El peor panorama posible
El Lazio saca ventaja de su estricto ejercicio profesional frente a un voluntarista Atl¨¦tico
, Mal panorama para el Atl¨¦tico, que recibi¨® las peores noticias posibles: perdi¨® en su campo, lo hizo frente a un equipo italiano y no podr¨¢ disponer de sus centrales titulares en el partido de vuelta. A su abnegada actuaci¨®n le falt¨® peso futbol¨ªstico. Fue hermoso su ejercicio de voluntad, pero su juego tuvo carencias muy visibles. Todo qued¨® pendiente de Vieri, que volvi¨® a mostrarse extraordinariamente activo, remate aqu¨ª, remate all¨¢, solo frente al Lazio.Cuando el partido perdi¨® su contenido apasionado y entr¨® en aspectos t¨¢cticos, el Lazio fulmin¨® al Atl¨¦tico con una jugada prevista en su repertorio, la incorporaci¨®n de uno de sus centrocampistas a una jugada perfectamente trabajada por Boksic. Se incorp¨® Jugovic, que no es poca cosa, y su estacazo super¨® a Molina. Antes del tanto italiano, el Atl¨¦tico fue todo coraz¨®n, empe?ado en sorprender al Lazio con un juego alborotado, en la confianza de generar el caos suficiente para sacar del partido a su rival. Los equipos italianos gastan fama de t¨¢cticos, con una preferencia indiscutible por los partidos bien atados, sin sorpresas, todo en plan profesional. En general, en Italia se ganan por la atenci¨®n a los peque?os detalles. El Atl¨¦tico quiso provocar otra clase de duelo, uno vehemente, pero sali¨® trasquilado.
Durante el primer tercio del encuentro, el Atl¨¦tico aceler¨® su f¨²tbol al m¨¢ximo. Hab¨ªa demasiadas pulsaciones en su juego, pero eso figuraba en el gui¨®n. Hab¨ªa que ver la respuesta del Lazio, que intent¨® sin resultado bajar el diapas¨®n del partido. No pudo disfrutar del bal¨®n, ni tan siquiera mantenerlo, apretado por la presi¨®n y el coraje del Atl¨¦tico, porque resultaba dif¨ªcil establecer la diferencia en el trabajo de recuperaci¨®n. Si el asunto pasaba por disponer el bal¨®n, el Atl¨¦tico tuvo bastante ¨¦xito en el arranque del encuentra. Sin embargo, sus soluciones fueron poco creativas. Se produjeron algunas incorporaciones de Aguilera por la derecha y no falt¨® el inter¨¦s de Caminero por enganchar en el medio campo. Lo que no hab¨ªa era un prop¨®sito com¨²n en el juego: Bejbl y Vizca¨ªno -en plan doble pivote- no ten¨ªan peso alguno en el juego de ataque, Pantic vivi¨® para tirar faltas y alg¨²n c¨®rner, Caminero no llegaba al ¨¢rea y Lard¨ªn dudaba entre perseguir a Fuser o enfilar a Grandoni. El m¨¢s activo fue nuevamente Vieri, que protagoniz¨® casi todas las acciones del Atl¨¦tico en el ¨¢rea.
El peso de Vieri es tan evidente en el Atl¨¦tico que termina por establecer una dependencia en su juego. Lo normal es meter un pelotazo para que Vieri se busque la vida. Junto a Kiko se encuentra m¨¢s c¨®modo porque encuentra una referencia y un gran pasador. Frente al Lazio tuvo mucho m¨¦rito la actuaci¨®n de Vieri, que encontr¨® tiempo y lugar para enfrentarse a la defensa del equipo italiano y sacar media docena de remates. Termin¨® por jugar otro partido: Vieri contra el Lazio.
Aunque el Lazio se sinti¨® incomod¨ªsimo y se vio metido en un partido poco acad¨¦mico, le sobr¨® oficio para mantener la casa en orden y tirar algunos contragolpes temibles. En casi todos particip¨® Boksic, otro delantero grand¨®n, pero ¨¦ste con un toque de cirujano. Todo lo que Vieri hace con potencia y decisi¨®n, Boksic lo resuelve con una delicadeza impensada en un futbolista con un fisico tan rotundo. Por supuesto, particip¨® en el gol, que se produjo cuando el voluntarismo del Atl¨¦tico no le conduc¨ªa a ninguna parte.
Nada de lo que hizo el Lazio Fue espectacular. Funcion¨® con tranquilidad, no cay¨® nunca en el f¨²tbol desesperado que propon¨ªa el Atl¨¦tico y sac¨® los cuatro contragolpes de rigor en cualquier equipo italiano. S¨®lo en algunos momentos del segundo tiempo se dio al toque, pero eso ocurri¨® por la desesperaci¨®n y la fatiga de varios jugadores rojiblancos. A Caminero no le llegaba el aire y a Pantic, tampoco, aunque su precisi¨®n pudo ser determinante en varios saques de falta y c¨®rner. Ah¨ª pareci¨® vulnerable el Lazio: en el juego a¨¦reo. Casi todos los centros sobre el ¨¢rea italiana fueron rematados por los jugadores del Atl¨¦tico, que se encontraron con la excelente respuesta de Marchegiani.
Con todos sus defectos -la falta de una estructura clara de juego, la excesiva dependencia con Vieri, la enorme fatiga-, el Atl¨¦tico muri¨® con todo. Sigui¨® su juego desbocado frente a un rival que se decidi¨® a proteger el resultado con mucho cuidado, sin entender que pod¨ªa meter el diente al Atl¨¦tico, todo voluntad pero absolutamente descosido. Sus centrocampistas no tuvieron peso ni frescura y todo qued¨® pendiente de la abnegaci¨®n general y deseo de Vieri, que termin¨® aislado. Nadie le ayud¨® a comprometer a los defensas del Lazio, que se manejaron con tranquilidad. Los dem¨¢s actuaron sin excesos: el t¨ªpico equipo convencido de que ese 0-1 le resultaba suficiente. Muy italianos.
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