Extranjero en su patria
Como otros escritores, Agust¨ªn G¨®mez Arcos ha tenido que ser un escritor espa?ol de expresi¨®n francesa: su literatura no pudo crecer aqu¨ª entre ?o?er¨ªas, censuras y rabietas de los poderes reales y de caf¨¦. Su obra de teatro Queridos m¨ªos, es preciso contaros ciertas cosas obtuvo el Premio Lope de Vega del Ministerio de Cultura a¨²n con Franco vivo y mandando: pero sus representaciones fue ron prohibidas. G¨®mez Arcos eligi¨® el exilio en 1966. Tuvieron que pasar veinte a?os desde que escribi¨® esa obra para que se estrenase en Madrid. Y el que fue con ella un joven autor brillante ya ten¨ªa m¨¢s de cincuenta (Enix, Almer¨ªa, 1939 pastor, luego espartero; estudiante de Derecho en Barcelona); y Espa?a parec¨ªa otra. Lleg¨® aqu¨ª primero su obra Mrs. Smith muerta por sus fantasmas, con un Ministerio de Cultura considerado como democr¨¢tico (Centro de Nuevas Tendencias Esc¨¦nicas, sala Olimpia, 22 de febrero de 1991), cuando el tiempo no hab¨ªa pasado a su favor: "Demasiado tarde", dec¨ªa Mauro Arini?o en su cr¨ªtica de El Sol, y resum¨ªa su situaci¨®n. Tarde, pero con respeto y hasta admiraci¨®n por la mayor parte de la cr¨ªtica; a su lenguaje, a su nuevo planteamiento de la tragedia, a su riqueza de situaciones. Se abri¨® el paso a la recuperaci¨®n de otras dos obras suyas: Los gatos, en el Mar¨ªa Guerrero, al a?o siguiente, y Queridos m¨ªos, es preciso contaros ciertas cosas, ya en 1994, las tres dirigidas por Carmen Portacelli.
Arte comparativo
Los ataques a lo que parec¨ªa ya ca¨ªdo eran te¨®ricamente in¨²tiles. Y se volvi¨® a acabar su carrera teatral. Tampoco pudo, ni supo, ni quiso, adaptarse a unas nuevas circunstancias del teatro. Pero, adem¨¢s, ?a qu¨¦ circunstancias? A la moribundia, al agotamiento de su vanguardia antes de haber sido, al cansancio de todos. Dijo de s¨ª mismo: "Yo, cuando escribo teatro, hago la guerra. Lo abandon¨¦ el d¨ªa en que me di cuenta de que hab¨ªa dejado de ser un arte de la palabra viva, un arte combativo, conflictivo, para convertirse en una est¨¦tica. La est¨¦tica me horroriza: es el grado cero del arte". En sus obras se puede advertir a¨²n esa condici¨®n b¨¦lica y, sobre todo, el arte de la palabra viva. Enrique Centeno le celebraba en Diario 16: "... un texto todav¨ªa sorprendente en sus ricos recursos, en su magn¨ªfica prosa, en sus hallazgos estrictamente esc¨¦nicos".En Par¨ªs no abord¨® el teatro, o el teatro tampoco le dej¨® entrar. Fue novelista: siempre con un succ¨¦s d'estime que supon¨ªa una aprobaci¨®n, un est¨ªmulo para seguir, un reconocimiento de sus calidades literarias, pero nunca popularidad ni dinero. El reconocimiento le vino con L'agneau carnivore en 1975, y con Ana, non al a?o siguiente. Fue dos veces finalista del Premio Goncourt. Sc¨¦ne de chasse (furtive) es una novela cuyas ediciones se han repetido (Stock Editores, 1987, 1991): en ella prosegu¨ªa su combate pol¨ªtico y literario. El personaje, don Germ¨¢n Enr¨ªquez, es uno de esos poderosos que bajo la idea de la defensa del orden se convert¨ªan -o se convierten: es un g¨¦nero humano que no cesa- en verdugos, en duros, s¨¢dicos torturadores; en M¨¦re Justice representa un inmigrado de media casta asesinado por un franc¨¦s rubio al que la justicia deja en libertad; es la madre del asesinado la que har¨¢ su verdadera justicia, aunque se deduzca el escaso valor de la venganza. Marruecos (Mondadoni, 1991) est¨¢ escrita directamente en espa?ol: es el apodo del personaje y el nombre del pa¨ªs al que llega.
En estos ¨²ltimos a?os, Agust¨ªn G¨®mez Arcos volv¨ªa frecuentemente a Espa?a: se le ve¨ªa desorientado, fuera de lugar, en los estrenos de teatro, en los caf¨¦s. Espa?ol en Francia, fue siempre extranjero en su patria.
Babelia
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