Soy inocente
?sta es mi historia.Todo comenz¨® el 13 de julio de 1996, una fecha clave. Aquel d¨ªa particip¨¦ en una reuni¨®n en Tenerife y pas¨¦ el control por sorteo. Di positivo: 6,2 de testosterona [un an¨¢lisis se considera positivo si la relaci¨®n de la concentraci¨®n en orina entre testosterona y epitestosterona es superior a 6, y siempre que no se pueda demostrar que esa cifra no se debe a causas fis¨ªol¨®gicas o patol¨®gicas]. Si se hubiera llevado bien ese caso, no vivir¨ªa ahora esta angustia. Pero no se llev¨® bien. M¨¢s bien todo lo contrario.
La federaci¨®n me envi¨® una carta en noviembre a mi casa en Bergondo (A Coru?a) notific¨¢ndolo, pero por aquel entonces yo estaba entren¨¢ndome, y ellos lo sab¨ªan, en Madrid y no pude enterarme hasta marzo.
Me sorprendi¨® mucho la cifra de la testosterona. Nunca hab¨ªa dado m¨¢s de 6 desde 1992 y estaba preocupado. El 20 de marzo fui a ver a Juan Manuel Alonso, m¨¦dico de la federaci¨®n, le pregunt¨¦ que c¨®mo o me lo hab¨ªan comunicado antes y le comuniqu¨¦ mi preocupaci¨®n. El pens¨® que ¨¦sta se deb¨ªa al positivo y a la posible sanci¨®n que conllevaba, pero no, yo simplemente tem¨ªa tener de nuevo alg¨²n problema org¨¢nico. Le ped¨ª que me buscara alg¨²n especialista endocrin¨®logo -como prev¨¦ el reglamento antidopaje-, para que me efectuara un estudio. Quedamos en eso. Me dijo que se mover¨ªa.
Pero pasaba el tiempo y no noticias. Alonso me daba largas cuando le requer¨ªa. As¨ª hasta la competici¨®n de Alemania. Antes, en abril, tuve un problema en la s cervicales. Fui al m¨¦dico y me qued¨¦ muy sorprendido: me diagnostic¨® un pinzamiento, pero tambi¨¦n me pregunt¨® si estaba tomando un anab¨®lico porque en los, an¨¢lisis hab¨ªa visto que ten¨ªa las CPKs muy altas. Pero Alonso me tranquiliz¨®. "Las CPKs", me dijo, "dan altas en los periodos en que uno se machaca mucho entrenando. No te preocupes". El endocrin¨®logo no me vio. Si me hubiera examinado, tendr¨ªamos un mont¨®n de datos y an¨¢lisis para estudiar mi problema.
No s¨¦ por qu¨¦ no me vieron. Yo estaba siempre en el m¨®dulo de entrenamiento en Madrid, a su alcance. Esto es fundamental. Si Alonso hubiera sido m¨¢s serio, no estar¨ªamos donde estamos.
Me enter¨¦ del positivo de Alemania en la estaci¨®n de Valencia. Fue poco despu¨¦s de batir el r¨¦cord de Espa?a en Aranjuez. Me dijeron que Alonso quer¨ªa hablar conmigo y le llam¨¦ desde la estaci¨®n. Me qued¨¦ hecho polvo cuando me lo dijo. El me dio ¨¢nimos. Cre¨ªa que no hab¨ªa tomado nada. Me dijo que confiaba en m¨ª en un 99,9%, y no en un 100% porque no estaba atado a m¨ª todo el d¨ªa. Hice el viaje de Valencia a Madrid casi llorando en el tren, pero tuve la repentina esperanza de que se hubieran confundido con el n¨²mero del control. Fui corriendo a casa a bucar el resguardo, ya convencido de que ah¨ª estaba el error, y hasta entr¨¦ riendo y haciendo bromas como un ni?o al despacho de la federaci¨®n. Sal¨ª destrozado: los n¨²meros coincid¨ªan.
Empezamos a dar vueltas a posibles causas que hicieran err¨®neo el an¨¢lisis. Tuvimos esperanzas de que como estaba tomando cuando la competici¨®n c¨¢psulas de 1.000 UI de Vitamina E, los metabolitos de esta en la orina se confundieran con los de nandrolona. Se desech¨®. Tambi¨¦n pensamos que podr¨ªan ser los metabolitos de mi tetosterona. Tampoco. Dud¨¦ de si pod¨ªa ser mi orina, y m¨¢s cuando comparamos los perfiles hormonales de la muestra de Colonia con otra m¨ªa y vimos que no coincid¨ªan. Ped¨ª un an¨¢lisis de ADN; ped¨ª que otro laboratorio volviera a analizar la orina de Colonia; ped¨ª un control despu¨¦s de tomar Vitamina E Alonso lleg¨® a contestar a mis peticiones que eso costaba dinero.
Yo notaba que a Jos¨¦ Mar¨ªa Odriozola [presidente de la federaci¨®n] no le gustaba el asunto. S¨ª, me dijo que me iban a defender hasta que todo estuviera claro, pero yo ve¨ªa que ¨¦l no cre¨ªa que yo dijera la verdad. Yo, en ese momento, ni siquiera sab¨ªa lo que era la nandrolona y se lo pregunt¨¦ a ¨¦l, que es bioqu¨ªmico, en su despacho: ?qu¨¦ es? ?en qu¨¦ medicamento est¨¢? ?c¨®mo la puedo conseguir? Recuerdo que me dijo que estaba en el Dianabol [en realidad el Dianabol, que ya est¨¢ retirado del mercado, conten¨ªa metandienona, otro esteroide anabolizante] y que se pod¨ªa conseguir en cualquier farmacia. Fui con mi novia a una farmacia en Valencia a pedirles que me ense?aran el vadem¨¦cum y vi que la nandrolona estaba en el Deca Durabol¨ªn, y que s¨®lo exist¨ªa en forma inyectable. Aquello me quit¨® un peso de encima: pod¨ªa estar seguro de que no lo hab¨ªa tomado inadvertidamente, o que me lo hubieran puesto en alguna comida o bebida. Adem¨¢s, yo les tengo p¨¢nico a las inyecciones.
Despu¨¦s del contraan¨¢lisis [el 8 de julio, en Colonia, confirm¨® la presencia del metabolito norandrosterona, de la nandrolonal, hubo un cambio en la actitud de todos. Dejaron de confiar en m¨ª. Empez¨® Alonso con la repetida frase "haz memoria". Me hart¨¦ tanto que llegu¨¦ a contestarle una burrada:"?d¨®nde estabas t¨² el d¨ªa que secuestraron y mataron a las ni?as de Alc¨¢sser". S¨¦ que fue una burrada, pero se lo dije para que se diera cuenta de lo que significaba para m¨ª tanto "haz memoria".
Alonso hab¨ªa estado en el contraan¨¢lisis de Colonia y cuando volvi¨® me dijo que all¨ª le hab¨ªan comentado lo de la carne, que la nandrolona pod¨ªa provenir de haber comido un filete de una ternera engordada con anabolizantes. D¨¦ todas formas, y eso ya me llam¨® la atenci¨®n, fue poco antes del Mundial de Atenas, me dijeron que me buscara la vida y un abogado, que ellos ya no pod¨ªan hacer m¨¢s. Me pidieron tambi¨¦n, una lista de alegaciones. Yo la hice a mi manera. Les ped¨ªa ayuda con la frase "*haced algo por m¨ª"por delante de todas mis dudas: "O ?seguro que es mi orina?" ?seguro que son me tabolitos de nandrolona?", ?puede ser la carne?". A De Carlos, secretario de la federaci¨®n, le sorprendieron las peticiones de ayuda. "David" me dijo, "estamos haciendo todo lo posible. Has de saber que esto pasa porque ha sido en el extranjero y est¨¢ la IAAF [federaci¨®n internacional] por medio; si esto te hubiera pasado en Espa?a..." Sent¨ª que no me hab¨ªan entendido. Yo ped¨ªa ayuda m¨¦dica, org¨¢nica, no que hicieran la vista gorda. El 13 de noviembre, el comit¨¦ de competici¨®n de la federaci¨®n me sancion¨® con dos a?os de suspensi¨®n retroactiva al 17 de mayo. Me quitaron tambi¨¦n las marcas que hab¨ªa hecho desde entonces. Y el r¨¦cord de Espa?a.
Cuando me fui a Madrid en noviembre, con la carne del cerdo que hab¨ªa criado con nandrolona, le¨ª en la prensa que Odriozola declaraba que ellos estaban convencidos de que me hab¨ªa dopado. Me busqu¨¦ una abogada para recurrir, quien me pidi¨® que le llevara el informe de competici¨®n. Fui a la federaci¨®n a por ¨¦l y all¨ª Alonso me dijo que me ten¨ªan preparado en plan sorpresa un estudio realizado en B¨¦lgica en 1992, con personas al azar y con carne comprada en carnicer¨ªas de la calle, que demuestra que la carne puede dar positivo. Y que no era necesario comerse una vaca entera, como se cre¨ªa hasta entonces. No s¨¦ qu¨¦ hicieron con ese estudio, pero mi abogada tiene una copia.
Me cost¨® trabajo criar el cerdo con nandrolona -Incluso fui a Italia a comprar carne contaminada, pero no la consegu¨ª- y m¨¢s hallar un laboratorio que la analizara. Encontr¨¦ uno privado: llev¨¦ la carne y el resultado fue que no ten¨ªa nandrolona. Me desilusion¨¦. Me extra?¨¦: le hab¨ªa metido buenas dosis, la ¨²ltima cinco d¨ªas antes de matarlo. Me explicaron que seguramente la m¨¢quina con que la analizaron no ten¨ªa sensibilidad suficiente para cantidades peque?as del anabolizante. De todas formas, no habr¨ªa valido para nada: el CSD maneja un estudio hecho en Noruega que desmiente la posibilidad de dar positivo por comer carne.
No tengo nada contra Daniel Plaza [el campe¨®n ol¨ªmpico de marcha fue absuelto por la federaci¨®n de un positivo por nandrolona, condenado por el CEDD y apoyado cautelarmente por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid], pero no entiendo por qu¨¦ Odriozola dice que mi caso no tiene nada que ver con el suyo, que ¨¦l es inocente. ?Tiene alguien idea de por qu¨¦? ?Pueden pesarle las cr¨ªticas por haberme defendido cuando mi problema en Barcelona 92? Puede que ¨¦l se sienta rid¨ªculo por aquello, pero yo no: s¨¦ que soy inocente.
Han empezado a perseguir a la gente que me ayuda. A Santonja, el presidente de halterofilia, le echaron la culpa porque un chaval de all¨ª me echa una mano en la programaci¨®n de los entrenamientos. Tambi¨¦n dicen que me entren¨¦ en Estados Unidos con gente muy sospechosa.
Es verdad. Manejaban material. Pero pensar que porque ellos lo manejaran yo iba a tomarlo es una estupidez. Tambi¨¦n en Madrid se maneja material y no por ello todos son sospechosos do hacerlo. Recuerdo que cuando bat¨ª el r¨¦cord en Estados Unidos ten¨ªa problemas para orinar y propuse en el control que me sacaran sangre. Tan seguro estaba. Y un sueco, que estaba all¨ª me pregunto que si estaba loco, me dijo que con la sangre me sacaban todo lo que hubiera tomado en los ¨²ltimos seis meses.
Se supone que la ingesta de anabolizantes proporciona a los atletas fuerza y explosividad. Se supone que si yo me hubiera dopado habr¨ªa incrementado espectacularmente esas caracter¨ªsticas, Y sin embargo, tengo fama en el circuito de ¨¦lite de ser el que menos kilos levanta. Mis marcas en fuerza son propias de mujeres. A veces creo que, cuando les digo esas marcas, los dem¨¢s piensan que les estoy vacilando. Mi progresi¨®n en ese sentido ha sido rid¨ªcula: en 1988 levantaba en arrancada 95 kilos, y en l997, 107,5, pesos muy bajos cuando la media de los dem¨¢s est¨¢ en 130 kilos. En sentadilla, levantaba en 1988 180 kilos, y 190 en 1997, los mismos que en 1992 (media: 250 kilos). Y en banca, 130 kilos en 1988, 137,5 en 1992 y 145 en 1997 (media: 200). Son marcas de mujer. Si para conseguir eso necesito doparme, cuando lo deje parecere un maratoniano etiope. No hay nadie que, como yo, lance regularmente m¨¢s de 60 metros y tenga esas marcas. En el disco, tan importante o m¨¢s que la fuerza son el ritmo, la soltura y la teecnica.
No se que va a pasar conmigo a partir de ahora. Soy un caso especial. He tenido dos casos de presunto dopaje. Soy el sospechoso p¨²blico n¨²mero uno.
Suplico que me hagan an¨¢lisis de sangre, por sorpresa, cuando quieran. Me parece necesario, obligatorio. Supongo que, aunque no est¨¢ en las normas, no tendr¨ªa problemas en hacerlo. Ya que presumen de ser tan legales...
Me veo compitiendo en mayo, de todas formas. Siempre lo he dicho: me veo compitiendo en mayo, con mi club, en las ligas. Competir¨¦ aunque sea solo. Lo de recuperar las becas, recuperar el r¨¦cord, el que tres o cuatro piensen en mi inocencia, me da igual. Lanzar y que no lo homologuen como r¨¦cord me da igual. Quiero competir. Si lanzo solo y tiro 70 metros. aunque sepa que, no va a quedar registrado, dar¨¦ un salto de alegria igual de grande que si fuera en un Mundial. Yo soy lo primero. Esto es un asunto muy personal. No me vale lanzar en un prado, en entrenamientos no llego a 61 metros. Necesito un dorsal, jueces y rivales. Alucino con la competici¨®n.
Mi vida es lanzar el disco.
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