El conservador Andr¨¦s Pastrana convoca una 'gran alianza' para ser presidente de Colombia

La presidencia de Colombia es cosa de dos. A s¨®lo unos meses de las elecciones presidenciales parece que ¨²nicamente Andr¨¦s Pastrana y Horacio Serpa corren para ganar, pero, tambi¨¦n, que ninguno va a arrasar en la primera vuelta. Por ello, hasta el pr¨®ximo 21 de junio, en segunda tentativa, no se sabr¨¢ si el pa¨ªs ha elegido un cierto continuismo: Serpa, liberal y delf¨ªn del presidente Ernesto Samper; o la proclamada renovaci¨®n conservadora.Pastrana, 43 a?os, ex periodista, ¨²ltimo proyecto de una larga dinast¨ªa de hombres de Estado,hizo ayer fugaz campa?a en Madrid, de donde part¨ªa, a escape, v¨ªa Par¨ªs y Bonn.

Para batir a Serpa, el l¨ªder conservador est¨¢ fraguando una gran alianza, en la que ya ha entrado el ex fiscal general Alfonso Valdivieso, liberal, pero escisionista, y hasta puede que la tercera en escasa discordia, la rutilante Noem¨ª San¨ªn -que, seg¨²n todas las encuestas deber¨ªa descolgarse en primera vuelta-, pese a su conocida incomodidad personal con el candidato. "Es m¨¢s lo que nos une que lo que nos separa", repite como si fuera un mantra Andr¨¦s Pastrana. ?Cu¨¢l es su proyecto en el pa¨ªs de la violencia, el narcotr¨¢fico, la agricultura devastada y la oposici¨®n jurada de Washington? .

Primero, paz. Pastrana ha logrado desarticular la treta de Samper que quer¨ªa anunciar la firma de la paz con la segunda guerrilla en estragos del pa¨ªs, el Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n Nacional (ELN), poco antes del 21 de junio para que surtiera, as¨ª, el m¨¢ximo efecto electoral. Si no el candidato, un amigo ha filtrado la noticia y al d¨²o Samper-Serpa parece ahora que no le queda m¨¢s remedio que dejar la firma para el futuro presidente. "No politicemos la paz", afirma mientras pide confianza en que con ¨¦l firmar¨¢n hasta las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), primera empresa de demoliciones de Colombia.

Segundo, econom¨ªa. "Hay que combatir con empleo el empleo de la violencia". A tiempo, puesto que uno de cada cinco colombianos varones adultos vive e la violencia como guardia de seguridad, polic¨ªa, militar, guerrillero, contraguerrillero, narcotraficante o aut¨®nomo del crimen. Para ello, en vez de "repartir subsidios a sus allegados", como dice que ha derramado Samper para comprar voluntades, emplear¨ªa esas sumas en la creaci¨®n nacional de trabajo, y en "infraestructurar el pa¨ªs".

Tercero, imagen exterior. Con Pastrana, Estados Unidos volver¨ªa a certificar a Colombia en la lucha contra el narco, es decir, a darle puntos, como una compa?¨ªa a¨¦rea, por usuario juicoso del poder.

En esa santa alianza cuenta tambi¨¦n con una aut¨¦ntica unidad acorazada. El escritor Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez entiende que el primer deber del colombiano es hoy librarse del samperismo y sus secuelas, y por ello empu?a el barreno por las alas. Con esas fuerzas, que apuntan si llega el caso a una recluta de Valdivieso para funciones del m¨¢ximo nivel; mesuradas encarnaciones ¨¢ulicas de Gabo, si el escritor se aviene, y una atenci¨®n para el noemisaninismo, el candidato puede, en efecto, llegar a presidente.

?Y todo eso c¨®mo se llama? En Europa, democracia cristiana, a medio camino entre el papa Le¨®n Tony Blair. Pero Pastrana Arango recuerda: "No se pueden hacer extrapolaciones a Am¨¦rica Latina". Sin duda; all¨ª est¨¢ Colombia.