Gran m¨²sico, entre porte?o y madrile?o

Hay que darle las gracias a Ariel Rot. Gracias por no desfallecer nunca e impedir que el divino riff stoniano se diluya en la taza del insulso presente. Alma de Tequila y Los Rodr¨ªguez e inasequible a la dictadura del reloj, Ariel Rot ha vuelto de nuevo al inicio de la rueda: local de ensayo, bares pequenos, canciones desconocidas... En la presentaci¨®n de la gira de su ¨²ltimo disco en solitario, Hablando solo, exhibi¨® ante una poblada y cari?osa audiencia una poderosa formaci¨®n de implacable base r¨ªtmica, guitarra capaz de darle la r¨¦plica y teclado al uso lan Stewart.Eso aparte de su propia guitarra, que tinta de emocionado blues todo aquello que interpreta, y su personal manera de cantar, entre porte?a y madrile?a. El resultado de esta combinaci¨®n se traduc¨ªa en un sonido heredero de todo el pasado musical, de artista -20 a?os abander¨¢ndolo-, pero que, a la vez, resulta vivaz, actual, divertido. Eso aparte de su facilidad para obligarte a mover el esqueleto, uno de los usos m¨¢s celebrados, aunque ¨²ltimamente olvidados, del rock and roll de siempre.

Un trago

Como concesiones al propio curr¨ªculo, Ariel Rot desempolv¨® Nena, El barco y una peculiar versi¨®n del magistral Necesito un trago, pasando por el Who do you love, de Bo Didley. De Los Rodr¨ªguez hizo volver a la vida La mirada del adi¨®s. Pero la parte del le¨®n en el inter¨¦s del concierto estaba en saber c¨®mo funcionar¨ªan en directo las nuevas canciones. La respuesta es que todo lo que toca Rot en m¨²sica se vuelve importante. M¨¢xime cuando es una grand¨ªsima canci¨®n del tipo Vicios caros, uno de los mejores temas del pop espa?ol de los ¨²ltimos... ?15 a?os?