu Bangguo para el cargo.
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