La 'segunda fase' acaba antes de comenzar

La puesta de largo de la segunda fase de la Mesa de Ajuria Enea no pudo terminar peor. El lehendakari, Jos¨¦ Antonio Ardanza, ha agotado casi toda la legislatura tratando de poner en marcha una segunda fase del Pacto para renovar el discurso pol¨ªtico de sus integrantes, para que fuera m¨¢s all¨¢ de la cl¨¢sica llamada a la firmeza frente a ETA, y el mismo d¨ªa de su estreno ha tenido que enviar al congelador su propuesta m¨¢s atrevida.Esta segunda fase es una vieja aspiraci¨®n de los partidos que componen la Mesa de Ajuria Enea, en especial de los nacionalistas PNV y EA, aunque el Ejecutivo vasco ya expres¨®, en su acuerdo de gobierno de 1994, su voluntad de dar al Pacto "un nuevo y definitivo impulso". Pero ni la llegada del PP al Gobierno ni la declaraci¨®n aprobada por la Mesa en enero de 1996 respecto a que "la voluntad mayoritaria de la ciudadan¨ªa vasca, leg¨ªtimamente expresada, debe encontrar su aplicaci¨®n en el ordenamiento jur¨ªdico vigente en cada momento", hab¨ªan servido para modificar el bloqueo que sufre el Pacto.

En este contexto, el Pacto inici¨® en su reuni¨®n de enero un cambio de enfoque estrat¨¦gico que no ha encontrado una plasmaci¨®n real en el encuentro de ayer. En aquella ocasi¨®n, los partidos que lo integran abrieron de manera oficial la conocida como segunda fase con el objetivo de propiciar las condiciones que permitan un final dialogado al terrorismo en el Pa¨ªs Vasco. As¨ª, los partidos apostaron por superar el discurso de firmeza exhibido hasta ahora y retomar la iniciativa con una oferta p¨²blica de di¨¢logo sin reservas, sobre contenidos pol¨ªticos y el futuro estatus de autogobierno de Euskadi.

Sin embargo, las discrepancias entre nacionalistas y no nacionalistas, personificados en el PP y PSE, ante determinados movimientos y gestos hacia ETA y HB y la posibilidad de trascender la Constituci¨®n y el Estatuto en ese di¨¢logo sin condiciones previas ni l¨ªmites, han resultado insalvables.

El resultado de ayer es la mejor demostraci¨®n de que el equilibrio sobre el que se sustent¨® la reuni¨®n de enero era muy fr¨¢gil. Algo que no se adivin¨® en aquel momento tras las reflexiones del presidente del PNV, Xabier Arzalluz: "Cada vez se puede hablar menos de que en la Mesa de Ajuria Enea haya dos bloques diferentes: nacionalistas y no nacionalistas", dijo entonces en un tono sorprendentemente optimista.

Pero a pesar de los intentos de los partidos por revitalizar el Pacto, la realidad es que siguen sin lograr romper el c¨ªrculo vicioso que representa el debate sobre pacificaci¨®n. Todas las formaciones pol¨ªticas est¨¢n de acuerdo en encarar la segunda fase pero su consenso no va m¨¢s all¨¢. Cuando se abordan los temas de fondo afloran las discrepancias. Aunque se mantiene el acuerdo para condenar la violencia terrorista de ETA, no hay compromiso sobre cu¨¢l es la terapia m¨¢s eficaz para alcanzar la paz.