El Celta vulgariza al Bar?a
El equipo de Irureta supera al de Van Gaal en un partido de color celeste
Midi¨® el Celta su juego con el mejor de la Liga y no sali¨® malparado. Puso fin a una trayectoria impresionante del Barcelona -13 partidos sin perder- y ofreci¨® la mejor versi¨®n del f¨²tbol con el que viene impresionando a Bala¨ªdos desde que se inici¨® el campeonato.Gran juego s¨®lo lo pueden hacer unos jugadores, y la n¨®mina de los del Celta es sensacional. Se manej¨® con superioridad frente al l¨ªder y apret¨® la cabeza de la tabla. A¨²n habr¨¢ lucha por el t¨ªtulo, pero la noticia no es tan buena para el Real Madrid: ser¨¢ el pr¨®ximo equipo que visite Vigo y empieza a sentir amenazada su presencia en la Liga de Campeones.
Todo sali¨® como Irureta hab¨ªa imaginado. La presi¨®n en el centro del campo puso al Barcelona a perseguir el bal¨®n por todo el terreno de juego. No se vio al equipo de Van Gaal; se vio al Celta, que domin¨®, movi¨® la pelota de un lado a otro, marc¨® el ritmo y encontr¨® pasillos hacia el marco del meta holand¨¦s.
Se vio obligado al l¨ªder a emplearse en lo que menos le gusta: en defender, una faceta en la que arrastra todav¨ªa muchas carencias. Fue casi un milagro que el grupo del Camp Nou llegara vivo al descanso, indultado por dos balones que se estrellaron en la madera y por una ingenuidad enorme de Karpin en la jugada final del primer tiempo, en un mano a mano con Hesp.
Mientras el Celta se entreten¨ªa, el Barcelona sigui¨® el bal¨®n con la vista. Ahogado por Mazinho e Ito en la zona ancha, y buscando a alg¨²n hombre que aseara el juego. No pudieron ser Celades ni Giovanni, sin espacio ni tiempo; no estaba Rivaldo, con gripe, y s¨®lo a ratos Luis Enrique se decidi¨® a retrasarse una l¨ªnea para conducir el ataque. Captur¨® el Bar?a un gol a bal¨®n parado, una suerte que no le trae m¨¢s que disgustos a los de, Vigo, y tuvo el efecto de meter a los de Van Gaal en el partido. S¨®lo unos minutos, porque una muestra del talento de Mostovoi, que manej¨® el bal¨®n a su antajo en el ¨¢rea barcelonista, volvi¨® a desequilibrar el marcador.
Si el Bar?a entraba por la derecha se encontraba con Ito, si buscaba el costado izquierdo volv¨ªa a hallar al extreme?o, y por el centro, su terreno natural, ni lo intentaron los de Van Gaal. El Celta pag¨® una cl¨¢usula de rescisi¨®n rid¨ªcula al Extremadura por un hombre con grann futuro. Se hart¨® Ito de robar balones y de lanzar el contraataque de los de Vigo, y puso al Barcelona al l¨ªmite de la desesperaci¨®n. No encontraron los azulgrana respuestas para acabar con el autoritarismo del equipo celeste. El cambio de Ferrer por Reiziger no fue m¨¢s que un retoque, y sin embargo, se sintieron algo c¨®modos en la segunda mitad.
M¨¢s explicaci¨®n tuvo el relevo de Ciric por ?scar, pero antes de que tuviera el delantero barcelonista tiempo para encontrar su sitio en el campo se produjo la jugada que no s¨®lo enterr¨® las aspiraciones del l¨ªder, sino que defini¨® el juego que ayer y desde que comenz¨® la temporada practican los de Irureta. Fue un bal¨®n abierto a la banda derecha que Mostovoi coloc¨® en el centro del ¨¢rea. S¨¢nchez pein¨® hacia atr¨¢s y Revivo esper¨® la llegada de Mazinho, que incrust¨® el bal¨®n de un fogonazo en la porter¨ªa de Hesp. El gol resume la buena salud de un equipo que tiene a su afici¨®n boquiabierta no tanto por su cuarto puesto como por su f¨²tbol arrollador.
La hinchada se de ¨® ir con el 3-1 y comenz¨® a vitorear a su equipo, mucho mejor posicionado que el Barcelona. Los azulgrana, que siempre se hab¨ªan enganchado a sus peores partidos con las jugadas de estrategia, se rindieron ante la diferencia de dos goles y la ausencia de Rivaldo, un futbolista que acostumbra a decidir en los momentos de zozobra barcelonista.
La superioridad celeste fue notoria durante todo el partido. Le ten¨ªa miedo el Barca al encuentro desde el inicio y acab¨® por entregarse sin excusa, pese a que Luis Enrique reclam¨® un penalti de Dutruel. No mereci¨® puntuar un Barcelona demasiado fracturado en la cancha por la presi¨®n del Celta.
Le falt¨® al Barcelona pegada arriba, solvencia atr¨¢s y, sobre todo, un buen juego de entrel¨ªneas. No tuvo un jugador que leyera la contienda en los peores momentos, y sus mejores pasadores quedaron asfixiados por la presi¨®n de Ito y Mazinho. El resultado y el discurrir del encuentro ratifica la tesis de quienes creen que el Barcelona tiene un equipo demasiado blando cuando el contrario le insta a arremangarse. Figo, el capit¨¢n azulgrana, se encontr¨® demasiado solo en un colectivo en el que la mayor¨ªa estuvo por debajo de sus posibilidades. La vigorosa actuaci¨®n del Celta invit¨® al Barcelona a remitirse al buen partido del rival m¨¢s que a lamentar
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