Los 'h¨ªper' no vender¨¢n libros si los editores no retiran luego el embalaje
Las editoriales piden una moratoria para la entrada en vigor de la ley de envases
La importancia de los libros siempre se ha dicho que est¨¢ en su contenido, pero a partir del 1 de mayo tambi¨¦n descansar¨¢ en las cajas para transportarlos y el retractilado que los envuelve. Las grandes superficies -Pryca, Continente, Alcampo, El Corte Ingl¨¦s...- han provocado un gran revuelo en el sector editorial, al que han anunciado por carta que deber¨¢ pagar un sobrecoste por deshacerse de estos envoltorios si quieren seguir utilizando sus escaparates de venta.
Antoni Comas, gerente de la editorial Tibidabo Edicions y vocal del Gremio de Editores de Catalu?a, ha anunciado que su asociaci¨®n va a solicitar el aplazamiento de la entrada en vigor de la ley de envases. Y est¨¢ convencido, adem¨¢s, de que esa solicitud ser¨¢ respaldada por la Federaci¨®n de Gremios de Editores de Espa?a.Antonio Mar¨ªa ?vila, director ejecutivo de la Federaci¨®n de Gremios de Editores de Espa?a, confiesa que los servicios jur¨ªdicos les informaron de que la ley no afectaba a los editores. "Entiendo que las grandes superficies nos reclaman ese sobrecoste por motivos comerciales, pero est¨¢ clara nuestra relaci¨®n con el consumidor final; otra cosa es el libro que se vende a cr¨¦dito directamente a los particulares". En la carta remitida por los h¨ªper en noviembre pasado se?alaban que, para poder seguir manteniendo relaciones comerciales, los editores deben hacerse cargo de los embalajes o bien "contactar con un sistema integrado de gesti¨®n (SIG)", unas empresas que asumen esa tarea previo pago del denominado punto verde. Este indicativo acredita que el producto -una colonia o un detergente- est¨¢ gravado con un sobrecoste para financiar los gastos del reciclado de su envase. "En caso de no hacerlo", concluye la carta, "no podremos ofertar sus productos a nuestros clientes". Los grandes proveedores, cuyos productos cuentan con un volumen importante de envases, ya han suscrito convenios para financiar su recogida selectiva.
La venta de libros no es un negocio relevante en las grandes superficies, apenas un 10,4% de los 127.961 millones que se facturan al a?o. S¨ª lo es la venta directa a cr¨¦dito (un 31,9%) o la que despachan las librer¨ªas (34,4%). No obstante, la venta de best-sellers y los libros de texto s¨ª es notable en los h¨ªper o el mismo El Corte Ingl¨¦s, considerado uno de los mayores libreros de Espa?a.
La incorporaci¨®n a los llamados SIG de un editor que facture mil millones al a?o supone pagar una entrada de 50.000 pesetas, m¨¢s una tasa de 4,34 pesetas por cada kilo de cart¨®n. Seg¨²n Comas, lo primero es asumible, pero no tanto lo segundo una especie de ecotasa que en caso de asumirla por imperativo legal deber¨ªa negociarse.
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