Ultras y chapuzas
EN TODOS los campos de f¨²tbol hay fan¨¢ticos, pero no en todos disfrutan de la paternal tolerancia de los responsables del club para la exhibici¨®n de s¨ªmbolos nazis y dem¨¢s alardes de incivilidad; en todos los clubes hay incompetentes, pero no es habitual que la imprevisi¨®n llegue al extremo de que un estadio de f¨²tbol no cuente con una porter¨ªa de repuesto. Por eso, el espect¨¢culo dado el mi¨¦rcoles desde el Bemab¨¦u ante millones de telespectadores de todo el mundo tiene car¨¢cter excepcional: no es frecuente tanta irresponsabilidad.Afortunadamente, los efectos no pasaron del bochorno, si exceptuamos la posible sanci¨®n que caer¨¢ sobre el Real Madrid. Pero incidentes de ese tipo en un recinto cerrado en el que se concentran 90.000 personas suelen ser propensos a la tragedia. Ojal¨¢ que este bochorno haga reaccionar a los responsables para tomar las medidas tan largamente aplazadas: en materia organizativa y en relaci¨®n con la permisividad para con ese sector de espectadores dispuesto a dar el espect¨¢culo.
La permisividad del Real Madrid con su sector fan¨¢tico viene de lejos. No s¨®lo permite la exhibici¨®n de s¨ªmbolos que en cualquier estadio europeo se considerar¨ªan delictivos; hace un a?o se descubri¨® que el club regalaba a los ultras sur entradas que ese grupo vend¨ªa -sacando un mill¨®n por partido- para financiar sus actividades; entre otras, la edici¨®n de un panfleto de inequ¨ªvoco signo fascista y violento. La pe?a ultra cuenta incluso con un local en el estadio y su l¨ªder -un socio, del Madrid varias veces detenido por actuaciones violentas- aparcaba hasta hace poco su coche en la zona del Bernab¨¦u reservada a los directivos.
La condici¨®n de directivo implica asumir responsabilidades, como la de resistir las presiones de la minor¨ªa violenta; el abucheo del p¨²blico tras el incidente indica cu¨¢l es el sentimiento de la mayor¨ªa. Ser directivo tambi¨¦n obliga a prever situaciones como la de que haya que sustituir una porter¨ªa. La combinaci¨®n entre tolerancia con los ultras y chapuza operativa proyect¨® una imagen del Madrid -y de Espa?a- a la altura del Palmar de Troya. Es hora de que los dirigentes de ese club -que se ha beneficiado de una pr¨®rroga en la aplicaci¨®n de la norma de suprimir las localidades de a pie dejen de buscar excusas y adopten medidas para evitar bochornos como el de este mi¨¦rcoles europeo.
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