"El flamenco moderno no existe"
"Yo soy contrario a todo, a m¨ª no me gusta cualquiera", advierte Agujetas por tel¨¦fono cuando se le pide hablar sobre su nuevo disco. "Soy como Hitler. A los que quieren venir a mi casa, les digo que duermo en un ata¨²d y Kanako en el establo. Y as¨ª no molestan".Se mire como se mire, Manuel de los Santos Pastor (Rota, 1939, aunque ¨¦l dice 1945) es todo un personaje. Entre los flamencos tiene tanta fama su cante (primitivo, escalofriante, con sabor a tierra) como su car¨¢cter. Anarqu¨ªa, rebeld¨ªa y su orgullo feroz, entre brutal e infantil, le han fabricado leyenda de artista hura?o, ¨²nico. Su mirada afilada, su rostro arrugado y sus dientes de oro, a lo Jack Palance, le hubieran ido al pelo a John Ford o a Sam Peckinpah, pero fueron Saura y Storaro quienes le convirtieron en ejemplo del trance art¨ªstico en un martinete que met¨ªa miedo. "Soy un mueble de tristeza arrumb¨¢o en la pared", cant¨® Agujetas en Flamenco. Pues de eso nada. Hoy sigue en activo, Y disparando. "Cantaores s¨®lo quedamos dos: Chocolate y yo. El flamenco moderno no existe. Es una mala copia. Lo dice Agujetas de Jerez".
"Mairena, Juan Talega, Manuel Torre. y la Ni?a de los Peines s¨ª eran figuras", grita. "Los dem¨¢s, artistas se?oritos cantando para se?oritos. Carmen Amaya, una india que daba saltos. Por eso les gustaba. a los americanos. ?Paco de Luc¨ªa? Otra mala copia. Camar¨®n s¨®lo sab¨ªa dar gritos. ?Y anda que, esos que bailan con el torso al aire! ?Pero eso qu¨¦ es? ?Una maricon¨¢!".
El arte y el apodo le vienen de su padre, Agujetas el viejo, cantaor aficionado que trabaj¨® en las agujas de la Renfe. Hay un tercer Agujetas, su hijo Antonio, pero Manuel no se lo cree: "Iba para figura, pero la droga lo ech¨® a perder. Ya no quiero ni verlo". El estuvo en la fragua hasta 1970, cuando grab¨® su primer disco" Viejo cante jondo, que meti¨® el flamenco en los abismos del gran Manuel Torre. "Lo del cante en la fragua es una monserga. Si te pones a cantar, tienes que tirar el martillo al suelo". Ahora vive retirado en el campo, entre Chipiona y Sanl¨²car (C¨¢diz) con su mujer japonesa, Kanako lkeda, que le cuida hace 10 a?os y si hace falta le baila un cante, o le transcribe las letras de los discos. "No me gustan las gitanas, ni las negras, ni... Estoy bien con ella. ?No iba a estarlo? Hasta que me enfado, claro".
Kanako acaba de trabajar duro para la nueva compa?¨ªa Discos Al¨ªa, transcribiendo los 16 cantes que Agujetas grab¨® el 13, 14 y 15 de octubre de 1997 en La sole¨¢, un bar flamenco de Madrid. El compacto Agujetas en La sole¨¢ sale a la venta esta semana, como testimonio del dramatismo, la grandeza y la hondura de este artista ins¨®lito. Ton¨¢s y f¨¢ndangos, tarantos y sole¨¢, buler¨ªas por sole¨¢ o siguiriyas, todo suena igual de misterioso y rancio. El flamenco de antes, de nunca, sin alivio ni trampa: una voz rota y una guitarra, la de Curro de Jerez.
Agujetas parece contento. "El disco est¨¢ bien. Cant¨¦ a gusto, mis cosas, las cosas de antes, las de los gitanos que viv¨ªan en los cortijos. Porque el flamenco no es de los canasteros. Es de las casas. ?Y de las c¨¢rceles!". ?Y es mejor este disco que el de hace tres a?os, Agujetas en Par¨ªs? "?se era otra cosa. Estaba Periqu¨ªn a la guitarra ?y hay que ver c¨®mo corr¨ªa Periqu¨ªn! Curro toca mas despacio. Adem¨¢s aquel lo hizo Radio France, o sea el Gobierno, y lo mismo les da destruirlo [distribuirlo] que no. A ver s¨ª ¨¦stos [Al¨ªa] lo destruyen bien".
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.