El entusiasmo y el v¨¦rtigo
El s¨¢bado 21 de marzo, los miembros del Comit¨¦ Federal del PSOE salimos de la reuni¨®n con una mezcla de entusiasmo y de v¨¦rtigo. Acab¨¢bamos de discutir y aprobar por unanimidad dos grandes temas nuevos -de ah¨ª, el entusiasmo- y el v¨¦rtigo se deb¨ªa precisamente a esto, a que eran grandes y nuevos. Uno era la clara definici¨®n de nuestro modelo del Estado espa?ol como un Estado federal. El otro, la puesta en marcha de elecciones primarias para designar el candidato o la candidata socialista a presidente del Gobierno y otros altos cargos en las correspondientes elecciones futuras. Y, aunque no ten¨ªamos todav¨ªa una plena conciencia de ello, el v¨¦rtigo se deb¨ªa tambi¨¦n a que con ambas decisiones est¨¢bamos cerrando una etapa y abriendo otra no s¨®lo en el partido, sino tambi¨¦n en la pol¨ªtica espa?ola.Sab¨ªamos que en un panorama pol¨ªtico como el actual, que aleja cada d¨ªa m¨¢s a los partidos de los ciudadanos y a ¨¦stos de las instituciones, las dos propuestas del PSOE se convertir¨ªan, tarde o temprano, en dos revulsivos y que, como tales, iban a situar el debate pol¨ªtico en un terreno diferente. Pero no sab¨ªamos con exactitud si el propio partido socialista iba a ser capaz de impulsar y alimentar bien el debate, de administrar sensatamente sus resultados y de fortalecerse con ellos. Pero hab¨ªamos dado el paso decisivo y, de momento, esto era lo importante.
Una de las dos decisiones, la propuesta de las elecciones primarias, ha tenido ya un gran impacto medi¨¢tico. Estaba cantado que as¨ª ser¨ªa porque supone un cambio radical de la l¨®gica interna no s¨®lo del PSOE, sino tambi¨¦n de todos los dem¨¢s partidos, acostumbrados a un tipo de liderazgo y de funcionamiento muy diferente, especialmente en lo que se refiere a los procedimientos de designaci¨®n de sus candidatos en las elecciones. De hecho, lo que ahora se propone es cambiar un procedimiento interiorizado por otro m¨¢s abierto y en el que, adem¨¢s, la pugna por el liderazgo tendr¨¢ nombres y apellidos perceptibles por todo el mundo. Es como pasar de una fase en la que los partidos dec¨ªan a los ciudadanos "¨¦ste es nuestro candidato, lo toman o lo dejan", a otra en la que el mensaje va a ser: "?stos son nuestros posibles candidatos. ?Qu¨¦ piensan ustedes de ellos y qu¨¦ nos aconsejan?". Naturalmente, la parte principal del debate seguir¨¢ siendo interna, pero incluso esta fase ser¨¢ diferente, no s¨®lo porque se abre la puerta al voto de los simpatizantes, sino tambi¨¦n porque en un debate con diversos protagonistas conocidos ¨¦stos tendr¨¢n que dirigirse a un p¨²blico m¨¢s amplio que el de las meras reuniones internas.
Este primer ensayo general -digo general porque ya ha habido otros, como el del PSE- no ser¨¢ f¨¢cil y, de hecho, se convertir¨¢ en un aut¨¦ntico desaf¨ªo para todo el partido socialista. El problema m¨¢s serio ser¨¢ administrar bien el pluralismo del debate y de su resultado sin crear fisuras internas ni establecer divisiones entre ganadores y perdedores. Esto es f¨¢cil de decir, pero no tan f¨¢cil de hacer, porque las pugnas son las pugnas y, a menudo, dejan crispaciones residuales que no se eliminan con cuatro abrazos y cuatro proclamas de unidad. Pero esto tambi¨¦n forma parte de la apuesta y ah¨ª est¨¢ la clave de todo el asunto. Una decisi¨®n como la de la puesta en marcha de las primarias es una gran apuesta por la innovaci¨®n, por la superaci¨®n de las inercias, por el pluralismo, por la negociaci¨®n y el pacto como m¨¦todos de gobierno y de gesti¨®n. Y, sobre todo, es una nueva manera de entender la cohesi¨®n del propio partido, porque para que la innovaci¨®n funcione ¨¦ste tiene que ser capaz de discutir y dividir el voto entre diferentes candidatos, pero tambi¨¦n de unirse despu¨¦s como una pi?a en torno al vencedor.
Personalmente, estoy convencido de que, si esta apuesta se gana, es decir, si el proceso de las primarias se lleva a cabo con sensatez, imaginaci¨®n, tranquilidad y respeto mutuo, el resultado ser¨¢ un gran paso adelante para el colectivo protagonista, en este caso el PSOE, un respiro para mucha gente que no se siente a gusto en el panorama actual y un desaf¨ªo que m¨¢s tarde o m¨¢s temprano tendr¨¢n que aceptar todas las fuerzas pol¨ªticas.
Pero, si ¨¦ste es hoy por hoy el tema estrella, creo que el otro, el del programa federalista del partido socialista, tiene tanto o m¨¢s calado como factor de innovaci¨®n pol¨ªtica. La gran asignatura pendiente es, hoy m¨¢s que nunca, el futuro del Estado de las autonom¨ªas, consolidado por un lado y cuestionado seriamente por otro. Consolidado, porque ha cubierto algunos de sus principales objetivos, como el de redistribuci¨®n m¨¢s equitativa de los recursos p¨²blicos, pero cuestionado por sus incertidumbres institucionales. Hoy nadie sabe a qu¨¦ atenerse con un Gobierno que no tiene m¨¢s horizonte auton¨®mico que el del d¨ªa a d¨ªa ni m¨¢s pol¨ªtica que el acuerdo caso por caso con los partidos nacionalistas a tanto el voto. Mientras tanto, el proceso de unidad europea sigue imponi¨¦ndonos nuevos desaf¨ªos sobre el papel futuro de los Estados, las regiones y las ciudades y nuestras respuestas institucionales son los acuerdos parciales con tal o cual comunidad, las negociaciones por separado, las pugnas sobre recursos y competencias, sin ning¨²n proyecto general y sin un aut¨¦ntico modelo de Estado para el futuro inmediato.
El PSOE ha optado clara y rotundamente por el modelo federal y por eso hablo de innovaci¨®n. No creo que la simple proclamaci¨®n del modelo federal resuelva todos los problemas ni que todas las propuestas contenidas en este modelo est¨¦n perfectamente perfiladas. Pero es una propuesta coherente que, a mi entender, conecta con la esencia real de nuestro Estado de las autonom¨ªas, un Estado que, con vistas a nuestro futuro interno y a nuestro futuro europeo, s¨®lo puede desarrollarse como un sistema federal, aunque no se denomine as¨ª en la Constituci¨®n. Por eso creo que, m¨¢s tarde o m¨¢s temprano, ¨¦ste ser¨¢ el otro debate en el que tambi¨¦n acabar¨¢n entrando todas las fuerzas pol¨ªticas y sociales del pa¨ªs. De ah¨ª, el v¨¦rtigo; de ah¨ª, el entusiasmo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Opini¨®n
- Comit¨¦ Ejecutivo Federal
- Federalismo
- Pol¨ªtica nacional
- Elecciones primarias
- Elecciones Generales 2000
- Candidaturas pol¨ªticas
- Comunidades aut¨®nomas
- Ejecutivas partidos
- Administraci¨®n auton¨®mica
- PSOE
- Organizaci¨®n partidos
- Elecciones Generales
- Ideolog¨ªas
- Elecciones
- Conflictos pol¨ªticos
- Espa?a
- Partidos pol¨ªticos
- Pol¨ªtica
- Administraci¨®n p¨²blica