Atropello

El s¨¢bado 21 de marzo, un ciclista era atropellado en la carretera de Colmenar. No pasar¨ªa de ser para m¨ª una de estas tristes noticias que cada cierto tiempo nos da la prensa si no fuese porque, en este caso, el atropellado era mi amigo. No es mi intenci¨®n, ni muchos menos, el ponerme sentimental, ni el pedir responsabilidades, aunque, dicho sea de paso, ya pod¨ªan tomar las autoridades carta en el asunto, pues son ya demasiados muertos. El tema es otro, y bien sencillo: durante toda mi vida, ahora tengo 29 a?os, no he visto a mucha gente que tras su muerte haya dejado una huella tan honda en tan gran y variado n¨²mero de personasCumpl¨ªa este a?o los 40, buena edad. Durante la mayor parte de' su vida estuvo dedicado a la gente joven; hab¨ªa estudiado ingenier¨ªa y como cualquier licenciado buscaba ilusionado un primer trabajo. Lo encontr¨® en una empresa de inform¨¢tica, buen sueldo, amplias perspectivas, vamos, lo que todo estudiante desea al terminar los estudios. Todo esto lo dej¨® cuando le preguntaron si quer¨ªa dedicarse a la educaci¨®n en Tajamar, un colegio de Vallecas, con un sueldo justito y con pocas perspectivas de relumbr¨®n.

Evidentemente, con este palmar¨¦s no ha pasado a la historia, pero durante su m¨¢s de una d¨¦cada como profesor de colegio y director de un club juvenil puedo decir sin temor a equivocarme que no ha fracasado. Desde que ingres¨® en la UVI, despu¨¦s en el velatorio y finalmente en el entierro, se ha comprobado que no ha sido una vida est¨¦ril: he visto cientos de personas, cientos de frutos que apoyan esta afirmaci¨®n. No le voy a decir como lo dicen ahora, "all¨ª donde est¨¦s", prefiero dec¨ªrselo de una forma menos rimbombante: Chapeau, Jiminy, t¨² ya est¨¢s en el cielo. Un abrazo y hasta pronto. ?Ah!, y contin¨²a ayud¨¢ndonos.-