Sumergido en el mito
Dice la leyenda que el pelot¨®n profesional ya no es lo que era; y ya se sabe, una leyenda suele ser tan cierta en lo b¨¢sico como falsa en los detalles. Por supuesto que esto ha cambiado, y mucho, pero s¨ª existe una base por debajo de toda esta monta?a de sue?os, de ilusiones, y sobre todo de querer y no poder; si existe esta base, dec¨ªa, si todo esto tiene alg¨²n sentido, estoy seguro de que permanece inalterable.Me encuentro en una fase de adaptaci¨®n, en un proceso de cambio, y a veces debo de ser una bandera que ondea hacia all¨ª donde sople el viento. Siento un paso del mito al logos muy personal. Estoy inmerso en un mundo que era puro mito para m¨ª, pura idealizaci¨®n. Tengo acceso al c¨®digo, y el misterio se toma reglas y leyes. Fe y obediencia jur¨¦, ¨¦sa fue mi comuni¨®n. As¨ª es el r¨ªo por el que fluye la vida, nunca sabes qu¨¦ hay detr¨¢s del siguiente remolino. Adem¨¢s, tambi¨¦n a Don Quijote le toc¨® la ingrata tarea de enderezar tuertos, ?no?
Estoy con ellos, hago lo mismo que ellos, a veces pienso como ellos e, incluso, me siento uno de ellos. ?Soy ya uno de ellos? Un ni?o se me acerca, papel en mano en busca de la gloria. Y me ofrece su felicidad a precio de saldo. Un aut¨®grafo, una gorra y una sonrisa. A la de tres. ?Adjudicado! ?Gracias? No, gracias a ti por darme ese poder.
Marcho escapado en solitario. Soy il primo della corsa (enti¨¦ndanlo como quieran). Me aplauden, me gritan y me animan. Y tan s¨®lo soy el rel¨¢mpago que precede al trueno, ese leve olor a humedad que anuncia la tormenta. ?Sprint! Bajo la cabeza, aprieto las manos, torturo los pedales. Nube de fot¨®grafos a 40 por hora. Esquivada. ?Meta! Miro, y le veo levantar los brazos. S¨®lo nos separan tres metros. Incomparable con las 625 l¨ªneas, realidad virtual a 195 pulsaciones por minuto. Dec¨ªa Nietzsche: "En las monta?as, el camino m¨¢s corto es el que va de cumbre a cumbre, pero para recorrerlo hay que tener piernas largas".
Observo mis piernas... y pienso...
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