Las razones de una foto
A algunos lectores de EL PA?S les ha causado una viva desaz¨®n la publicaci¨®n, en primera p¨¢gina de la edici¨®n del viernes d¨ªa 27 de marzo, de la fotografia de uno de los ni?os causantes de la matanza que tuvo lugar dos d¨ªas antes en un centro escolar de Arkansas. Uno de ellos muestra su total rechazo: no encuentra raz¨®n alguna que justifique la publicaci¨®n de dicha fotografia.Tiene inter¨¦s subrayar que la fotografia en cuesti¨®n fue presentada en forma de fotonoticia, es decir, como una imagen que tiene validez informativa por s¨ª misma. La direcci¨®n del peri¨®dico entendi¨® sin duda que la ten¨ªa muy acusadamente una imagen que mostraba a uno de esos ni?os cuando ten¨ªa seis a?os adiestr¨¢ndose en el manejo de las armas en su entorno familiar. El t¨ªtulo de la fotonoticia, en la que aparec¨ªa el ni?o con los ojos velados, reflejaba bien la esencia del hecho noticioso: Su padre le ense?o a disparar a los seis a?os. Y el texto dec¨ªa: "Uno de los dos ni?os que el martes mataron a cuatro colegialas y una profesora en Arkansas hab¨ªa sido adiestrado desde peque?o en el uso de armas de fuego y en el tiro al blanco por su padre y su abuelo, a los que acompa?aba a cazar. La cadena ABC mostr¨® ayer im¨¢genes en las que aparece A. G., con seis a?os, disparando un fusil y manejando una pistola".
Al Defensor del Lector tambi¨¦n le caus¨® desaz¨®n ver esa fotonoticia en la primera de ELPA?S. Se trataba de una de esas fotografias que, a primera vista, re¨²nen todos los ingredientes que aconsejan pens¨¢rselo dos veces antes de publicarla. Y no por su car¨¢cter desagradable, como se?ala uno de los lectores, que no lo ten¨ªa en el sentido estricto del t¨¦rmino. Por algo distinto e incluso m¨¢s digno de tener en cuenta: la terrible amalgama, o mejor, la descarada simbiosis que la imagen revelaba entre el ni?o y un s¨ªmbolo, a la vez que instrumento de violencia, que es un arma de fuego. Tuvieron que mediar, pues, s¨®lidas razones de ¨ªndole informativa para publicar la fotograf¨ªa, incluso, como sucedi¨® en este caso, protegiendo debidamente, de acuerdo con las normas legales y el Libro de estilo de EL PAIS, la identidad y la imagen del ni?o.
El Defensor del Lector cree encontrar dichas razones en el propio titular de la fotonoticia: resaltar un elemento informativo que ha adquirido importancia capital para explicar la matanza como es la ense?anza en el manejo de armas de fuego propiciada en el entorno familiar. Tambi¨¦n, y en contra de lo que un lector opina al respecto, en la doctrina sobre la violencia infantil y sus causas, expuesta en el editorial El demonio de las armas, que este mismo lector encuentra "magn¨ªfico" por su contenido. Se dec¨ªa en dicho editorial: Se trata de saber, en suma, si matanzas como la de Arkansas se toman en serio como signos alarmantes de los efectos que puede producir la negligencia en la educaci¨®n infantil. La fotografia en cuesti¨®n revelaba de forma rotunda, por su visualizaci¨®n, un tipo de educaci¨®n infantil en relaci¨®n con las armas de fuego que puede influir, si no como causa ¨²nica, s¨ª como principal, en el desencadenamiento de tragedias como la de Arkansas.
Pero es el director de EL PA?S quien puede explicar las verdaderas razones de la publicaci¨®n de la fotograf¨ªa. Dice Jes¨²s Ceberio: "La foto en cuesti¨®n es de las que provocan un impacto inmediato sin necesidad de mayores explicaciones. No es, desde luego, una imagen amable, y me nos despu¨¦s de conocerse la matanza del colegio de Arkansas. Pero la misi¨®n de un peri¨®dico no es embellecer la realidad, sino contarla como es, sin ocultar sus lados m¨¢s oscuros. Puestos a buscar alguna explicaci¨®n de por qu¨¦ dos adolescentes Se apostaron a la salida de su colegio para disparar a mansalva contra sus compa?eros, esta fotograf¨ªa aporta m¨¢s datos que muchos textos. As¨ª lo entendieron muchos peri¨®dicos de calidad de todo el mundo, que reprodujeron esta fotografia y otras del ¨¢lbum familiar del ni?o. El Libro de estilo de EL PA?S obliga a preservar el anonimato de los menores cuando cometen un delito, pero en ning¨²n caso a ocultar los hechos o sus posibles explicaciones. En este sentido debo lamentar que en la primera edici¨®n del peri¨®dico del d¨ªa anterior se publicara la identidad completa de los dos adolescentes,que fue suministrada por las agencias internacionales. En la segunda edici¨®n dimos s¨®lo las iniciales, y en todas las fotograf¨ªas desfiguramos electr¨®nicamente la zona de los ojos para preservar el anonimato. Cumplida esa norma, creo que la fotografia del ni?o con la pistola es, efectivamente, la continuaci¨®n del editorial publicado el d¨ªa anterior".
Ha sido, pues, el indudable inter¨¦s informativo de la fotograf¨ªa lo que ha inducido a su publicaci¨®n. Sin duda resalta mejor que cualquier relato period¨ªstico un modelo de educaci¨®n familiar que hace del manejo de las armas uno de sus ingredientes pedag¨®gicos. ?Deber¨ªa haber quedado en la penumbra ese, dato, dificult¨¢ndose de ese modo la compren si¨®n cabal de lo sucedido en Arkansas? Parece. que no. As¨ª lo han entendido tambi¨¦n los medios de comunicaci¨®n norteamericanos.
Por alusiones
Ricardo Ib¨¢?ez Castresana, uno de los abogados que obtuvieron una de las dos plazas del gabinete jur¨ªdico del nuevo hospital de Alcorc¨®n, se siente aludido por el art¨ªculo El parip¨¦, firmado por Carmelo Encinas (secci¨®n de Madrid, 28 de marzo), en el que se comentaban las supuestas irregularidades producidas en la selecci¨®n de candidatos para cubrir 800 plazas en el referido centro sanitario. Ib¨¢?ez Castresana no aparece citado con su nombre, pero se considera suficientemente identificado ("todos mis conocidos saben que soy uno de los dos abogados del citado gabinete jur¨ªdico", dice) en la menci¨®n que Encinas hace a que las dos plazas del referido gabinete "fueron para otros con peor nota, uno de los cuales ni siquiera acredit¨® experiencia alguna", seg¨²n le cont¨® un abogado "que se present¨® para cubrir una de las dos plazas convocadas del gabinete jur¨ªdico del hospital y al que, tras comunicarle que hab¨ªa obtenido la m¨¢xima calificaci¨®n en las pruebas, le tumbaron en la entrevista personal".Ib¨¢?ez Castresana ha tenido opci¨®n en el espacio radiof¨®nico El foro, que dirige Carmelo Encinas en la cadena SER, a dar su versi¨®n sobre los hechos, en cuanto le afectan, del hospital de Alcorc¨®n. Tambi¨¦n debe tenerla en EL PA?S, pues, si bien no aparece expresamente citado, se deduce que es uno de esos "otros con peor nota" (dos en realidad) que han obtenido las plazas del gabinete jur¨ªdico de dicho hospital. Este abogado insiste en que no conoc¨ªa a nadie de los que me seleccionaron, que no conoc¨ªa a nadie que trabajase en la Fundaci¨®n Hospital Alcorc¨®n, que no tengo amigos (todo lo contrario) en el PP y que no necesito a nadie que me enchufe en ninguna parte", al tiempo que afirma que "la mejor nota de todos los candidatos la obtuvo mi compa?era Mar¨ªa Dolores Monge (que tampoco es una.enchufada, me consta), y yo fui el segundo mejor".
Carmelo Encinas aclara al Defensor del Lector que "en ning¨²n momento cit¨¦ a esa persona, ni pretend¨ª referirme a ella, pues me limit¨¦ a reflejar lo que nos hab¨ªa comentado un profesional de la abogac¨ªa que se declaraba dispuesto a impugnar el proceso y que cuestionaba otra elecci¨®n, no la de quien remite la queja". Encinas siente que Ib¨¢?ez Castresana "pueda haberse dado por aludido", quiere dejar constancia de que "no era mi intenci¨®n causar ese efecto" y rechaza, por no ser cierto, que en su art¨ªculo relacionara las supuestas irregularidades en el hospital de Alcorc¨®n con el Partido Popular. El incidente muestra la enorme fragilidad que aqueja al relato period¨ªstico si bebe en una sola fuente, por m¨¢s que, como ha sucedido con la cobertura de plazas en el nuevo hospital de Alcorc¨®n, el informador tenga que v¨¦rselas con hechos y procedimientos oscuros, dif¨ªciles de verificar por los medios a su alcance y sometidos adem¨¢s al manejo de intereses personales y posiblemente pol¨ªticos de signo contradictorio.
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