Miguel S¨¢nchez-Ostiz y Victoria Atencia ganan el Premio Nacional de la Cr¨ªtica
Re?ida votaci¨®n del jurado para conceder el galard¨®n de narrativa
No existe tal lugar (Anagrama, 1997), del escritor navarro Miguel S¨¢nchez-Ostiz, y Las contemplaciones (Visor, 1997), de la poetisa malague?a Mar¨ªa Victoria Atencia, se alzaron ayer en M¨¢laga con los dos principales galardones, narrativa y poes¨ªa, del Premio Nacional de la Cr¨ªtica 1997, uno de los m¨¢s prestigiosos de la literatura espa?ola, pese a no tener dotaci¨®n econ¨®mica. Con una re?ida votaci¨®n en el apartado de narrativa entre Ostiz y Josefina R. Aldecoa y m¨¢s holgura en el caso de la poes¨ªa, los 21 miembros del jurado acabaron premiando a estos dos escritores.
El jurado destac¨® tanto la perfecci¨®n de los libros de ambos autores como su absoluta vocaci¨®n y dedicaci¨®n, alejada de estrellatos y fogonazos, a la literatura. En el caso de Ostiz, a pesar de estar en todas las quinielas previas al premio, no dej¨® de percibirse una cierta sensaci¨®n de sorpresa. Los nombres de Manuel de Lope o de Josefina R. Aldecoa hab¨ªan sonado con insistencia.Pero el presidente de la Aso ciaci¨®n Espa?ola de Cr¨ªticos Literarios, Miguel Garc¨ªa-Posada, disip¨® la idea de victoria inesperada:"?Sorpresa? Eso depende de cu¨¢les sean las expectativas que algunos tuvieran, la decisi¨®n se tom¨® por mayor¨ªa", coment¨® el cr¨ªtico. La firmeza de Garc¨ªa-Posada no evit¨® que trascendiera la pugna hasta el ¨²ltimo momento del jurado entre S¨¢nchez-Ostiz y Aldecoa, autora de La fuerza del destino, que cierra una trilog¨ªa de novelas.
Lo cierto es que S¨¢nchez-Ostiz (Pamplona, 1950) no es ning¨²n novato en la literatura. Nueve novelas, cinco poemarios y 10 obras m¨¢s de car¨¢cter ensay¨ªstico, miscel¨¢neo o autobiogr¨¢fico respaldan una absoluta vocaci¨®n literaria. No existe tal lugar es una novela de memorias de un personaje, Juli¨¢n Odieta, que fue deportado a un pueblo imaginario del norte de Espa?a por su actividad antifranquista. Escrita bajo el esp¨ªritu moralizante caracter¨ªstico de Ostiz, la descripci¨®n con un ritmo narrativo reiterativo de ambientes provincianos y asfixiantes del pueblo natal del protagonista, Umbr¨ªa, y la aspiraci¨®n por un lugar ut¨®pico que nunca llega, Artadia, pueblan la narraci¨®n de melancol¨ªa y escepticismo y logran una lectura entre sat¨ªrica y amarga del mundo dual de vencidos y vencedores que fue Espa?a tras la guerra civil. Este peri¨®dico no, pudo localizar ayer a S¨¢nchez-Ostiz.
"Seren¨ªsima"
A Mar¨ªa Victoria Atericia, autora de 18 libros de poemas, nunca le hab¨ªa sonre¨ªdo la loter¨ªa de los premios: jam¨¢s se hab¨ªa presentado a ninguno. Pero en apenas dos meses han sido los cr¨ªticos, andaluces primero y de toda Espa?a despu¨¦s, los que le han puesto dos al pie de sus versos. "Mar¨ªa Victoria seren¨ªsima", como le llamaba Jorge Guill¨¦n, amigo de ella y de su marido, el tambi¨¦n poeta y editor Rafael Le¨®n, estaba ayer "muy serena". Lleg¨® a la votaci¨®n final de la mano del gaditano Fernando, Qui?ones y, m¨¢s alejados, de dos poetas j¨®venes: Silvia Ugidos y Juan Manuel Villalba.Su victoria fue rotunda. "Ha sido este mar que me rodea, que parece que vivo en un barco, y esta Posa un poco alejada y provinciana de M¨¢laga los que me han dejado, poco a poco, hacer mi poes¨ªa con tranquilidad y recogimiento. En Madrid no hubiese escrito as¨ª", reconoc¨ªa.
"S¨ª que guardo yo algo de cocinilla", admit¨ªa ayer, "pero no he tenido nunca grandes aspiraciones, s¨®lo la de llegar al conocimiento, trabajando un poco en la oscuridad y eso s¨ª, rodeada de algunos amigos", apuntaba en su casa del Paseo de La Farola. Eso s¨ª, cuando habla de amigos caen algunas de las voces m¨¢s autorizadas de la l¨ªrica espa?ola: Guill¨¦n, Aleixandre, Alberti, Garc¨ªa Baena o D¨¢maso Alonso.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.